Luca de Meo, de Renault, pide a la CE "más flexibilidad y menos regulación" para la industria
La vicepresidenta europea, Teresa Ribera, avisa de que el modelo europeo "puede quebrar" si se depende de las ayudas estatales
BarcelonaLa mesa redonda compartida entre la vicepresidenta de Transición Limpia, Justa y Competitiva de la Comisión Europea, Teresa Ribera; el consejero delegado de Renault, Luca de Meo; y el director del Instituto Bruegel, Jeromin Zettelmeyer, era una de las más esperadas de la primera jornada de la Reunión Anual del Círculo de Economía. Por un lado, porque hace justo una semana toda la península Ibérica quedó a oscuras, y se esperaba que la que fue ministra de Transición Ecológica aprovechara la ocasión para dar alguna información al respecto; por otro, porque la industria en Europa –y sobre todo la del automóvil– se encuentra en una situación compleja frente a los aranceles de Donald Trump.
Lo primero que se esperaba no ha sucedido: Ribera no ha hecho ningún comentario sobre el apagón, pero tampoco se le ha preguntado sobre el tema. Sin embargo, sí lo ha hecho este lunes por la mañana en un acto organizado por la Asociación de Periodistas Europeos de Catalunya, donde ha criticado el ataque "fácil" a las renovables como culpables del gran apagón en España. Sea como fuere, Luca de Meo, por su parte, sí aprovechó el encuentro con Ribera para reclamar "más flexibilidad" en el sistema y criticó la abundancia de regulación, "que complica mucho las cosas en el sector y en los fabricantes".
"La gente no puede permitirse comprar coches, por lo que se quedan con lo que tienen. La edad media del parque automovilístico ha pasado de siete años a doce y pico en los últimos ejercicios, lo que hace que no se solucione el problema de la contaminación", ha recordado De Meo. En este sentido, "tener plazos no ayuda". "Tiene que haber un camino; hay que realizar una estrategia industrial conjunta donde el automóvil tenga un papel", ha reclamado.
En cuanto a los aranceles, Ribera ha lamentado que se utilice el comercio exterior o las materias primas como armas de presión, y ha añadido que las reducciones a las barreras comerciales de las últimas décadas "han permitido alcanzar cuotas de bienestar nuevas", aunque ha apuntado algunas preocupaciones como el preocupación. Asimismo, ha destacado que es importante "vigilar" que aquellos países que quieran vender productos y servicios en Europa mantengan el respeto a estos mismos estándares y que, según sus palabras, no sea una carrera hacia abajo en condiciones laborales y medioambientales.
El peligro de las ayudas estatales
"Me preocupa un poco el énfasis que le da la Comisión Europea a las ayudas estatales –apuntó a su vez Zettelmeyer–, la mayoría de los países en Europa no dan mucho dinero a nivel nacional, pero si se basa en ello será un problema por la competencia porque favorecerá a los países que tengan dinero", ha dicho el director del Instituto Bruegel.
En este sentido, tanto Ribera como de De Meo han estado de acuerdo: "Debemos ser cuidadosos, transparentes y garantistas" en cuanto a las ayudas estatales, ha asegurado Ribera, "porque, si no, corremos el riesgo de que el proyecto europeo quiebre", ha avisado. "Cuidado con pensar que todo se resolverá con ayudas de estado, ya sea para cargadores, cadenas de producción o innovación", ha advertido.