¿Qué pasaría si Coca-Cola desapareciera de Cataluña?
Con 1.003 M€ de valor añadido y 15.660 puestos de trabajo vinculados, Coca-Cola juega un papel importante en la economía catalana, tal y como se desprende de un estudio de la consultora Steward Redqueen.
En las terrazas de los bares, vasos de Coca-Cola con hielo y limón. En las fiestas mayores, neveras llenas de botellas de este refresco. En la grada del Camp Nou, en la Rambla o en un pequeño restaurante familiar de montaña, la misma escena se repite: una botella abierta, el gas que escapa y un gesto cotidiano que forma parte del paisaje social catalán desde hace décadas. Pero, ¿qué pasaría si, de repente, Coca-Cola desapareciera de Cataluña?
Más allá de este imaginario colectivo, la presencia de Coca-Cola en Cataluña también tiene un impacto profundo en la economía, el empleo y la actividad industrial en el territorio. Así lo refleja el Estudio de Impacto Socioeconómico elaborado por la consultora Steward Redqueen y encargado por la propia compañía. Las conclusiones son claras: si Coca-Cola no estuviera en Cataluña, el PIB catalán perdería valor añadido y se dejarían de generar miles de puestos de trabajo directos e indirectos, por ejemplo.
Un motor económico que aporta 1.003 M€ al PIB catalán
Según el Estudio de Impacto Socioeconómico, la actividad de Coca-Cola genera 1.003 millones de euros de valor añadido en Cataluña, equivalente al 0,33% del PIB. De esa cifra, 104 millones provienen directamente de la actividad de la compañía, mientras que 899 millones surgen de forma indirecta a través de su extensa cadena de valor: proveedores, distribuidores, puntos de venta y negocios que dependen, en parte, de sus productos.
Cada euro gastado en refrescos de Coca-Cola devuelve 76 céntimos a la economía local, un indicador de la capacidad de la marca para activar riqueza y mantener una actividad económica constante en todo el territorio.
Más de 15.660 puestos de trabajo relacionados
El impacto laboral de Coca-Cola en Cataluña va mucho más allá de los puestos de trabajo directos. Según el estudio de Steward Redqueen, su actividad genera 15.660 puestos de trabajo en el territorio. De éstos, 780 son directos, vinculados a la planta de Martorelles-Montornés, el centro logístico y las oficinas comerciales; y 14.880 son indirectas, repartidas entre proveedores, distribuidores, empresas de transporte, hostelería y comercio.
En otras palabras: por cada puesto de trabajo directo, se generan 19 indirectos, un indicador claro de hasta qué punto el ecosistema de Coca-Cola contribuye a dinamizar el mercado laboral catalán, según la compa la compañía.
Una planta industrial estratégica e innovadora
La planta que Coca-Cola tiene entre Martorelles y Montornès del Vallès es una de las instalaciones industriales más relevantes del grupo en el Estado. Con 11 líneas de producción, 500.000 m² de superficie y una capacidad de almacenamiento de 76.300 palés, es un polo que combina volumen, tecnología y eficiencia. Cada día, la planta puede manejar hasta 285 camiones y produce el equivalente a 7 millones de botellas de las principales marcas del sistema Coca-Cola.
Desde 2019, la compañía ha invertido más de 59 millones de euros, destinados a modernizar procesos, mejorar la sostenibilidad y reforzar su papel en la red industrial catalana. Esta sostenida apuesta consolida la planta como un centro productivo clave para el conjunto del territorio.
Una capilaridad comercial que vertebra el territorio
En Cataluña, la compañía trabaja con más de 45.000 puntos de venta, una red que incluye bares, restaurantes, tiendas de alimentación, ocio nocturno, supermercados, gasolineras, parques temáticos y pequeños comercios de pueblo.
Esta capilaridad permite que sus productos lleguen tanto a los grandes núcleos urbanos como a zonas rurales, contribuyendo a mantener la actividad económica de miles de negocios locales. Para muchos de estos establecimientos, la venta de bebidas de Coca-Cola -por volumen y rotación- es parte esencial de su día a día.
Un compromiso social y ambiental que suma
El impacto de Coca-Cola en Cataluña también se refleja en la colaboración con entidades, instituciones y proyectos que refuerzan el tejido social, cultural y ambiental del país. A través de programas como GIRA Mujeres y GIRA Jóvenes, la compañía ha impulsado la formación y el emprendimiento de más de 1.600 mujeres y 500 jóvenes catalanes.
En el ámbito ambiental, iniciativas como Madres Circulares han permitido recoger 4 toneladas de residuos de playas y entornos acuáticos gracias a la implicación de 3.000 voluntarios, mientras que Hosteleria #PorElClima agrupa a 4.300 establecimientos catalanes comprometidos con la reducción de emisiones y la sostenibilidad.
A esto se añade el apoyo continuado a equipamientos culturales, festivales y eventos deportivos y populares de todo el territorio.