INDUSTRIA

La madera que renace ocho veces mientras limpia el aire de CO2

La badalonesa Greemap vende tableros de paulonia, un árbol originario de China que capta diez veces más dióxido de carbono, y después replanta

Paula Solanas Alfaro
y Paula Solanas Alfaro

Debe el nombre a una gran duquesa rusa y también se le conoce como la árbol emperatriz, pero para encontrar grandes cultivos es necesario viajar hasta Asia. Sin trabajar en una empresa que importaba productos de China quizás Marc Agustí nunca habría descubierto qué era la paulonia. Si los gatos tienen siete vidas, este árbol de madera lisa y sin nudos puede renacer hasta ocho veces. Es una de las características que llamó la atención a Agustín, que se sorprendió al saber que la paulonia también capta diez veces más dióxido de carbono (CO 2 ) que la mayoría de las especias. Su madera, pues, se convierte en una alternativa mucho más sostenible que buena parte de los productos que existen en el mercado. Pero en España este árbol era todavía un desconocido para muchos carpinteros y almacenes especializados. “Encontré que tenía suficientes propiedades peculiares e interesantes para buscarle un nicho de mercado”, dice Agustí.

Este badalonés contó la misma historia a su vecino y amigo de la universidad Guillem Ramos y en 2018 nació Greemap. El proyecto arrancó, precisamente, con un viaje a China. Los dos emprendedores visitaron bosques y plantas de procesamiento para averiguar cómo se trataba aquella sorprendente madera y qué aplicaciones comerciales podían encontrarle. “Decidimos hacer una joint venture con una empresa china que es quien nos provee de la materia prima y hace su tratamiento”, apunta Ramos. La compañía trabaja al por mayor y vende los tableros de madera directamente a los distribuidores, que después hace llegar a sectores cada vez más diversos.

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A pesar de los esfuerzos de Greemap por promocionar la vertiente sostenible de la paulonia, admiten que lo que más sedujo a los primeros clientes fue el precio. “La madera es muy ligera y no tiene nudos. Esto significa que no tendrás mermas porque no será necesario cortar las partes del tablero que hayan quedado marcadas”, explican los fundadores de la empresa. En España hay algunas plantaciones de paulonia, pero aseguran que el frenesí por sus propiedades hizo que los agricultores plantaran demasiado y ahora el tronco no es lo suficientemente grueso para hacer tableros. Así pues, la mayoría de paulonia cultivada en el Estado acaba convirtiéndose en biomasa y no en muebles. “Se está empezando, y si se planta bien quizá en ocho años habrá más producción, pero ahora es muy residual”, añade Ramos. Su precio puede equipararse al de una madera mucho más común, como la del pino.

Uno de los colectivos que abrazó la paulonia antes que el resto, explican los fundadores de Greemap, fueron los surferos. La comunidad buscaba alternativas más ecológicas en las tablas de surf de espuma y se encontraron con que este material era lo suficientemente ligero para flotar en el agua. A partir de ahí, la paulonia se ha hecho un hueco en instrumentos de música, saunas, muebles e incluso en componentes de automoción. "Nuestra madera viaja al interior de los coches de una gran marca alemana", apunta Ramos sin revelar el nombre del cliente. Además, subió al carro el sector de las furgonetas cámper, ya que se pueden producir con paulonia piezas de mobiliario no muy pesadas para que los vehículos gasten menos combustible.

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Sin embargo, Agustí y Ramos se enorgullecen de que su empresa no sólo consume madera sino que también la genera. Por cada árbol que se tala en el proceso productivo, la empresa decidió que plantaría dos a través de los proyectos de reforestación de la fundación Tree Nation. "Es un coste para nuestros beneficios, pero no entendemos este negocio sin tener en cuenta el medio ambiente", asegura Agustí. A esto se suma que la paulonia crece especialmente deprisa. Una semilla puede convertirse en un árbol del tamaño de un roble adulto en sólo ocho años y después de talarlo la cepa puede renacer hasta ocho veces. En Japón se le considera también un superviviente en las inclemencias de los incendios, la polución y los suelos poco fértiles.

Con la pandemia los planes de crecimiento de Greemap se han detenido un poco, pero la empresa ya vende en el extranjero -tiene clientes en Francia y República Checa- y quiere continuar por el camino de la internacionalización durante el 2021. En paralelo, durante el confinamiento pusieron en marcha una iniciativa dirigida a los amantes del bricolaje amateur. Badaina es un e-commerce para comprar tableros para proyectos más caseros. La empresa vende maderas de aproximadamente 1,20 metros por 20 euros que se pueden utilizar para fabricar estanterías o muebles pequeños. "Uno de los objetivos del año es abrirnos más a lo particular", dicen.

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Los fundadores de Greemap prefieren no compartir datos de las ventas del último año. Sin embargo, confían en que el uso de materiales más sostenible se mantendrá como una tendencia al alza: “Al principio teníamos que llamar mucho y presentarnos de cero, pero el sector de la madera se moderniza y cada vez experimenta más” .