Editorial

Escarnio de Ayuso al catalán y bloqueo institucional

Foto de familia de los presidentes autonómicos en Pedralbes
06/06/2025
2 min

La Conferencia de Presidentes de Barcelona de este viernes no pasará a la historia precisamente por su utilidad. Se trata de un formato que sólo puede funcionar si existe una mínima lealtad institucional y voluntad política de llegar a acuerdos transversales, dos ingredientes que hoy han desaparecido totalmente del panorama político español. La tensión que se respira en Madrid se ha trasladado por un día a Barcelona y los varones populares, si bien han participado con corrección, se han negado a suscribir ningún acuerdo y han aprovechado la ocasión para pedir elecciones anticipadas a Pedro Sánchez, que ya les ha dejado claro que piensa agotar la legislatura. O sea, que el bloqueo institucional entre las comunidades autónomas populares y el gobierno español seguirá siendo, de momento, la norma. Una situación que sólo tiene unos perdedores, que son los ciudadanos de esos territorios.

Sin embargo, si la cumbre será recordada por algo será por el gesto de escarnio de la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, hacia las lenguas oficiales distintas del castellano, básicamente el catalán y el vasco. Ayuso ha cumplido su amenaza y se ha levantado de la mesa en el momento en que el lendakari, Imanol Pradales, ha comenzado su intervención precisamente en catalán, en un gesto de cortesía hacia el presidente Salvador Illa. La presidenta madrileña ha logrado, una vez más, convertirse en el centro de atención, pero también se ha quedado sola, puesto que ningún otro presidente popular la ha secundado. Ayuso hizo gala de su desprecio por la diversidad cultural y lingüística de España, incluso cuando, como era el caso, era ella quien estaba de visita en Catalunya. De hecho, el resto de varones no parecían especialmente contentos del protagonismo que ha tenido la cuestión de las lenguas, que de alguna forma ha tapado su ofensiva política contra Sánchez.

Pero todo esto a Ayuso le da igual. "No soy ayusólogo", respondió de forma sarcástica el presidente andaluz, Juanma Moreno Bonilla, cuando se le preguntó por la presidenta madrileña. El gobierno vasco hizo saber que consideraba el gesto como una "falta de respeto al pueblo vasco", y Pradales no pudo ocultar su indignación, hasta el punto de plantearse si volverá a acudir a estas conferencias. Por lo general, los varones populares no quieren romper relaciones con el gobierno español porque hay muchas cuestiones que dependen, pero también saben que ahora mismo no tienen margen para llegar a acuerdos porque la consigna que llega desde Madrid es que hay que poner toda la carne en la parrilla para echar a Sánchez de la Moncloa.

El presidente español ha obtenido este viernes oxígeno político, ya que al menos no se ha hablado del caso Leire ni de Ábalos. Pero las risas y abrazos de la mañana en Pedralbes (con la excepción de Ayuso, que además ha protagonizado un incidente desagradable con la ministra de Sanidad) han sido un espejismo. La España autonómica está en manos básicamente del PP, y este partido ha decidido utilizar su poder institucional para hacer oposición a Sánchez. Y esto es lo que parece que veremos el resto de la legislatura.

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