Hay una silla vacía: cómo transitar el duelo en Navidad
El programa para la Atención Integral a Personas con Enfermedades Avanzadas de la Fundación ”la Caixa” impulsa encuentros para compartir experiencias y recomendaciones para vivir estas fechas
La Navidad lleva un imaginario colectivo lleno de celebraciones y alegría, casi una obligación de estar bien que choca de lleno con la realidad de las personas que atraviesan un luto. Para acompañar a estas personas, el programa para la Atención Integral a Personas con Enfermedades Avanzadas de la Fundación "la Caixa" impulsa los encuentros "Es Navidad y hay una silla vacía".
Las emociones del duelo –tristeza, rabia, miedo, nostalgia, soledad– no cambian en Navidad, pero sí se intensifican. "No es sólo un día señalado, son semanas enteras sintiendo la presión del entorno para estar bien", explica Marta Gutiérrez, psicóloga experta en duelo del equipo de atención psicosocial (EAPS) Mutuam del programa para la Atención Integral a Personas con Enfermedades Avanzadas de la Fundación "la Caixa".
Marta Gutiérrez y su compañera Elisa Sanz, también psicóloga del programa, conducen las charlas en Barcelona. En estos encuentros, que se celebran en diferentes puntos del territorio español, se ofrecen recomendaciones de gestión emocional, creando un espacio seguro y de confianza, y rompiendo la idea de que el luto debe vivirse en silencio y en soledad.
Cómo hablar del vaivén emocional del duelo
Una de las principales preocupaciones de las personas es "el miedo a desmontarse y no saber si podrán gestionar el cúmulo de emociones", explica Sanz. "Muchas personas intentan proteger a los demás de sus sentimientos de luto porque no quieren fastidiarles, pero también por no tener que mostrar su propia vulnerabilidad", añade. "La experiencia nos dice que cuando las personas comparten y reconocen su dolor ese peso interior se alivia mucho", señala Gutiérrez.
El duelo atraviesa todas las generaciones y esto incluye también a los niños y las personas mayores. A los más pequeños, "debemos dejarles ser y actuar como niños", aunque sus aparentes montañas rusas emocionales puedan desconcertar a los adultos. Con los mayores, la prioridad es no decidir por ellos y preguntarles directamente cómo quieren pasar las fiestas, dejando de lado la imposición social de estar juntos en Navidad.
Diferentes formas de vivir el duelo en Navidad
En estas fiestas, cada persona afronta el duelo a su modo. Por eso –y las psicólogas lo subrayan– es fundamental reconocer y respetar estas diferencias.
"Las emociones no son positivas ni negativas; son agradables o desagradables, pero todas tienen un mensaje y cuentan algo que nos pasa", afirma Sanz. Por eso es importante expresarlas de forma natural y no reprimirlas.
Sin embargo, no siempre es fácil saber qué se siente. El duelo es un vaivén constante. Ana García Jodorovich, que asistió a la charla de Barcelona, perdió a su madre hace cuatro años: "Cuando murió entré en una depresión: no salía de la cama y no hacía más que dormir y llorar".
En los años siguientes, Ana transitó por diferentes versiones de la Navidad. La llegada de su nieta también le transformó la mirada sobre estas fiestas: "Ser abuela me cambió. Mi nieta me trajo una alegría y nuestra Navidad volvió a ser bonita".
Para Ana, el apoyo incondicional de los suyos y la flexibilidad con la que le han acompañado ha sido clave para soportar el duelo de la Navidad. También le ayudó ir a terapia con la psicóloga Marta Gutiérrez. "Si no pides ayuda, puedes quedarte aislada durante años".
Según las psicólogas, no hay pautas estándar para soportar un duelo, pero sí se puede dar un consejo que sirve para todos: "La recomendación es darte un tiempo para parar y ver cómo estás y qué necesitas", reconoce Sanz.
Para las psicólogas es igual de válido replantear las tradiciones como mantener las celebraciones de Navidad en familia "Pequeños gestos como unas palabras en un brindis o compatir anécdotas para recordar a la persona que ya no está lo hacen más fácil. Así se evita este efecto del elefante en la habitación."