El efecto Mamdani en la política estadounidense
La victoria en las elecciones municipales de Nueva York de Zohran Mamdani, un candidato musulmán de 34 años que se define como "socialista", una palabra tabú en Estados Unidos, supone un auténtico terremoto político para este país de consecuencias que todavía es pronto por calibrar. Por un lado, representa una victoria del ala más radical e inconformista del Partido Demócrata contra el establishment liberal neoyorquino que siempre le había dominado. Esta elección, como la de Alejandría Ocasio-Cortez como diputada en la Cámara de Representantes en su día, profundiza en la polarización política estadounidense, un escenario en el que Donald Trump ya ha demostrado que se mueve con comodidad.
Pero hay algo muy interesante en la victoria de Mamdani que habrá que seguir con atención. La suya no ha sido una campaña basada en la llamada "guerra cultural" sino centrada en las necesidades básicas de la gente, principalmente la vivienda y el transporte público. De ahí que él se defina como "demócrata socialista" y no responda tanto al perfil de progresista que la derecha intenta descalificar con el adjetivo woke. El hecho de centrarse en los problemas reales de la gente y hacer una campaña dinámica, enérgica e incluso divertida ha logrado lo que hace sólo unos meses parecía imposible: que la isla de Manhattan, donde se concentran algunas de las mayores fortunas del planeta, haya votado mayoritariamente por un candidato "socialista". Y también pone de manifiesto que los problemas de Nueva York son los mismos que afronta cualquier otra metrópoli del mundo, incluyendo a Barcelona: cómo hacer que sus habitantes puedan tener una vida digna y no sean expulsados de unas ciudades que cada vez se han convertido más en escenarios para turistas y en foco de especulación urbanística.
La jornada electoral estadounidense, sin embargo, no se ha limitado sólo a Nueva York. Los candidatos demócratas se han impuesto también en elecciones estatales en Virginia, Nueva Jersey, California y Pensilvania. Es cierto que se trata de estados tradicionalmente demócratas, pero en estas elecciones se ha demostrado que las bases del partido azul están mucho más movilizadas que las republicanas, seguramente porque el grado de indignación de las primeras es mucho mayor que el grado de satisfacción de las segundas. Si se repite el mismo fenómeno que en el 2017, en las elecciones legislativas del próximo año los demócratas estarán en condiciones de arrebatar la mayoría al Congreso a los republicanos, con lo que limitarían el poder de Donald Trump en la segunda parte de su mandato.
Este año que queda para las elecciones servirá para calibrar el alcance del efecto Mamdani, que asumirá el cargo de alcalde de Nueva York el 1 de enero. Sus políticas, y sobre todo su estilo comunicativo y hacer política, pueden servir de inspiración para muchos candidatos demócratas, que por primera vez en el último año comienzan a ver la luz al final del túnel. Eso sí, también habrá que estar preparados para las maniobras de Trump para impedir esa posible victoria demócrata.