Seguridad

Evitar la sumisión química con un sensor que devuelve fluorescente la bebida

Investigadores de la Universidad Politécnica de Valencia crean una caja que captura las moléculas de burundanga

Una discoqueta en una imagen de archivo
ARA
31/12/2025
2 min

BarcelonaEn una de cada tres agresiones sexuales que tienen lugar en España la víctima ha sufrido sumisión química. Ahora un grupo de investigadores de la Universidad Politécnica de Valencia (UPV) ha dado un paso importante para que en un futuro próximo haya una herramienta que permita detectar fácilmente si en una copa alguien ha introducido droga.

El equipo de científicos ha desarrollado un nuevo sensor que puede detectar en menos de cinco minutos la presencia de escopolamina, una sustancia líquida conocida informalmente como burundanga y que es de las más utilizadas en delitos de sumisión química y especialmente en agresiones sexuales. Si el sensor detecta la presencia de esta droga hace que la bebida contaminada con escopolamina se vuelva fluorescente.

Los resultados de la investigación se han publicado en la revista Angewandte Chemie International Edition y el sensor ya está patentado. En la investigación han participado también el CIBER de Bioingeniería, Biomateriales y Nanomedicina (CIBER-BBN), el Centro de Investigación Príncipe Felipe (CIPF), la Universidad Jaume I (UJI) y el Instituto de Investigación Sanitaria La Fe de Valencia.

El investigador del Instituto Interuniversitario de Reconocimiento Molecular y Desarrollo Tecnológico (IDM) de la UPV, Vicente Martí, explica que "la escocolamina es una sustancia difícil de detectar con métodos convencionales, especialmente cuando se encuentra en bebidas". Por este motivo, el grupo de científicos se propuso "desarrollar nuevas herramientas sencillas que permitan alertar de su presencia de forma inmediata".

Tal y como detalla el director del IDM, Ramón Martínez Máñez, el funcionamiento del nuevo sensor es muy sencillo: cuando la droga entra en contacto con el sensor, se produce una reacción que libera una sustancia fluorescente. Según describe, este mecanismo "genera una señal luminosa muy clara" y, además, su intensidad es proporcional a la cantidad de escopolamina que se ha introducido en la bebida. "Cuanto más escopolamina hay, más fluorescente se devuelve la señal, lo que permite no sólo detectar su presencia, sino también estimar su cantidad. Y todo ello en menos de cinco minutos", destaca el investigador.

Una caja que captura moléculas

El sensor ideado por los investigadores de la UPV se basa en una "caja molecular", una estructura química diseñada para reconocer y capturar moléculas concretas. En este caso, este dispositivo ha sido diseñado para interactuar y capturar de forma altamente selectiva la escopolamina. Los investigadores explican que su sistema tiene un diseño químico sofisticado que permite que el sensor detecte cantidades muy bajas de droga, lo que hace que "sea especialmente útil para el análisis rápido de sustancias sospechosas, tanto en contextos preventivos como después de una posible agresión".

Ahora el equipo de la UPV está trabajando para poder desarrollar un dispositivo que incorpore este sensor para detectar escopolamina en sustancias como bebidas, orina o saliva. Además, los investigadores están desarrollando también sensores similares para la detección de otras drogas.

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