El impacto de la pandemia

El impacto del covid por comarcas: La Segarra y La Vall d'Aran, cara y cruz

El Pirineo leridano y el eje de Girona encabezaron en 2020 el retroceso económico en Catalunya

BarcelonaLa edición del 2020 del Anuario Económico Comarcal del BBVA ha sido la más complicada que el catedrático Josep Oliver ha tenido que afrontar jamás. El estudio que la entidad encarga cada año al economista es un reflejo muy claro de cómo la crisis del covid-19 afectó de manera generalizada a todo el territorio catalán, pero con diferentes grados de intensidad entre comarcas y sectores de actividad.

El Pirineo leridano y el eje de Girona –donde muchos municipios dependen del turismo y otros servicios con interacción personal, muy restringidos durante buena parte del año– encabezaron las caídas de actividad económica en Catalunya, con un 13,4% y un 13%, respectivamente. Las dos zonas están al menos dos puntos porcentuales por debajo de la media catalana en la bajada del valor agregado bruto (VAB), un indicador similar al PIB, que fue del 11,3%. El Camp de Tarragona, donde de nuevo se suma una fuerte dependencia de la llegada de visitantes extranjeros, también se situó por debajo de este dato, con un retroceso del 12,6%. "Las comarcas más especializadas en este sector tienen un plus de caída", ha apuntado Oliver este jueves durante la presentación del informe.

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De hecho, si observamos en el mapa cuáles fueron las comarcas más castigadas económicamente durante este primer año de pandemia, la línea de la costa quedó afectada prácticamente del todo. Aun así, el territorio de Catalunya donde este choque fue más duro está entre montañas. Según el informe, la Vall d'Aran sufrió una contundente reducción del 23,2% del VAB, arrastrada por el hundimiento del 27,4% en el sector servicios y del 20% en la construcción. La segunda caída más acentuada sí que fue en una comarca playera: la economía del Baix Empordà se recortó en un 16% durante el último año. La Selva, la tercera demarcación entre las principales damnificadas, cayó un 15,4%.

Pero en esta afectación costera hay una excepción relativa, teniendo en cuenta que hablamos de un contexto de caídas generalizadas. Como remarca el anuario, las Terres de l'Ebre fueron la zona donde el impacto negativo de la pandemia se notó algo menos. Concretamente, en este territorio el VAB disminuyó un 8,7%, un dato que mejora en casi tres puntos la media catalana. Oliver ha destacado que estas comarcas se han beneficiado del incremento del turismo interior y del hecho de que el sector servicios "tan solo" cayó un 10,5%, en comparación con el 26% de los Pirineos y el Camp de Tarragona.

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La Segarra, la comarca más resistente al covid

No obstante, la comarca donde el covid dejó un rastro menos evidente no es cerca del Delta, sino en el Pla de Lleida. Sorprendentemente, en un año con tantas malas noticias para la economía, en La Segarra la actividad "solo" cayó un 2% durante el 2020. ¿Qué explica esta afectación más pequeña? Pues, sobre todo, la escasa dependencia del turismo y el repunte que vivió el sector primario. La suma de actividades como la ganadería o el cultivo de cereales creció un 7%, en comparación con la reducción del 2,5% de la industria, el otro gran contribuyente en la economía de la Segarra. Las comarcas del Pla de Lleida fueron las segundas menos afectadas por el covid-19, después de las Terres de l'Ebre, con un retroceso del 9,9%. Precisamente, en la edición del 2019 estas comarcas fueron las que más crecieron.

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Para acabar, el eje metropolitano de Barcelona y las comarcas de la Catalunya Central se situaron justo en la media. Estos dos territorios sufrieron una caída del VAB del 11,1% y el 11%, respectivamente. En este sentido, Oliver ha destacado que el impacto alrededor de la capital catalana se ha podido mitigar por la buena marcha de sectores como el farmacéutico. En cambio, en el interior de Catalunya afectó más la caída de la industria (11,8%), un sector que representa casi una tercera parte de su economía. Tanto las comarcas de la AMB como las centrales, ha añadido Oliver, también jugaban con otra ventaja: eran las que habían salido más reforzadas de la última etapa de crecimiento entre el 2013 y el 2019.

A pesar de admitir que hay síntomas evidentes de una recuperación económica, el catedrático también ha recordado que una vez se enderece la situación volverán a aparecer los problemas del 2019. "Hemos salido adelante porque los mecanismos de apoyo son de una intensidad sin precedentes", ha añadido Oliver. Además, al escenario actual de salida de la crisis se sumarán nuevos elementos en el tablero de juego como el incremento de los precios de las materias primeras y la energía.