Entrevista

Pau Marí: "El GOI integrado es uno de los sectores más jodidos de Barcelona"

controlador aéreo

Pau Marí.
15/02/2025
3 min

Pau Marí es controlador aéreo y trabaja en Gavà, en uno de los cinco centros de control que hay en España y donde se gestionan los aviones que pasan por todo el espacio de soberanía española.

Dígame algo que no conozca.

— GOI integrado.

Efectivamente, no lo conozco.

— Es uno de nuestros sectores. Tenemos el cielo dividido en sectores –Levanto alto, bajo y GOI integrado– y cada día te toca controlar uno.

¿Y el GOI integrado qué tal?

— Uno de los más jodidos de Barcelona, ​​porque tienes todo lo que está en el aire de Baleares –Mallorca e Ibiza– que va hacia el norte de Europa. Son muchos aviones.

Controlan las carreteras del cielo.

— Puede decirse así. Los aviones tienen una ruta y los vamos desviando cuando toca.

¿Cómo se organiza el tráfico?

— El espacio aéreo se define por volúmenes, y cada uno de estos volúmenes tiene definida una capacidad: una serie de aviones y movimientos cada hora. Y cada uno de estos volúmenes los controla un controlador.

¿Y es cierto que todo se gestiona desde un ordenador en Bruselas?

— Sí, porque todas las compañías envían su plan de vuelo, su ruta, y ese ordenador lo que hace es vigilar que no haya sobrecargas.

¿Cuándo hay retrasos es culpa de este ordenador?

— A menudo sí, porque detecta que hay demasiados vuelos, o porque hay previsión de tormentas y se dejan pasar menos. Y en Europa se ha decidido que los retrasos es mejor asumirlos con el avión en tierra.

¿No es cómo se hace en todas partes?

— En Estados Unidos, por ejemplo, es distinto. No tienen ningún sistema de control de afluencia. Si hay saturación en un aeropuerto tienes que ir dando vueltas y esperar para poder aterrizar. O ir a un aeropuerto alternativo.

¿Cuánto rato puede estar dando vueltas un avión?

— Normalmente cargan suficiente combustible para poder estar 20 minutos esperando sobre el aeropuerto de destino y para llegar después al aeropuerto alternativo si no pueden aterrizar.

Siempre imagino un controlador en la torre de control.

— La mayoría no estamos allí, sino en los centros de control. Hay tres tipos de controladores.

¿Qué hace cada uno?

— Los de la torre realizan toda la salida. Los de aproximación cogen el control a medio despegue o aterrizaje, y finalmente los controladores de ruta se encargan de los que ya están volando.

¿Qué es lo más complicado?

— La aproximación es un momento en que los aviones están muy juntos, muy cerca del suelo, y debes ir poniendo en fila. Hay que ser fino.

¿Y lo peor que puede ocurrir cuando están volando?

— Uno mayday, pero es poco habitual. Tenemos problemas sobre todo con tormentas, porque los aviones no pueden realizar la ruta prevista, y es cuando empiezan a pedir desvíos. Y cuando lo piden 15 o 20 aviones al mismo tiempo, es una locura.

Debe haber momentos realmente estresantes.

— Recuerdo una tarde en el aeropuerto de El Prat en la que se dio una situación meteorológica muy extraña, con unos vientos cruzados que no permitían que los aviones entraran ni salieran. Se empezaron a acumular en el aire; pedían aterrizar, ir a otro aeropuerto, pero no había espacio a ninguna parte. Fue la peor tarde como controlador.

¿Cuánta distancia existe entre aviones?

— 300 metros en vertical y 8 kilómetros en horizontal. Si hay turbulencias severas les separas más.

Si pienso en controladores, me viene a la cabeza la huelga.

— Fueron años muy jodidos. Se abrió una herida muy importante porque nos señalaron como culpables. Pero, por suerte, la justicia absolvió a los controladores.

Se habló mucho de lo que cobraba.

— Sí, está todo en el BOE.

No recuerdo cuánto era... ¿Quizás unos 140 mil anuales de media?

— Aproximadamente, pero no hay que olvidar que tenemos una responsabilidad muy grande. Y ahora mismo hay sitios en los que se cobra mucho menos porque han entrado empresas privadas.

¿Tores que controlan empresas privadas?

— Sí, son casos que empezaron a ocurrir en torno al 2010, coincidiendo con la polémica sobre la huelga. También se cambiaron las condiciones por ser controlador.

¿Cambiar cómo?

— Hoy hay una fase en la que debes pagar la formación, y cuesta entre 60 y 70 mil euros.

¿Qué es lo más importante para ser un buen controlador?

— Tener una buena gestión del estrés.

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