De medicinas a comida: la mina de oro del transporte en frío
Tempack, recientemente adquirida por el grupo británico Softbox, triunfa en el transporte de alimentos frescos, que ya le da el 50% de los ingresos
En Joan Orriols el martes le saltó una alarma en el móvil. Alguien le pedía una caja para transportar un kilo de trufa. Quién se lo iba a decir hace tres años al director general de Tempack, una empresa que durante casi dos décadas se dedicó a ofrecer soluciones para el transporte de medicamentos. Pero desde el 2015 es un eslabón más en el comercio de alimentos frescos con el mismo principio con el que nació: el mantenimiento de la cadena del frío. Por eso esta semana le buscaban para transportar trufa a Dubai (destino supuesto) y mantener una temperatura similar en su punto de origen, en el avión y en Dubai. O aún más difícil: llevar gamba roja desde Mahón hasta cualquier parte de Europa y que llegue a su destino en condiciones y, sobre todo, con los ojos todavía brillantes, señal inequívoca de frescura.
Desde hace veinte años, cuando nació de la mano de la farmacéutica Indukern, esta compañía, que opera con discreción desde Hospitalet de Llobregat, se ha aprovechado de la globalización y ahora prevé aprovechar otra señal de modernidad. De hecho, es el proveedor para toda Europa de soluciones de transporte en frío de uno de los gigantes del comercio electrónico. Àlex Vila, consejero delegado y fundador de Tempack , cree que han encontrado la solución para resolver uno de los retos del transporte de última milla que debe afrontar el sector.
“Una furgoneta refrigerada cuesta tres veces más que una normal y, además, en el futuro las diésel no podrán entrar en el centro de las ciudades y habrá que ver si los vehículos eléctricos podrán tener cajas refrigeradas”, diagnostica. Poco después aporta su solución: "Necesitarán material ligero y aislante que pueda ir en furgonetas no refrigeradas y que pueda compartir espacio con otros materiales que no requieran frío". Se refiere, por supuesto, a las cajas y acumuladores de frío que desarrolla su empresa.
Tempack empezó haciendo acumuladores de frío para transportar medicamentos. Continuó su historia desarrollando cajas. Y terminó haciendo productos personalizados (en el 90% de los casos) según demanda, que eran testados en su laboratorio teniendo en cuenta los tiempos de recorrido y las diversas temperaturas que deberían resistir. No es lo mismo hacer una solución para una vacuna que debe ir al desierto africano que otra que acabará en Alaska, a riesgo de que el producto acabe congelado e inservible. El suyo era un micronicho, con pocos competidores. La mayoría de farmacéuticas les pedían asesoramiento, sobre todo después de que abrieran una delegación en Alemania.
Lo mejor de su negocio ha sido, al menos hasta ahora, la alta fidelización y la ínfima morosidad. "Hay retrasos, pero no impagados", explica Vila, quien señala que sólo ha tenido que detener un camión una vez -desde hacía un año le debían 12.000 euros-. Cobró pronto y no tuvo que volver a hacerlo: “Nosotros somos un proveedor estratégico y ellos no pueden no distribuir una vacuna”.
Las exportaciones de la compañía han alcanzado el 80% de la facturación, que el año pasado fue de siete millones y que este ejercicio se cerrará en nueve. El plan de negocio marca que a finales de 2019 la cifra de ventas será de quince millones de euros, aunque ambos gestores de la empresa no descartan que se supere esta cifra, sobre todo por el tirón que está teniendo el comercio electrónico. Ahora mismo supone ya la mitad de las ventas.
Las soluciones que Tempack aporta en este segmento de mercado que todavía no ha explotado es la razón por la que el grupo británico Softbox comprende la empresa en septiembre. La compañía, especializada en el sector farmacéutico y con fábricas en todo el mundo, confía también en el crecimiento del comercio electrónico y esto explicaría que Vila y Orriols (dos de los tres accionistas que controlaban la compañía) se mantengan al frente de la gestión. "Lo que quieren es continuidad en la dirección", explica Orriols, que añade que el comercio electrónico todavía dará una nueva oportunidad a la empresa: los productos farmacéuticos.