Tu ayudante en el trabajo será un software listo (y tendrá que entenderse)

BarcelonaTodo lo relacionado hace aparecer la palabra miedo. Al nombrarla surgen los aspectos negativos, la incertidumbre y la posibilidad de los cambios a peor. La inteligencia artificial (IA) a menudo invoca un fatalismo que conduce a pensar que no hay futuro, que todo es demasiado complicado y que no importa qué hagas porque serán otras personas –en despachos ilustres y misteriosos– las que decidirán por ti.

Este jueves la Fundación Formació i Treball ha celebrado treinta años de proyectos de inserción laboral con una jornada en el Círculo de Economía en la que ha vuelto a señalar este escenario en el que la IA despierta nuevos riesgos para el mundo del trabajo, pero también la oportunidad de entender la tecnología como aliado para conseguir mejores condiciones laborales.

"Esta sensación es muy terrible, tanto a nivel individual como colectivo. Baja nuestra autoestima porque pensamos que no podemos hacer nada y que el mundo se acabará. Pero todo esto son creencias paralizantes que nos sacan fuerzas para a la lucha en el sentido afirmativo del cambio", ha defendido la doctora en psicología social Sara Berbel. En cambio, esta formadora ha propuesto romper con ese miedo y pensar que la IA puede contribuir a reducir la jornada laboral en lugar de triturar los contratos de los trabajadores.

Una etapa de datos en tiempo en real

El experto en transformación digital Genís Roca ha recordado que hace catorce meses todavía no hablábamos de la IA porque estábamos demasiado ocupados con el metaverso: "Los niveles de tontería son insoportables cuando algo arranca". En esta nueva etapa, explicó, lo que marcará la diferencia será básicamente la opción de trabajar con datos en tiempo real. Nuevos procesos que requerirán mucha más formación –"o le pones ganas y esfuerzo o te sientas y escuchas"– y que incorporarán un "software avispado" como nuevo ayudante en el trabajo. Roca ha planteado un primer ejercicio a la audiencia del Círculo: empezar a practicar con la última versión de Microsoft Office, en la que un asistente de IA puede acabar de escribir una carta por ti.

El apunte legal del debate ha corrido a cargo de la abogada laboralista y vicepresidenta de la Fundación Formació i Treball, Misericordia Borràs, que ha incidido en poner la tecnología al servicio de las personas y no a la inversa. Justamente al día siguiente que la Eurocámara ratifique la primera ley sobre IA del mundo, la jurista ha defendido la necesidad de una regulación específica que garantice que estos sistemas sean seguros y respeten "algo tan sencillo como los derechos humanos".