De toda la vida

El Encant de Gràcia, la tienda solidaria que crea adicción

El establecimiento ofrece todo tipo de productos de decoración y coleccionismo con fines altruistas

“El Encant de Gràcia crea adicción”, me lo advierte Elsa Renom, que es la responsable de comunicación y redes sociales. Sabe de qué habla, hace ya unos años que, junto con el resto del equipo de la tienda, le han dado un impulso importante y le han acercado a un público inesperado ya priori alejado: los jóvenes. En Gràcia todo el mundo conoce L'Encant y sabe dónde está, en un lugar privilegiado, la calle de Asturias, junto a Torrent de l'Olla y muy cerca de Fontana. Ya lleva 26 años ofreciendo, a precios populares, todo tipo de productos del hogar, de decoración, de cultura y de coleccionismo. Y con finalidad solidaria. No hace falta que Elsa me explique mucho por qué es adictiva. Soy adicto desde el primer día que entré, no sé si hace exactamente 26 años, pero poco le faltará.

La clave de L'Encant radica en dos ideas: solidaridad y voluntariado. Me lo explica el principal responsable de la tienda, Josep Hernández, que abrió la primera tienda de “Todo a 100 pesetas” de Barcelona y que, por tanto, acumula también buena experiencia en el ramo del comercio de cara al público. Todo lo que se puede comprar en L'Encant proviene de donaciones particulares y de pisos que se vacían. Todo es, por tanto, de segunda mano. Muchas personas, sobre todo del barrio, traen a la tienda lo que no desean y allí se les da una nueva vida. Trabajan unos setenta voluntarios, la gran mayoría jubilados, distribuidos en turnos de mañana, tarde y fin de semana. La tienda tiene varias secciones: libros, música y cine, objetos y menaje del hogar, muebles y ropa.

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Josep y Elsa están contentos de lo bien que funciona la tienda y valoran sus señas de identidad fundamentales: un fuerte arraigo en el barrio y la capacidad de recibir todo tipo de clientela. Desde personas mayores, turistas extranjeros, anticuarios y almonedistas y también gente joven que se está montando el piso y necesita precios asequibles para decorarlo a su gusto y prefiere explorar otras opciones además de IKEA. “El vintage a nosotros nos va muy bien”, explica Elsa. Todo puede ser vintage: un juego de café antiguo, una vajilla, unos vasos y platos de duralex verde o una lámpara de diseño interesante.

Los precios son populares, suelen rondar, aproximadamente, el 50% de su valor real. Hay excepciones, como algunas piezas de arte religioso que les han llegado y que se han vendido por cantidades elevadas. Un ejemplo, una virgen del siglo XVIII que vendieron por 1.600 euros. La mediación de un anticuario resulta, entonces, imprescindible. El coleccionismo es también un protagonista destacado de la tienda. ¿Productos estrella? Uy, de todo tipo. Chapas de cava, sellos, postales, libros religiosos, rosarios, abanicos, dedales, cucharas, juguetes... “¡No sabes la cantidad de búhos que vendemos!”, exclama Josep. ¡Y puzzles! Muchísimos.

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Una entidad fundada por tres amigas

Todo ello enfocado a fines solidarios. Y es que L'Encant es una de las patas de la Fundación ACIS –dependiente del obispado– fundada en los años sesenta y, como su eslogan indica, siempre “al servicio de la educación”. Tres amigas, Carme Boldú, Mercè Molina y Roser Tomàs, la fundaron en 1962, en un piso de la calle de las Camèlies, con la intención de ayudar a aprender a leer y escribir a las chicas provenientes de la inmigración andaluza de los años sesenta. Con el paso de los años nacieron los diversos centros educativos de ACIS y finalmente también L'Encant de Gràcia, que contribuye en su recaudación a todo lo necesario: material escolar, reformas, transporte, excursiones, becas comedor, talleres ocupacionales. .. Todo dirigido a alumnos y familias con escasez de recursos y con riesgo de exclusión social. “En el 2023 recaudamos unos 101.000 euros –relata satisfecho Josep– y tenemos el reto de los 150.000”.

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El Encanto cuenta con un aliado muy importante. La familia Lesperut, propietaria del local, les cede el espacio gratuitamente. Una ventaja destacada, por supuesto, teniendo presente la situación privilegiada, el corazón del barrio de Gràcia, tan deseado y tan sometido a dinámicas inmobiliarias muy rara vez desinteresadas. Hay tardes en las que el tráfico es denso en el interior de la tienda, un pasillo profundo y bien aprovechado. Elige y revuelve, seguro que encuentras algo que te guste. O más aún, muy probablemente, te encontrará ella a ti.