Tagliatella no viene de Italia: es catalana, nacida en Lleida y con padre sevillano

Un día de 1965, a las seis y media de la tarde, Juan Manuel Chacón puso los pies por primera vez en Catalunya. Lo hizo en el andén de la Estación de Francia, con tan sólo 16 años. Tenía las piernas rígidas: había estado casi 17 horas embutido en el asiento deEl Sevillano, el tren que a diario unía la capital andaluza con la catalana. Como él, dentro del largo convoy, viajaban hombres solitarios y familias enteras que emigraban a Catalunya con la esperanza de encontrar una mejor vida. La famosa cadena de restaurantes de cocina italiana La Tagliatella es hija de este fenómeno y, concretamente, del esfuerzo y el sudor de Chacón, un joven que no paró de picar piedra en Catalunya hasta que se topó con una inesperada veta de oro: la pizza.

Tras la decoración italiana que hoy sobrecarga las paredes y los techos de los 230 establecimientos que la cadena tiene en España, se esconde una historia que poco tiene que ver con Italia. La semilla más primigenia de estos locales debemos ir a buscarla en la década de 1970, en Blanes, en la Selva. Entonces, poca gente había oído hablar del pomodoro, el risotto o la parmigiana. Chacón no era ninguna excepción. Desde su llegada a Cataluña, había ido de un lado para otro haciendo todo tipo de trabajos. En su currículum había estudios en electrónica y un apartado de experiencia laboral bien apretado: desde repartidor de paquetes hasta pintor de paredes. Un día, cuando tuvo suficientes ahorros, convenció a un amigo para montar juntos una tienda de electrónica en Lloret de Mar. Fue un fracaso, pero el espíritu emprendedor le caló.

Fue entonces cuando viró hacia la restauración y, concretamente, hacia la comida italiana. "Es un tipo de cocina sencilla de preparar y, por tanto, que facilita la operativa de un restaurante", explica Josep Maria Espinet, profesor del área de comercialización de la Universidad de Girona (UdG). Esta vez tuvo más éxito, pero sólo en temporada de verano. Para desestacionalizar el negocio, se planteó abrir una segunda pizzería en Vaquèira, la meca catalana de los esquiadores. Pero al final eligió Lleida, la ciudad donde vivía su hermana. Cambió la tramontana por la niebla: en 1985 levantó la persiana del Trastevere, uno de los primeros restaurantes de cocina italiana de poniente. El negocio daba dinero todo el año. "Puse un encargado y me dediqué a abrir más restaurantes", confesó Chacón en el 2013 a La Vanguardia, en una de las pocas entrevistas en profundidad que ha concedido a lo largo de su vida.

El 'capo' de la comida italiana

La vida del emigrante sevillano se convirtió en un ir y venir de Barcelona a Italia, de donde volvía con la libreta llena de ideas y recetas para incorporar a sus restaurantes. Abrió varios Trastevere y creó otras dos cadenas de restaurantes: Il Pastificcio y La Tagliatella. La última, en 2002. "Veníamos de una época de recuperación económica y los consumidores tenían ganas de conocer nuevos conceptos de restaurantes donde poder ir a disfrutar de su tiempo libre", contextualiza Espinet. "En ese momento, en España, no había ninguna marca de pizzería de referencia", recuerda el experto. Chacón supo llenar ese vacío.

En 2006 era ya emperador de un imperio de una cincuentena de establecimientos. La empresa había captado el interés de un fondo de capital riesgo internacional, que llevaba tiempo planeando el aterrizaje en el sector español de la restauración. Puso 70 millones de euros sobre la mesa de Chacón y el sevillano los aceptó. Todos los Trastevere, Il Pastificcio y La Tagliatella pasaron a formar parte de la cartera de Corpfin Capital, que en la misma operación también se quedó 22 local de KFC y 100 Montaditos. Todos ellos se agruparon bajo la marca Restauravia Food. Tres años más tarde, el número de locales de esta nueva compañía ya superaba los ochenta. De éstos, setenta eran de La Tagliatella. En 2008, facturó 114 millones de euros.

En 2011 La Tagliatella, que ya tenía 120 establecimientos, generó otra lluvia de millones. La multinacional AmRest Holdings compró Restauravia Food por más de 200 millones de euros. Hoy la cadena cuenta ya con más de 200 establecimientos en España. Por su parte, Chacón reinvirtió el dinero de la venta en una nueva cadena de pizzerías, La Piemontesa, con una decena de locales en Catalunya. "Es un hombre con una gran visión de negocio: a medida que se han vendido empresas, ha ido invirtiendo en otros negocios y sectores", explica Espinet.