La primera cerveza verde de oliva del mundo es catalana

Ivan Caeles viene de una saga de productores de aceite. Hace un tiempo se fijó como objetivo recuperar una parte de los olivos centenarios de la familia que habían sido abandonados y que están ubicados en el valle de Barcedana, en la comarca del Pallars Jussà. Lo hizo con la ayuda del Institut de Recerca i Tecnologia Agroalimentàries (IRTA). De ahí salió hace tres años su primera producción de aceite: Erm Oli d'Oliva de Muntanya. Fue un éxito y esto le animó a dar un paso más, hurgar en el sector e intentar unir dos de sus pasiones, las olivas y las cervezas, para elaborar la primera bebida de este tipo del mundo. “Las variedades autóctonas de olivas del Pallars Jussà todavía son unas grande desconocidas pero tienen un alto y rico valor organoléptico”, explica Caelles, que también es ingeniero agrónomo.

Él mismo fue quien planteó la idea de hacer cerveza de oliva a su equipo y el mismo día se pusieron en contacto con Click & Brew, una fábrica que crea y produce varias marcas artesanas de esta bebida. Con la utilización de I+D -porque una de las dificultades del proyecto era conseguir mezclar dos elementos indisolubles como lo son el aceite y el agua-, los dos equipos trabajaron conjuntamente y decidieron elaborar la cerveza en el estilo bohemian pilsner, originario de la República Checa. “Se utilizan maltas pils y lúpulos checos como el saaz para ofrecer un producto con un 5% de alcohol”, detalla Neus Huguet, responsable de comunicación de OGB, que es la abreviatura del nombre de la cerveza, que se llama Oliba Green Beer. “El resultado es una cerveza con un toque de oliva”, añade.

En marzo del año pasado, justo cuando estalló la pandemia, ya tenían el producto terminado para salir al mercado. La idea era hacer un gran acto de presentación el día de Sant Patrici, que es el 17 de marzo y es la fiesta patronal de Irlanda, porque el color verde de la cerveza es el mismo que identifica al país.

El estallido del covid-19, sin embargo, hizo saltar por los aires sus planes. Al final decidieron hacer un lanzamiento telemático en mayo y empezar a venderla en plataformas especializadas y tiendas de alimentación gourmet, primero en la demarcación de Lleida y posteriormente en el resto de Catalunya. “Estaba todo terminado y no sabíamos hasta cuando se alargaría el confinamiento más estricto, por eso decidimos dar este paso”, explica al Emprenem la portavoz de OGB.

La estrategia ha funcionado si se tiene en cuenta que durante su primer año de vida el volumen de producción se ha disparado muy por encima de lo que tenían previsto. El objetivo era hacer 100.000 botellas al año, pero la empresa ya está buscando otras instalaciones que estén funcionando para ampliar la producción y llegar a las 600.000 botellas anuales. “Hemos tenido que crecer de una manera más acelerada de la que teníamos previsto, y actualmente ya estamos en negociaciones para entrar en 28 países”, especifica Huguet. De momento, sin embargo, ya han dado al salto al extranjero y comercializan, además de en toda España, en países europeos como Suiza y Dinamarca.

Este crecimiento se focaliza sobre todo en el canal de alimentación. “El hecho de tener cerca o funcionando a medio gas la restauración y la hostelería nos ha encaminado hacia las cadenas de supermercados, que ahora es el canal que está tomando más fuerza”, aseguran desde la compañía. Aún así también se puede adquirir a través de plataformas como Amazon, donde por cierto se ha agotado. Actualmente la empresa da trabajo a 13 personas y ahora el reto es crecer en variedades de cerveza. De hecho ya han iniciado una cobranding -una alianza- con la empresa Mis Raíces, de Aragón, para hacer una cerveza con su variedad de aceite de oliva. La compañía aragonesa hace años que vende su producción en los Estados Unidos y OGB lo quiere aprovechar para introducir su cerveza en este mercado. Una alianza similar a esta quiere lograr con empresas productoras de aceite de Andalucía.

De momento la Oliba Green Beer se comercializa en botellas de 33 centilitros (a 30 euros el pack de 12) y también en una edición limitada con botellas de 75 centilitros, que tienen un precio que ronda los 9 euros. “La idea es ir ampliando la gama y hacer cervezas tostadas, negras y ecológicas sin morir del éxito. En definitiva, que los amantes de este producto tengan todos los gustos para elegir”, dice Huguet.