Industria

Osona, los secretos de la comarca inmune a las crisis

Este territorio de la Catalunya Central, cuna de gigantes agroindustriales, es el que mejor ha salido de las crisis de 2008 y 2020

BarcelonaHace una década Osona era la comarca catalana que más crecía de Cataluña. Y lo hacía casi al ritmo de la mayor economía emergente del planeta: China. Pero la economía de Osona y el gigante asiático no sólo compartían similitudes numéricas, sino que estaban conectadas. Hoy Osona es una de las comarcas catalanas que más han crecido en los últimos cinco años. Y una de las explicaciones se encuentra a 6.000 kilómetros de distancia.

Desde el año 2019, el valor absoluto agregado (VAB) –un indicador similar al producto interior bruto que mide el nivel de actividad económica de un territorio– de esta comarca de la Cataluña Central ha crecido un 7 ,1%. Un ritmo muy superior al de la media catalana (2,7%) y sólo superado por la Garrotxa (8,4%) y el Gironès (7,3%), según el últimoAnuario económico comarcaldel BBVA, presentado esta semana.

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Este crecimiento aparentemente discreto, puesto que equivale a menos de un 1,5% anual, cobra importancia si se tiene en cuenta la pandemia. De hecho, es en el efecto económico del coronavirus en el que encontramos la primera explicación. "Cuando llegó la pandemia, ahí apenas nos afectó: la industria alimentaria seguía trabajando", explica al ARA Sandra Álamo, técnica responsable del Observatorio Socioeconómico de Osona. Y China tuvo que ver: el brote de peste porcina africana (PPA) obligó al mayor productor de carne de cerdo del mundo a importar este producto. Y Osona se benefició: Costa Food Meat, uno de los gigantes cárnicos de la comarca, fue la empresa de Osona del sector que más facturó ese año.

"De Osona se puede decir que ha salido más rápidamente de la pandemia que el resto de Catalunya porque su dependencia de los servicios personales es más moderada que el conjunto catalán. Esto le dio una menor fragilidad ante la cóvida", explica el catedrático de economía de la UAB Josep Oliver, que también dirige elAnuario económico comarcal. Pero no sólo eso: una vez iniciada la recuperación, su tejido industrial y especialmente la industria alimentaria tuvo unos resultados muy positivos. Mientras en Cataluña este subsector cayó en el 2022, en Osona aguantó. Esto le ha permitido convertirse en la única comarca catalana con un incremento acumulado del VAB superior al 30% en el período 2013-2023.

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Esta resiliencia en el tiempo se explica por el carácter industrial de la economía de Osona. La comarca cuenta con una contribución del sector industrial (35,7%) al PIB –indicador que mide la actividad económica de un territorio– que casi dobla la media catalana, mientras que con los servicios pasa a la inversa: tienen un peso del 55%, cuando la media catalana de este sector en la economía es del 75,6%, según datos de 2022. Pero también ha sido conocida por un fuerte sector primario (3%), con el triple de peso que la media catalana. "A lo largo del siglo XX, Osona era conocida por la agricultura y la ganadería, ahora la economía se ha terciarizado mucho", explica al ARA el doctor en política económica y profesor en la UVic Enric Casulleras. El hecho de que todavía ahora el sector primario de Osona tenga más ganadería de la habitual mujer en la comarca "unos resultados más positivos", dice Oliver.

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Gigantes agroindustriales

Esta situación ya se dio en la crisis del 2008. "En Osona se ha resistido mejor a las crisis, en los años 2007 y 2008: cuando hubo la crisis de la construcción, la comarca aguantó muy bien el empuje porque tenía un tejido industrial cimentado en la agroindustria y toda la empresa asociada. Además, el segundo sector industrial en la comarca es el metalúrgico, que está asociado al alimentario", explica al ARA el consejero comarcal de promoción económica y también alcalde de Gurb, Josep Casassas. El sector alimentario está presente en Osona en todos sus eslabones, ya que con los años el campesinado tradicional de la comarca, distribuido en pequeñas granjas, ha ido virando hacia grandes grupos empresariales, que controlan toda la cadena alimentaria: desde los mataderos hasta en el embalaje.

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El proceso se ha dado durante los últimos cuarenta años. Osona ha pasado de tener un suelo agrario distribuido en negocios familiares a estar en manos de grandes grupos, que han ido comprando a los pequeños y ya tienen toda la cadena: granjas, mataderos y salas de deshacer, donde elaboran producto. Y también tienen la parte comercial y realizan la distribución y la exportación. "En los años 80 llegó a Osona el modelo de integración ganadera: el suelo agrario estaba distribuido entre muchas familias que vivían de la agricultura y la ganadería. De ahí salieron pequeñas salas de deshacer. Cuando ahí llegó la integración de grupos de fuera, como Vall Companys, empezaron a comprar estas granjas", explica Álamo. Así, lo que antes estaba repartido entre muchas familias que vivían de la tierra, son ahora grandes negocios que incluso tienen los centros de decisión fuera de Osona, como es el caso de Vall Companys (Lleida), Grupo Jorge (Zaragoza) o Costa Food (Huesca).

En conjunto, el sector agroalimentario representa el 53% de la facturación y el 30% de los puestos de trabajo de la comarca. Esto se explica porque 13 de las 20 compañías con más ventas de la comarca son del sector. Este peso se ha puesto de manifiesto en la afiliación: en diez años, en el conjunto de la comarca se han creado 20.000 nuevos puestos de trabajo, de los cuales 3.860 en la agroindustria –desde mataderos hasta salas de deshacer–, 2.600 en el comercio y 2.400 en el sector metal y bienes de equipo, que abarca desde la fabricación de piezas hasta máquinas enteras. Un ejemplo de este último subsector es uno de los principales gigantes de la comarca: La Farga YourCopperSolutions, una empresa con dos siglos de historia dedicada a los semielaborados de cobre que exporta la mitad de su producción a 74 países distintos. "Sus exportaciones representan el 1% de todas las exportaciones de Catalunya", explica Casulleres. Con unos 1.500 millones anuales, es la segunda empresa que más factura de la comarca. Otras compañías fuertes son Girbau, dedicada a la lavandería comercial e industrial; Roquet Hydraulics, que fabrica componentes y sistemas hidráulicos, y Axilone Metal, una empresa de tapones para perfumería y cosmética.

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El campeón empresarial de la comarca, de comercio al por menor, hace tiempo que es el mismo. Se trata del Grupo Bon Preu, que factura más de 2.000 millones de euros anuales. La compañía dirigida por Joan Font está en pleno auge comercial, enfocada últimamente al sur de Cataluña, y ya gestiona más de 130 supermercados y unos sesenta hipermercados y gasolineras, así como una comercializadora de energía. La conocida Casa Tarradellas, perteneciente al sector agroindustrial, completa el podio de Osona –por detrás de La Farga– con una facturación superior a los 1.100 millones de euros. Algo más lejos de estos tres gigantes venden ya Costa Food Meat, Patel, Grup Baucells, Mafrigés y Embutidos Monells, todos por debajo de los 500 millones. En medio se cuela una empresa del sector de las tecnologías de la información y la comunicación: Seidor, que hace un mes fue adquirida en un 60% por un fondo estadounidense.

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El crecimiento económico de la comarca, y la configuración de grandes grupos empresariales, ha nutrido los datos de afiliación, que el pasado año creció un 3,9%. "Cada trimestre estamos dando máximos históricos", explica Álamo. La tasa de paro en la comarca fue del 8,5% el pasado agosto, algo por debajo de Catalunya. De hecho, un reciente informe de la Cámara de Barcelona recogía que Osona es la comarca de la demarcación de Barcelona con el porcentaje más alto de puestos de trabajo en el sector industrial, representando el 30% del total, en comparación con el 14% de la media.

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Sin embargo, los datos siempre pueden mejorar: todo modelo productivo muy intensivo en trabajo no lo es tanto en conocimiento. "Osona necesita mucha mano de obra para producir pero tiene una productividad baja: una hora de una persona en las TIC es mucho más productiva que una hora de una persona en un matadero", explica Álamo. Y esto ha provocado que con los años la comarca haya absorbido mucha mano de obra extranjera con pocos conocimientos y bajos salarios. De hecho, pocos años antes de la pandemia estalló el caso de las falsas cooperativas que trabajaban mayoritariamente en mataderos de la comarca.

Un modelo a seguir

Sin embargo, el modelo de Osona es solvente, basado en la combinación de servicios profesionales, industria y ganadería, gracias a una fuerte demanda industrial. Por eso Oliver considera que este modelo "apunta hacia lo que debería ser el futuro de Catalunya". Y se trata de un cambio de tendencia que ya se está viendo en Osona, Vallès Oriental, Vallès Occidental y Baix Llobregat. "En 2023 y 2024 estamos viendo que los servicios personales –como el comercio, la hostelería y las actividades recreativas– tienden a crecer menos que los servicios privados productivos –seguros, servicios a empresas y comunicaciones–; los primeros crecieron un 2 ,3% el pasado año, estos últimos, más vinculados a las empresas, crecieron un 5,3%", explica Oliver.

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Pese a este dinamismo económico, Osona comparte con el resto de Catalunya muchos retos. Uno de ellos es la mejora de poder adquisitivo de sus ciudadanos. Pese a las buenas cifras de ocupación de la comarca, que han ido al alza en los últimos años, la renta per cápita respecto a Europa ha empeorado. "Si habiendo más empleo que nunca el PIB per cápita no ha crecido, sino que ha decrecido, esto implica que los salarios han subido menos que la inflación y ha habido pérdida de poder adquisitivo", explica Casulleres.