La Generalitat prevé financiar parte de su deuda en los mercados el próximo año
El objetivo es colocar al menos el 5% del pasivo total en el próximo ejercicio
BarcelonaPrimero fue en el 2023, después en el 2024 y, con posterioridad, en el 2025. Y ahora el próximo año, en el 2026. La Generalitat prevé financiar, como mínimo, el 5% de su deuda en los mercados a partir del próximo ejercicio. Una señal de que esto podría empezar a ser posible, a diferencia del 2012, cuando las autonomías tuvieron que recurrir al Estado a través de distintos instrumentos como el fondo de liquidez autonómica (FLA), es el acuerdo por el que la gran banca apoya de nuevo a la administración catalana después de trece años. Esto siempre que no haya elecciones previamente, ya que los presupuestos vigentes son los de 2023 y desde entonces están prorrogados.
La semana pasada se supo que seis entidades, entre ellas CaixaBank, Banco Sabadell, BBVA y Santander, han aprobado créditos para refinanciar 3.500 millones de euros del FLA del 2023 con un menor coste. La previsión es que, gracias a esta medida, la Generalitat logre un ahorro de intereses de 127,6 millones en once años. Para el ejecutivo catalán, este acuerdo supone que ha devuelto la confianza del sector privado, que no financiaba deuda a largo plazo de la Generalitat desde 2012.
Otro elemento importante para poder recurrir a los mercados es la condonación de parte de la deuda con el FLA, aprobada por el gobierno español, que en el caso de Catalunya supone 17.104 millones, pero que deberá ser ratificada por el Congreso. Si sigue adelante, podría mejorar la nota de solvencia de la Generalitat.
El objetivo es que Cataluña cumpla los requisitos necesarios para ir saliendo gradualmente a los mercados: el próximo año sería el 5% de toda la deuda; en 2027, el 10%; en 2028, el 15%, y en 2029, el 20%. De todas formas, debido al elevado volumen de las necesidades de financiación de la Generalitat, habrá que continuar contando en gran medida con la adhesión a mecanismos de liquidez como el FLA. Según las previsiones del Gobierno, al menos hasta el 2036. La deuda total era de 89.700 millones de euros el pasado 31 de marzo, de los que más del 80% tienen al Estado como acreedor.
Emisiones de bonos
Hasta el cierre de los mercados hace trece años, la administración catalana había recurrido incluso a las emisiones de bonos destinados a particulares y empresas. A través de los mecanismos extraordinarios destinados a las autonomías, en 2014 Hacienda liquidó la última de las emisiones de bonos de la Generalitat que iban destinados a particulares y empresas. Eran un total de 781,5 millones a dos años en el 5%, con liquidación trimestral de intereses adquiridos por parte de 32.605 inversores. Con esta amortización se puso punto y final al ciclo de financiación a través de los llamados buenos patrióticos, que empezó el tripartito en el 2010.
Con anterioridad había recurrido a este sistema la antigua CiU: desde el 2011 hasta el cierre de los mercados. Las emisiones, que retribuían con unos intereses muy altos, de hasta más del 5%, tuvieron que devolverse a través del FLA. De 2010 a mayo de 2012, cuando se hizo la última emisión, la suma total obtenida por la Generalitat mediante los bonos destinados a particulares y empresas alcanzó los 12.726,5 millones.
Este tipo de colocaciones las estrenó en los años ochenta el gobierno de Jordi Pujol. La primera fue en 1981 por unos 60 millones (10.000 millones de pesetas de ese momento) a cuatro años al 11,75%. Las siguientes fueron en 1983 por 10.000 millones de pesetas a cuatro años al 14%; en 1985 por 4.242 millones de pesetas (25,5 millones de euros) a un año en el 11,75%, y en 1986 por 20,4 millones de euros a un interés del 9,50% semestral.
El ejecutivo catalán prevé una reducción gradual de la ratio de deuda sobre el producto interior bruto (PIB) que en 2026 se situará en el 26,5% del PIB, hasta el 24% previsto para 2029. Estos datos no incluyen el compromiso de condonación del 20% del FLA.