De una tortuosa compra, a operación clave de la opa: el Sabadell dice adiós a TSB
Los accionistas del banco vallesano votan este miércoles la venta de la filial británica y el reparto de un extraordinario dividendo
MadridQuién iba a decirle al Banc Sabadell que la adquisición de TSB acabaría convirtiéndose quince años después en una de las claves de otra adquisición. Sin embargo, en este caso el banco vallesano no es el comprador, sino la entidad que está en el punto de mira de otra, el BBVA. Este miércoles, en medio de la opa hostil del BBVA, los accionistas del Sabadell están convocados en junta general de accionistas para votar a la venta de la filial británica TSB en el Banco Santander por 3.100 millones de euros. "Seguro que el ambiente será positivo. A la junta irán los convencidos [con la estrategia del Sabadell]", indica un accionista minoritario.
La salida del Reino Unido, donde el Banc Sabadell desembarcó en el 2015, va acompañada de un dividendo extraordinario de 2.500 millones de euros que los accionistas también tendrán que ratificar en una segunda junta que se celebrará una vez finalice la primera. Se prevé que el resultado de la votación sea abrumador en favor de la venta de TSB y de repartir el dividendo, apuntan fuentes financieras. Para el Sabadell, pese a que el calendario estival favorece la vía telemática, el veredicto puede servir como nueva demostración de fuerza para hacer frente a la opa.
Una operación rápida
"La compra [de TSB] fue un proceso corto porque ya conocíamos a la entidad", indicó el consejero delegado del Santander, Héctor Grisi, la semana pasada. Grisi recordó que años atrás el banco ya se había interesado por la entidad británica. Pero la rapidez con la que se cerró la operación no ha pasado desapercibida teniendo en cuenta el contexto de la opa. El hecho de deshacerse de TSB deja a un Banco Sabadell más pequeño y con todo el peso en el mercado español. Para el BBVA esto supone no poder dar el salto al Reino Unido, pero también adquirir una entidad con menos músculo, lo que tiene un impacto directo en la entidad resultante en caso de que la opa prospere. De hecho, el banco que preside Carlos Torres ha decidido esperar a la celebración de las juntas de accionistas de este miércoles para actualizar el folleto de la opa que la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) prevé aprobar a principios de septiembre. Entre otras cosas, el documento recogerá el impacto de la venta de TSB.
Ante este escenario, estos últimos días se ha especulado sobre la posibilidad de que el BBVA se eche atrás. "No hay garantías de nada", indicaba el consejero delegado del BBVA, Onur Genç, la semana pasada. Genç mantenía que el BBVA tiene intención de seguir con sus planes, "siempre que esto [la compra del Sabadell] suponga crear valor". De seguir adelante con la operación, será cosa de los accionistas del Sabadell aceptar o no la oferta del BBVA. El banco bilbaíno situó en el 50,1% el umbral mínimo de títulos que los accionistas del Sabadell deben vender para que la opa prospere.
Por todo ello, y en particular por la remuneración extra que el Sabadell ha prometido a los inversores (solo cobrarán el dividendo aquellos que mantengan los títulos del banco cuando la operación se resuelva en el primer trimestre del 2026), el mercado ha leído el movimiento como un gesto defensivo ante la opa hostil del BB.
Un dolor de cabeza inicial
Pero el protagonismo que hoy rodea TSB no siempre ha sido el mismo. La adquisición de la filial británica no fue un camino de rosas y, de hecho, llegó a suponer uno de los quebraderos de cabeza más grandes que ha vivido el banco en los últimos años a raíz de los problemas derivados de la migración tecnológica en el 2018. Aquel episodio no solo se saldó con la dimisión del entonces consejero delegado de TSB, Paul Paster, y el pago de una multa de 55 millones de euros, sino que también supuso un lastre para las cuentas del Sabadell hasta el punto de especular con la hinal.
Después de ese obstáculo, sin embargo, el banco vallesano encarriló una estrategia para TSB a través de un plan de reestructuración. En 2021, con César González-Bueno como nuevo consejero delegado en sustitución de Jaume Guardiola, TSB volvió a dar beneficios y el Sabadell ya no pensaba en un futuro sin él. De hecho, la entidad vallesana llegó a rechazar una oferta presentada por The Co-operative Bank por unos 1.200 millones de euros. "Nos sentimos a gusto con nuestro tamaño en España", defendía González-Bueno, quien tras el no en The Co-operative Bank se reafirmaba en el mandato del consejo de administración de "no estudiar ninguna operación de venta a corto plazo". Una decisión que ha cambiado este 2025.