Hablemos de dinero

Laura Grau: "Te dan cero dinero a cambio de visibilidad, y yo no como de la visibilidad"

La creadora de contenido explica su trayectoria y su relación con el dinero

La 'youtuber' Laura Grau, en la playa de Blanes
Júlia Riera Rovira
15/11/2024
3 min

Graduada en educación pero comunicadora de profesión. Hablamos de Laura Grau (Blanes, 1995), colaboradora de medios de comunicación y creadora de contenido en las redes sociales. Ha crecido en una familia numerosa y recuerda que a casa iban "bastante justos" de dinero, explica alEmpresas. El primer dinero lo ganó dando clases de repaso, y lo que le hacía más ilusión era no tener que pedir permiso en casa para comprarse una pizza: “Este tipo de libertad me hacía sentir como si fuera una delincuente, después me di cuenta de que así es cómo funciona la vida”.

Con el tiempo empezó a estudiar periodismo. "Me puse mucha presión para entrar en la universidad para después darme cuenta de que, cuando empecé a ir, no me interesaba tanto", recuerda. Una de las cosas más difícil fue decirlo en casa: “Sentía que era una inmensa decepción. Cuando tenías una familia como la mía, ir a Barcelona suponía mucho dinero. Me sentía superculpable”.

Un día empezó a hacer vídeos por “iluminación divina” y los colgó en las plataformas digitales. Poco a poco fue creciendo el número de seguidores en las redes: “Just al día siguiente de entregar el TFG me llamaron de RAC105. Entonces decidí que ese año no ejercería de maestra, que es lo que me había metido en la cabeza durante los meses anteriores”.

Antes, sin embargo, ya había estado haciendo algunas colaboraciones remuneradas: “Eran facturas que hacía con el DNI. Me pagaban 150 euros por hacer unos vídeos para unos niños de una escuela o para dar una charla”. Hasta el momento eran cosas pequeñas: “Cuando me ofrecieron un contrato, tuve que preguntarlo dos veces porque no me lo creía. «¿Es broma que me está ofreciendo un trabajo en la radio a consecuencia de haber hecho vídeos en internet?»

En cuanto a la remuneración, Grau manifiesta que es lo más aleatorio del sector: “Hay sitios donde tu tiempo está super bien pagado, sobre todo en el mundo de la publicidad. Hay marcas que pagan 1.000 euros, 2.000 euros, por un vídeo de un minuto, por un reel de Instagram. En cambio, otras marcas o instituciones te dicen «Te ofrecemos que vengas a vivir la experiencia y si te apetece lo cuelgas»”. Y sigue: “Te da cero dinero, pero es a cambio de visibilidad. Y dices, yo no como de la visibilidad o de la experiencia o del producto”.

En este sentido, también remarca que el sector catalán va con un “retraso crónico”: “En España casi todo el mundo va con agencia, pero son gente que tiene muchos más seguidores y muchísima más capacidad de generar dinero”. La situación es muy diferente aquí. “Aún vamos con un palo y una caña, inventando nosotros el presupuesto; no nos sale a cuenta ni tener una agencia ni un representante ni nadie que nos haga ese tipo de gestiones”, lamenta.

Además, Grau considera que el suyo es un mercado todavía muy desregulado: “En cuanto a secciones de radio y de colaboraciones con los medios, el suflé baja muchísimo. A los creadores que les ofrecen una sección a 60 euros esto les parece poquísimo”. Y, según asegura, el trabajo que hay detrás no es poco: “Hacer el guión, investigar sobre el tema, grabar el vídeo, editarlo, colgarlo, su visibilidad...” Con todo, en ella siempre le ha gustado estar en los medios: “Las tres temporadas que me he dedicado a esto siempre ha habido más parte de radio y medios que de redes”

Contra el papeleo.

Sobre el sector público, la comunicadora denuncia el papeleo que debe hacerse: “Estoy más rato haciendo papeles para poder cobrar una factura de 50 o 100 euros que por el trabajo por el que me lo están pagando. A veces creo que no vale la pena”. A la locutora no le da miedo el futuro laboral: “No me preocupa excesivamente si paso de moda o si de repente nadie me llama para hacer nada. Cuando termine esta ola de comunicación, a la que estoy superagradecida porque me encanta como trabajo, no forzaré la máquina. A mí tarde o temprano me gustaría trabajar en una escuela”.

En cuanto a sus finanzas personales, Grau asegura que es “muy desorganizada” en la gestión de las facturas y que a menudo le cuesta saber lo que gana exactamente cada mes. En cuanto a la vivienda, actualmente vive en Barcelona: “Encontré una ganga que no sé ni cómo lo hice, pero puedo permitirme vivir sola porque pago 500 euros de alquiler”. Pero a la larga le gustaría vivir fuera de la capital catalana y adentrarse en un proyecto de vivienda cooperativa.

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