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Momento Murtra

El presidente catalán de Indra asume funciones ejecutivas mientras los estados disparan el gasto en defensa y la acción de la compañía se dispara

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El presidente de Indra, Marc Murtra, durante la junta general de accionistas de la compañía del año 2023.

MADRIDA Marc Murtra le ha llegado un "reconocimiento". Así lo apunta una persona que trabajó cerca de ella cuando se le pregunta por el hecho de que, después de tres años como presidente de Indra, ahora asume funciones ejecutivas. Lo cierto es que su aterrizaje en la empresa tecnológica y de defensa en mayo del 2021 no fue precisamente plácido. El ingeniero catalán, cercano al entorno socialista, tomaba ese cargo tras el cese de Fernando Abril-Martorell, a quien el PP nombró presidente de Indra en el 2015 –la SEPI, el brazo inversor del gobierno español, ya era el accionista mayoritario de la compañía con un 18%–. Murtra llegó apadrinado por la SEPI y, por tanto, por el gobierno de Pedro Sánchez, y vio cómo se le negaron las funciones ejecutivas que sí tenía Abril-Martorell. Hasta la fecha. Tres años después de su nombramiento, el directivo inicia una nueva etapa como presidente ejecutivo.

"[En ese momento] era imposible", afirma una fuente que vivió de cerca el relevo. Las facultades ejecutivas quedaron repartidas entre Ignacio Mataix, como responsable de la división de transportes y defensa, y Cristina Ruiz, a cargo de Minsait, la división de servicios tecnológicos. Sin embargo, el Indra de entonces no era el Indra actual, empezando por el propio consejo de administración y, por tanto, por el accionariado, en el que se mantuvo un "núcleo duro" vinculado a la época de Abril-Martorell y del PP. De hecho, el mercado no acogió con nada de entusiasmo la llegada de Murtra, que fue acompañada de una sacudida en bolsa.

El Estado tenía entre ceja y ceja convertir a Indra en un referente del sector de la defensa, tanto en España como fuera. "Era la única empresa que podía hacerlo", apunta un exdirigente político en el ARA. Sin embargo, esto implicaba dejar de engordar el área más financiera, dedicada a la consultoría y la tecnología, empezando por Minsait. Una aspiración que queda plasmada en el plan estratégico 2024-2026 presentado el pasado mes de marzo y que chocaba de lleno con la visión de la "vieja guardia" del antecesor de Murtra.

"Se llegó a formar una especie de sottogobierno al que no gustó lo más mínimo el relevo", reitera la misma fuente sobre este núcleo duro. Entonces, entre los grandes accionistas de Indra estaba –además del Estado– la familia March (10,5%), el fondo Fidelity (9,8%) y el fondo soberano de Noruega (3,8%). Un dibujo que cambió en el 2022. El Estado empezó a escalar posiciones (hoy ya tiene un 28% del capital social) y le ha seguido Goldman Sachs (8,3%) Mientras ha caído la presencia de Fidelity (7,8%), pero han crecido la de Amber Capital, principal propietario de PRISA (7,3%), y la de la empresa vasca de defensa SAPA (7,94%)

Son estos dos últimos accionistas, junto con la SEPI, los que forzaron. la trifulca política de 2022: hicieron valer su peso para destituir a cinco consejeros independientes, pero cercanos al PP, lo que abrió una dura guerra mediática ya la empresa que desembocó en más dimisiones. Aquello "allanó" el camino para dar el giro estratégico, dice una de las fuentes consultadas.

De 7 a 20 euros la acción

"No debe ser fácil haber sido tres años como quien no tiene nada que decir", reflexiona otra voz cercana a la compañía. Aunque llevas afuera el poder ejecutivo no recaía sobre Murtra, puertas adentro sí picaba piedra –bajo la lupa, eso sí, del gobierno español–, asegura una de las personas consultadas: "Tenía auctoritas y ahora tiene también potestas".

"Que hoy la acción valga 20 euros y no 7 euros [como en el 2021] es obra de Marc", afirma la misma voz, que reconoce que "hubo gente que cuestionó el giro [ de la empresa] y al final ha funcionado". Indra cotiza hoy por encima de los 19 euros la acción, una cifra que no se veía desde el año 2007. "No deja de ser un reconocimiento hacia él, un hito dentro del proceso", añade. "¿Podría haber ido más rápido? Seguramente. Pero ha ido como ha ido", reflexiona la misma fuente en el ARA.

"Buena sintonía"

Ahora Murtra asume el apellido de ejecutivo de la mano con el actual consejero delegado, José Vicente de los Mozos, con quienes desde la compañía destacan que tiene una "excelente" relación. De hecho, la propuesta de conceder funciones ejecutivas a Murtra fue conjunta, según detalló la empresa, y aprobada por "unanimidad" en el consejo de administración. Sin embargo, esto no implicará un incremento de su retribución, afirman desde Indra.

El papel del ya presidente ejecutivo no se refuerza en un momento cualquiera. Los gobiernos, sobre todo europeos, están dispuestos a abrir el grifo del gasto en defensa, empezando por el español, e Indra es consciente de ello. Así, Murtra asume funciones del ámbito "corporativo e institucional" para dedicarse a abrir nuevas relaciones en aquellas geografías en las que la empresa de tecnología y defensa hoy todavía no tiene presencia.

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