Tecnológicas

¿El final del teletrabajo? Incluso Zoom hace volver a sus trabajadores a la oficina

La empresa que conectó a los empleados durante la pandemia se suma a la apuesta por un modelo híbrido

BarcelonaCon el confinamiento, millones de personas de todo el mundo empezaron a trabajar desde casa. Este fenómeno supuso que las empresas e instituciones tuvieran que buscar alternativas para poder reunirse. ¿La solución? Las videoconferencias. Así, de repente, entraba en nuestras vidas una plataforma que hasta el momento era una total desconocida para la mayoría: Zoom. La sorpresa llegó la semana pasada, cuando la compañía tecnológica pidió a sus trabajadores que vivan a menos de 50 kilómetros de una oficina que vuelvan a su puesto de trabajo presencial. De esta forma se convirtió en la paradoja: uno de los iconos del trabajo a distancia requería a buena parte de sus 7.400 empleados volver a las oficinas al menos dos días a la semana.

“Creemos que un enfoque híbrido estructurado es más eficaz ”, reconocía un portavoz de Zoom en una declaración en la televisión estadounidense CBS. Este posicionamiento no es nuevo. De hecho, el pasado mayo el consejero delegado de la compañía, Eric Yuan, ya señaló que opinaba que el futuro pasaba por la flexibilidad. "El modelo híbrido ha venido para quedarse", dijo. Sin embargo, la decisión no ha tenido un buen recibimiento por parte de los trabajadores. Según asegura TheNew York Times, la semana previa al anuncio hubo una “tensa reunión” entre los empleados y Yuan, en la que le reprocharon el tiempo y el dinero que perderían con los desplazamientos.

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Así, la decisión de Zoom se suma a la de muchos de sus vecinos de Silicon Valley –el distrito tecnológico más famoso del mundo–. Uno de los más duros en tomar esta decisión ha sido Google. El gigante tecnológico anunció que sus trabajadores debían devolver un mínimo de tres días a la semana a la oficina y que, en caso de que alguien incumpliera la orden, los gerentes podrían tenerlo en cuenta a la hora de hacer revisiones de rendimiento, puesto que se contarían como ausencias injustificadas. Por otra parte, Amazon, después de haber asegurado en el pasado que mantendría el modelo a distancia para siempre, también llamó a la presencialidad durante mayo. Esto no gustó nada a los empleados de Jeff Bezos, que organizaron una protesta en sus oficinas. Otros como Apple o Disney también han apostado por un modelo híbrido.

Algunos han implementado incentivos para que el regreso sea mejor recibido. Es el caso de Salesforce, un gigante del software empresarial en la nube. La compañía, a fin de motivar a sus trabajadores a ir a la oficina, anunció que durante diez días haría una donación de 10 dólares a la beneficencia por cada trabajador que acudiera presencialmente a trabajar. Sin embargo, esta empresa no ha obligado a sus trabajadores a volver.

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Esta tendencia también ha llegado a nuestro país. Tecnológicas catalanas como Glovo llevan meses apostando por compaginar el teletrabajo con la presencialidad. De hecho, si bien hasta ahora se hacían dos días obligatorios en la oficina –uno fijado por cada departamento y uno a escoger por cada trabajador–, a partir de este septiembre, según ha podido saber el ARA, los trabajadores de la compañía de Oscar Pierre pasarán a acudir de forma obligatoria a la oficina los lunes, martes y jueves. En otro unicornio catalán, Wallbox, son aún más restrictivos: solo dejan teletrabajar dos días a la semana, tienes que notificarlo con antelación y "difícilmente" te dejan hacer teletrabajo en viernes o si coincide con puente, explica un trabajador de la compañía de cargadores eléctricos .

Pero, ¿por qué estas decisiones suponen un problema para muchos trabajadores? Gran parte de las tecnológicas, una vez finalizado el confinamiento, prometieron a sus trabajadores que el modelo 100% online había llegado para quedarse para quienes lo desearan. Esto hizo que muchos decidieran marcharse lejos de su casa y de las oficinas donde hasta entonces trabajaban, ya que el teletrabajo les permitía poder seguir haciendo lo mismo desde el otro lado del mundo. Así, apareció el fenómeno bautizado como workation, que consiste en trabajar desde destinos donde hay mayor calidad de vida.