Energía

La mitad de la luz en el Estado ya es renovable (pero en Cataluña no)

Con los proyectos actuales, España supera en un 10% los objetivos para 2030

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Parque eólico La Maçana, ubicado en los términos municipales de Rubió y Castellfollit del Boix.

BarcelonaUn 49,9% de la electricidad producida en España desde enero y hasta la pasada semana fue renovable. Es decir, la mitad de la luz que se genera en el Estado es ya verde, según los datos de Redeia, la empresa de transporte de electricidad. Algo que no ocurre en Catalunya, donde la nuclear, con más del 56% de la producción, es la primera fuente de electricidad.

En Catalunya, según los datos del Instituto Catalán de la Energía (Icaen) de 2022 , las renovables sólo aportaron un 15,6% de la producción eléctrica. Curiosamente, pese al poco peso de la energía verde en el Principado, Cataluña es la comunidad que en 2022 generó más electricidad sin emisiones de CO₂, un 72,3% de la producción. La clave está, precisamente, en la energía nuclear, que no emite CO₂, aunque genera residuos radiactivos.

El crecimiento de las renovables en España es evidente. Hasta noviembre han crecido más del 14%. El 17 de noviembre se había superado ya la generación de electricidad verde de todo el 2022, en total 116.844 GWh. Hasta el 20 de noviembre, la producción hidráulica había aumentado un 39,4% con respecto al año anterior, la fotovoltaica un 32% y la eólica un 2%. En el caso de la hidráulica, debe tenerse en cuenta que en el 2022 en el conjunto de España la producción se vio muy afectada por la sequía, de ahí el extraordinario crecimiento. En el caso de Cataluña, la sequía se está sufriendo este año.

Este noviembre ha sido especialmente intenso en producción renovable en España, y prácticamente dos tercios de la generación ya es verde. De hecho, el 3 de noviembre se batió el récord histórico de renovables en el Estado, con una aportación del 73,3% al mix. Esta producción de energía verde se traduce en un claro abaratamiento de la luz en el mercado mayorista. El 4 de noviembre (sábado, cuando hay menos demanda), el precio en el mercado mayorista marcó un mínimo de 1,51 euros el MWh, según los datos de OMIE, el operador del mercado. El día siguiente, domingo 5 de noviembre, aunque el precio de media fue de 5,03 euros, desde la medianoche hasta las 18 h el precio horario fue de cero euros por MWh. Desde principios de noviembre, sólo ha habido siete días en los que se han superado los 80 euros el MWh.

Estos precios son una buena noticia para los consumidores, aunque ya se han activado las alertas de los inversores en renovables. "Siempre hemos reivindicado nuestro papel como depresores de los precios, pero la electricidad a cero euros no es una buena noticia", sostenía recientemente el director general de la asociación empresarial Appa Renovables, José María González.

Daniel Pérez Rodríguez , director general de la Energética (la eléctrica pública de la Generalitat) y autor del libro La superpotencia renovable, cree que es necesario un cambio de modelo de mercado eléctrico. "Ahora las materias primas, el agua, el aire y el sol, son gratis; por tanto, tienen un coste inicial, pero no un coste marginal", asegura. En consecuencia, un mercado marginalista -en el que la última tecnología que entra, que es la más cara, marca el precio de toda la luz- "con tecnologías sin coste marginal que dominan más de la mitad del mercado, no tiene ningún sentido" . Pérez coincide con la patronal de las renovables: si se mantiene el sistema actual con tantas horas a cero euros el MWh, "nadie financiará esto [las renovables]".

¿Quién ha hecho los deberes?

La emergencia climática hace cada vez más necesaria la inversión en renovables. La pregunta es: ¿quién está haciendo los deberes y quién no? Pues bien, España lo hace. Un reciente estudio del laboratorio de ideas Ember indica que el despliegue de las renovables en España va más rápido de lo previsto. Gracias a los nuevos proyectos que se han puesto en marcha este 2023 ya se supera en un 10% la cuota necesaria para cubrir los objetivos de 2030. De hecho, en el ámbito de la Europa comunitaria, sólo Suecia va más avanzada sobre las sus previsiones para la transición energética.

Todo tiene un pero. En este caso, Ember señala que en esta transición, en España y en otros países, existen problemas burocráticos. Lo que también señala el Clúster de la Energía Eficiente de Cataluña (CEEC) en su último barómetro de opinión. "Ante el retraso en la tramitación de ayudas, así como la demora en la aprobación de proyectos en el ámbito de las renovables y el autoconsumo, el sector insiste en simplificar las barreras burocráticas para llevarlas a cabo", indica el CEEC. El barómetro apunta a que un 84% de los encuestados reclaman a las administraciones, tanto locales como estatales, simplificar estos trámites para seguir desarrollando el proceso de transición energética. En este sentido, más de un 50% también piden implementar estímulos fiscales y desarrollar instrumentos que faciliten la colaboración público-privada.

En el caso de Cataluña, pese al retraso en el despliegue de las renovables, el actual Gobierno da por superado el paro de proyectos después de una década prácticamente en blanco, gracias al decreto de renovables de hace dos años. Lo explicitaron en un acto reciente el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, y el consejero de Acción Climática, David Mascort. Aragonés aseguró que mantiene el objetivo de alcanzar 3.000 MW de renovables a finales de la legislatura y presumió de que su ejecutivo ha desatascado más de un centenar de proyectos. Además, indicó que las renovables crearán 188.000 puestos de trabajo hasta el 2030. Mascort, por su parte, admitió que tiene 500 proyectos sobre la mesa y que hace falta más celeridad en la tramitación. De hecho, su departamento ha reforzado al personal del área de energía (140 personas, 48 ​​de las cuales se dedican a la tramitación), pero reclama que estos puestos de trabajo se conviertan en estructurales para que el despliegue de las renovables” no tiene freno".

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