El presunto testaferro de Putin tiene un amarre en el Puerto de Barcelona

Alemania ha confiscado el yate que el multimillonario ruso Alisher Usmánov tiene en Hamburgo

El yate 'My Solaris', propiedad de Abramóvitx, continúa al Puerto de Barcelona

BarcelonaEn la lista de negra que ha redactado la Unión Europea figura en tercer lugar Alisher Usmánov, un oligarca "con lazos especialmente estrechos con el presidente ruso, Vladímir Putin". Se lo considera, de hecho, "el testaferro del presidente Putin" y es uno de los hombres que "ha resuelto sus problemas empresariales". La UE también considera que Usmánov "prestó activamente apoyo material o financiero a los políticos rusos responsables de la anexión de Crimea". Este poderoso oligarca ruso ha visto este jueves cómo las autoridades alemanas obedecían las directrices de la UE y confiscaban el Dilbar, el lujoso yate que tenía amarrado en el Puerto de Hamburgo. En la operación también se han inmovilizado dos yates más, propiedades de otros oligarcas. El Dilbar, uno de los más grandes del mundo y valorado en 600 millones de dólares, había estado otras veces amarrado en el Puerto de Barcelona, donde Usmánov, a través de diferentes empresas, tiene un amarre.

El presidente del Puerto de Barcelona, Damià Calvet, ha explicado esta mañana que ya han informado Puertos del Estado que este empresario de la industria del metal tiene en Barcelona un amarre: "Estamos a la espera de cómo tenemos que actuar", ha dicho. Fuentes del Puerto han explicado, sin embargo, que en caso de que se decida actuar contra esta propiedad, ignoran cómo se tendría que hacer, puesto que no hay ninguna ley que prevea esta posibilidad.

La lista de oligarcas rusos sancionados por la UE se publicó a finales de diciembre, pero el martes de la semana pasada se amplió. Es a partir de esta ampliación que se incluye el nombre de Usmánov.

'My Solaris' continúa amarrado

Por el contrario, en el Puerto de Barcelona continúa amarrado My Solaris, el famoso yate del multimillonario ruso Román Abramóvich. Como el barco no tiene bandera rusa (luce la de las islas Caimán) y el propietario del Chelsea no figura en la lista, no se puede hacer nada. Forzado por la presión, Abramóvich anunció ayer que pone a la venta el equipo inglés, puesto que considera que "es lo mejor para el interés del club".

Además de estos casos, el lunes también había amarrados otros dos yates, propiedad de otros oligarcas rusos, pero, según el aplicativo de rastreo de yates, ya se han marchado. Se trata del Valerie, de Sergey Chemezov, exagente de la KGB y consejero delegado de la corporación estatal de productos industriales Rostec –colocado a dedo por Putin, con quien compartió destino en los ochenta–, y de la Aurora, propiedad de Andrey Molchanov, con una fortuna de 1.200 millones de dólares, que preside LSR Group, macroempresa que se dedica a la construcción.

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