Inmobiliario

La extensa huella del oligarca de Lukoil en Barcelona

Vaguit Alekpérov, presidente de Lukoil, tiene inversiones en Plaça Francesc Macià y en el puerto de la ciudad

El pasado 24 de febrero por la mañana, pocas horas después de que Vladímir Putin emitiera un mensaje televisado anunciando la invasión de Ucrania, el presidente de Rusia reunió a una treintena de oligarcas en el Kremlin. Pese a las mascarillas que llevaban, las fotos revelan miradas de tensión entre los asistentes. Uno de ellos era Vaguit Alekpérov (ver foto principal de este artículo), que, sentado en primera fila, escuchaba el sermón de Putin.

Alekpérov es un viejo conocido de Catalunya, territorio donde tiene inversiones y que ha visitado en varias ocasiones. Reúne las condiciones del clásico oligarca ruso: en 1991 era viceministro de Gas y Petróleo y aquel mismo año, después de la debacle de la URSS, pasó a liderar Lukoil, un grupo nacido de la fusión de tres empresas públicas. Hasta el inicio de la invasión de Ucrania era la segunda compañía rusa por volumen de ventas. Actualmente este multimillonario es el primer accionista de Lukoil, donde controla un 28% del capital. Sorprendentemente, y pese a su proximidad a Putin, esta empresa rusa es la que más claramente ha pedido que se pare la invasión de Ucrania: la semana pasada reclamó “el fin inmediato del conflicto armado” y la resolución a través de un "proceso negociado".

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Vaguit Alekpérov tiene varias inversiones en Barcelona. Por ejemplo, inmobiliarias: él es una de las fortunas que financiaron la remodelación del edificio de Francesc Macià 10 de Barcelona (antiguamente conocido como edificio Winterthur) para convertirlo en pisos de superlujo. El proyecto lo realizó Squircle, una empresa de capital riesgo que también es quien gestiona el edificio. Para financiarlo, Squircle levantó un fondo con sede en Luxemburgo, y Alekpérov y su familia fueron algunas de las personas que invirtieron en este fondo, según avanzó eldiario.es. Aun así, tiene “una participación minoritaria” que no detallan pero que ronda el 25%, según las fuentes consultadas.

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Inversiones en el puerto de Barcelona

Unos años antes, en 2012, este mismo multimillonario fue al puerto de Barcelona para asistir a la inauguración de una nueva terminal de productos del petróleo. Esta inversión se realizó al 50% entre la empresa catalana de gasolineras Meroil y Lukoil (que puso el dinero a través de Litasco, una sociedad inversora que tiene en Ginebra). Esta terminal consiste en 13 depósitos con una capacidad para 360.000 metros cúbicos y a la inauguración asistió el president Artur Mas.

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Pero aún hay más: Alekpérov también está detrás de Salamanca Nine, la empresa que gestiona la Marina Port Vell de Barcelona a través de una concesión pública. Según destapó El Confidencial en 2014, una compleja maraña de sociedades ocultaba la presencia del oligarca como uno de los principales inversores (y beneficiarios) de esta concesión, que no vence hasta el 2036.

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Además de todo esto, Alekpérov también tenía su yate (Galactica Super Nova) amarrado en la Marina Port Vell cuando empezó la invasión de Ucrania. El fin de semana posterior corrió a sacarlo para llevarlo hacia Montenegro, quizás temiendo que las autoridades se lo confiscaran. Una cosa similar ha hecho este martes Roman Abramóvich: el todavía propietario del Chelsea FC ha tenido todos estos días su yate (que se llama My Solaris) en Barcelona hasta que ha decidido sacarlo en dirección desconocida, posiblemente buscando un país menos arriesgado para sus intereses.

Presencia habitual de yates

Los megayates rusos visitan Barcelona con frecuencia. Uno de ellos, incluso, tiene un amarre: se trata de la embarcación de Alisher Usmánov (magnate de la metalurgia y destacado miembro de la lista negra de oligarcas que la Comisión Europea ha publicado recientemente), tal como explicó el presidente del Port de Barcelona, Damià Calvet. El amarre está en Marina Port Vell, pero no ha sido confiscado porque no está claro que haya que hacerlo. “Estamos a la espera de cómo tenemos que actuar”, dijo Calvet la semana pasada.

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Una de las dificultades que hay es que, aunque de facto se sepa quién son los dueños de los barcos, legalmente es más complicado, puesto que a menudo están a nombres de sociedades en paraísos fiscales que dificultan rastrear la propiedad. Este diario ha confirmado que hoy en día siguen amarrados en Barcelona el de Serguéi Chemezov, antiguo agente del KGB y actual consejero delegado de Rostec (el barco se llama Valerie), y el de Andrei Molchanov, accionista mayoritario del gigante inmobiliario LSR (este se llama Aurora).

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Estos últimos barcos, como el de Abramóvich, están en Marina Barcelona 92, una empresa que se dedica a la reparación y el mantenimiento de superyates y que no tiene nada que ver con Marina Port Vell. Ahora bien, el accionista mayoritario de Marina Barcelona 92 es Squircle Capital, la misma empresa que remodeló el edificio de Francesc Macià 10. Las personas con quienes ha hablado este diario aseguran que esto es solo una casualidad y que el fondo con el cual Squircle tiene la participación en Marina Barcelona 92 no tiene capital de ningún inversor ruso.