Fontaneros y pintores también caen a manos de la economía de la demanda
Xavier de Gràcia es uno de los principales directivos de Handy, una plataforma de EEUU para contratar servicios para el hogar
El periodista del Confidencial Héctor García Barnés lo bautizaba en un artículo a principios de año como "la industria de la subcontratación de tus problemas", pero los expertos también se refieren a ella como gig economy o economía de la demanda. Aparte de la explosión de las aplicaciones de pedidos a domicilio, cada vez existen más plataformas tecnológicas que permiten contratar servicios sin descolgar el teléfono ni abrir la guía de Páginas Amarillas. En Estados Unidos este fenómeno ya ha llegado incluso a fontaneros, pintores y electricistas. Handy es una aplicación creada por el irlandés Oisin Hanrahan que conecta a sus usuarios con profesionales para resolver cualquier tipo de tarea doméstica. “Hay mucha gente que no conoce al profesional de toda la vida y no se fía de los anuncios clasificados”, explica el director de estrategia de la compañía, Xavier de Gràcia.
Este catalán es el encargado de definir las categorías de servicios más relevantes para la plataforma y trabajar en los acuerdos con otros grandes comercios minoristas. Por ejemplo, acaba de firmar con Wallmart para que la cadena de supermercados incorpore a su web la opción de contratar a un proveedor de Handy para la instalación de los muebles que los clientes compran en la tienda. “No queremos un pintor que nunca haya pintado; hay un filtro previo y, además, muchas veces en EE.UU. es necesaria una licencia específica”, explica De Gràcia. De hecho, la empresa no está enfocada a las reparaciones de urgencia, sino que se orienta más a los encargos planificados con uno o dos días de margen.
Por ahora la aplicación está disponible en Estados Unidos, Canadá y Reino Unido, y el directivo descarta que haya planes a corto plazo para llegar al mercado español. Handy ha logrado más de 100 millones de dólares en varias rondas de financiación con firmas de capital riesgo y la plataforma cuenta con más de 100.000 perfiles de profesionales activados. Según De Gràcia la mayoría de los proveedores de servicios de Handy tienen su propia empresa de reparaciones del hogar y activan el apli para llenar los agujeros que tienen libres durante la jornada laboral: “Es una forma de complementar ingresos”. Sin embargo, el precio lo decide Handy en función de lo que los clientes están dispuestos a pagar y luego la empresa estadounidense se lleva una comisión para tramitar el encargo.
De Gràcia aterrizó en la start-up después de realizar un máster de dos años en la universidad de Harvard. “Me parecía muy interesante el negocio de cara al consumidor y ya hacía unos cinco años que la economía de la demanda estaba creciendo”, apunta este barcelonés. Ahora, sin embargo, sigue conectado al ecosistema tecnológico catalán y asesorará a algunas empresas que también quieren adentrarse en el mundo online. Además, tiene muy claro que la gig economy ha llegado para quedarse. “Las transacciones son más fáciles y rápidas para ambos lados, consumidores y prestamistas de servicios, si se pueden hacer a través de una aplicación”, asegura De Gràcia. Sin embargo, admite que este sector obliga a las administraciones públicas a “enfocar bien” las legislaciones actuales para que nadie salga perdiendo.
Aunque su intención es quedarse por ahora en Estados Unidos, el directivo catalán cree que la “fuga de cerebros” después de los últimos años de crisis también se puede ver desde un punto de vista “ positivo”. “Es bueno que la gente viaje, interaccione y vuelva a casa con buenas ideas”, apunta.