10 lugares cerca de Barcelona donde huir del calor, comer, cenar o tomar algo

Desde la playa de El Prat hasta la frontera con Collserola pasando por el delta, el Baix Llobregat sorprende con propuestas gastronómicas

Natàlia Costa
y Natàlia Costa

BarcelonaMuy a menudo desbancado por la alargada sombra de la metrópoli, el Baix Llobregat tiene fama de ser un espacio de segunda con una gastronomía mediocre, pero no hay nada más lejos de la realidad. Los barceloneses que hace siglos que no sobrepasan los confines del plano de la gran ciudad se sorprenden de saber que fuera de Barcelona, pero muy cerca, hay establecimientos de lo más emblemáticos por su puesta en escena, por las vistas y por su gastronomía, o simplemente por el disfrute que proporcionan. Sus propuestas pueden ser una alternativa refrescante con este calor. Os hemos reunido 10 propuestas ideales para descubrir el Baix Llobregat.

1.

Comer a pie de playa

El Chiringuito Tibu-ron de Castelldefels está situado a pie de playa, con mesas incluso sobre la arena, y tiene un diseño estiloso con vistas al Mediterráneo que hacen que no haya que envidiar las playas de California. De día, la luz invade el restaurante y por la noche se transforma en un lugar cool para tomar unas copas. En cuanto a la gastronomía, es todo un reclamo entre los vecinos de la comarca: arroces y fideos tienen fama entre los paladares entrenados. Las paellas más famosas del establecimiento son las de marisco, así como su propia versión del senyoret. En el Chiringuito Tibu-ron también se hacen tapas clásicas y raciones marineras maridadas con vinos locales e internacionales.

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2.

Con vistas imponentes

Comer en el mirador Espai Mireia, de Esplugues de Llobregat, es como estar en la torre de un castillo con vistas privilegiadas sobre el Baix Llobregat. Este restaurante, situado en la salida del camino de les Aigües, es el punto de parada de muchos excursionistas a primera y última hora de la mañana. Encontraréis bravas, croquetas, bocadillos y carnes a la brasa que dan la energía necesaria para hacer el paseo de rigor o bien compensan el esfuerzo de haber salido bien temprano para no sufrir el calor. Ahora bien, también es un punto de encuentro de grupos que van de tapas para disfrutar de la naturaleza junto a la ciudad. Su carta ofrece gran diversidad de platillos y está eminentemente pensada para compartir.

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3.

Al lado del río

Parada de ciclistas y caminantes, el Delta Restaurant es un punto de encuentro en medio de la nada junto al cauce del río Llobregat. Los paseantes que se atreven a recorrer su trazado a pie o en bicicleta encuentran en este establecimiento un oasis en medio del desierto, una parada para hacer provisión de energía e hidratarse. La reina de este local es la brasa al aire libre que hacen en verano. En un momento, de su barbacoa salen todo tipo de carnes y bocadillos para ayudar los paseantes a seguir adelante. Aparte de la carne que se huele a cierta distancia, también se pueden probar tapas clásicas y cocas caseras. Su entorno es revelador de una gran Barcelona que muchos desconocen.

4.

En la vanguardia de la locura

En Sant Joan Despí, en una zona salpicada de edificios modernistas, como la Masía Can Po Cardona (incluida en el Inventario del Patrimonio Arquitectónico de Catalunya), está el restaurante Follia, de cocina creativa. El establecimiento también está instalado en una antigua masía restaurada con un ambiente a base de madera, hierro y piedra, a tres calles de la aclamada Casa Jujol. Con un comedor abocado a la contemplación del huerto, la cocina de Fran Baixas propone tres menús, Seny (cordura), Rauxa (arrrebato) y Follia (locura), y algunos ya han considerado su propuesta una locura vanguardista. Los platos son creaciones innovadoras y un poco excéntricas.

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5.

Para comerse el Parque Agrario

Albert Mendiola es quien llena de emoción el restaurante Marimorena, en Sant Boi. Su emplazamiento es el punto más discreto del establecimiento, puesto que de lo que presume es de la habilidad culinaria del chef. Todo está pensado para disfrutar del kilómetro cero del Parque Agrario del Baix Llobregat, una especie de leitmotiv del lugar. El Marimorena es un restaurante para aquellos que quieren probar todo lo que se cultiva en los alrededores de Sant Boi y hacerlo de una manera creativa y nueva. Desde el Marimorena, Mendiola explora las posibilidades culinarias de sus alrededores con una carta llena de sorpresas.

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6.

Con sello de chef estrella

El chef Fran López tiene en Castelldefels su nueva propuesta ante el mar: el Xalar. Con una presentación de los platos sorprendente y creativa, y una puesta en escena que invita a disfrutar de la gastronomía, este establecimiento permite mantener su identidad con el pescado fresco y salvaje y los arroces. El restaurante tiene el nombre del verbo xalar, que significa pasárselo bien y con alegría: un espíritu que López quiere reivindicar con esta sola palabra después de la época más difícil para la restauración y la hostelería. Un columpio a pie de playa es el símbolo visual de este nuevo proyecto destinado a dinamizar la vida social y gastronómica de los vecinos del Baix Llobregat y de más allá con una oferta gastronómica divertida y auténtica e ingredientes que López domina a la perfección, como el atún, los canelones de cigalas y la brandada de bacalao.

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7.

Sofisticación en el vermut

En Sant Just Desvern, en su barrio más joven de Mas Lluí, el dinamismo ha tomado forma de la mano del restaurante La Vermutteca, donde se puede probar cocina moderna a partir de los clásicos de siempre, con recetas tradicionales en versiones de vanguardia, como las habitas con calamar. Ahora bien, el gran protagonista son los vermuts y los vinos que maridan a la perfección con tapas como croquetas, boquerones y también ostras. Regentado por el ex jugador de baloncesto Juan Carlos Navarro, hijo de Sant Feliu de Llobregat, este establecimiento suele agotar las mesas disponibles con bastante rapidez. La buena noticia es que también se puede probar su cocina para llevar. Ahora bien, una de las mejores caras de La Vermutteca es el ambiente, sobre todo los fines de semana. Paradójicamente, está en un barrio famoso por ofrecer toda la tranquilidad de vivir al lado del Parque Natural de Collserola.

8.

Disfrute en familia

En Gavà está el Mar de Pins, un emplazamiento que, tal como indica su nombre, es un océano de árboles mediterráneos para guarecerse del sol de justicia de esta época del año. Este lugar, muy bien valorado por su clientela, tiene una propuesta especialmente familiar que quiere sacar el máximo jugo al hecho de comer en grupo. Es un espacio pensado como lugar de recreo. Su menú infantil no es lo único que alaben los niños, atraídas por atracciones como un circuito con tirolinas, toboganes, un parque infantil y dos castillos hinchables, entre otros. En el ámbito gastronómico, los arroces son la estrella de la carta.

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9.

En una masía de principios del siglo XX

En Molins de Rei, bien adentro del Parque Natural de Collserola, la Masía Can Portell se asienta sobre una casa solariega construida en 1917, a 12 km de Barcelona. El espacio acoge un sorprendente restaurante con vistas panorámicas sobre la comarca. En tiempo de calçotades registra un movimiento imparable y, en general, los fines de semana sus vistas están muy solicitadas, puesto que permite disfrutar de la natura a pocos kilómetros de la ciudad. Can Portell también es una invitación a la gastronomía típica catalana de masía: caracoles, escalivada, asados, brasa, rabo de buey, civet y bacalao son algunas de sus propuestas reina.

10.

Oda al bacalao

En la misma línea de cocina catalana, pero en un espacio mucho más moderno, el restaurante Rocxi asegura una propuesta contemporánea a sus comensales. Este es un establecimiento de cocina catalana bendecido por sus clientes por la versatilidad de sus salas, que permiten la presencia de familias extensas celebrando. Su oferta gastronómica pivota eminentemente sobre los pilares del arroz, la carne y el bacalao (este último es el que realmente le ha dado la fama), a pesar de que cualquier plato de cocina catalana tiene cabida en su carta.

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