Orden

Los 10 secretos de la gente ordenada

La organizadora profesional Clara Massons nos revela algunos trucos y consejos y nos sugiere algunos cambios de hábitos para evitar el desorden en casa

Clara Massons
4 min
Una persona ordenando ropa en una imagen de recurso.

¿Cuáles son los secretos de las personas ordenadas para mantener la casa siempre lista? Es una creencia muy extendida que los apasionados del orden se pasan la vida ordenando, recogiendo, recolocando cosas, comprando gadgets de orden y tirando todo lo que no los hace felices. Pero nada más lejos de la realidad. El secreto mejor guardado es que las personas ordenadas prácticamente no ordenan. ¿Y cómo lo consiguen? Pues viven con una serie de hábitos que los distinguen del resto de mortales desordenados y que les facilitan la vida para que todo esté siempre donde toca.

El primer hábito y clave del éxito es, simplemente, que devuelven las cosas a su sitio cuando ya las han utilizado. En lugar de dejarlas por allí, las dejan allí. Así, no hay nada de por medio y todo está donde tiene que estar. Siguiendo este hábito, no es necesario dedicar todo el sábado por la mañana a recoger la casa, ni siquiera es necesario hacer una escondida general antes de que lleguen las visitas. Siguiendo este hábito, las visitas más inesperadas siempre encontrarán la casa perfectamente recogida.

Otro secreto de los ordenados para no caer en el caos es que no acumulan. Se desprenden fácilmente de lo que no les sirve, como la ropa que ya no se ponen y los libros que ya han leído. Tienen espacio libre en los armarios y los muebles de almacenamiento de su casa respiran. Y no solo son desprendidos con lo que se ve, sino también con lo que no ve todo el mundo, como el interior del móvil y el ordenador. Los agobia tener miles de fotografías y mantienen a raya la galería del móvil. No soportan encender el ordenador y ver el escritorio con un baile de carpetas y documentos, así que tienen todos los archivos bien ordenados en la carpeta correspondiente. En definitiva, ordenar pocas cosas es más fácil que ordenar muchas cosas.

Hay que evitar la acumulación

Las personas ordenadas saben exactamente cuál es el secreto para no acumular. Y no es ir tirando cosas todo el día, como creen algunos. El secreto es que evitan la acumulación cerrando las compuertas de su casa a la entrada del exceso. Se lo piensan dos veces antes de comprar algo: si realmente necesitan y les encanta, si es duradero y les cabe en casa... Solo compran si les compensa perder un espacio libre para llenarlo con ese objeto. Tampoco aceptan cosas gratuitas si no las necesitan, como muestras de la farmacia, neceseres de regalo que nunca utilizarán o camisetas publicitarias. Por sostenibilidad de la casa y del planeta, cierran la puerta al materialismo y al exceso.

Les gusta la practicidad y tener más bien pocas cosas. Así saben exactamente lo que tienen y evitan comprar por duplicado. ¿Cuántas veces hemos comprado un jersey negro básico y al otro día, ordenando el armario, hemos descubierto que ya teníamos uno prácticamente igual? En la cocina, rechazan todo lo inútil y les molesta. No suelen guardar nada por si acaso. Toman la decisión de deshacerse de ello al momento, conscientes de que conservar un utensilio que no es útil les resta calidad de vida y los aleja del confort, que es tener una casa clara y diáfana.

Como todo el mundo, valoran el tiempo personal y les duele malgastarlo en tareas que no les gusta hacer. Por ejemplo, quieren minimizar el tiempo dedicado a la limpieza de su casa sin renunciar a los resultados. Que te guste tener la casa limpia no significa que te guste limpiar. Así que tener pocas cosas y bien recogidas les facilita la vida a la hora de la limpieza. El polvo se quita más rápido sin figuras ni figuritas por todas partes. La aspiradora trabaja ágil cuando no tiene obstáculos en su camino. El lavabo y la cocina se desinfectan en un santiamén si tienes el mármol prácticamente vacío. Qué bien suena, ¿verdad?

Calidad sobre cantidad

Y siguiendo con su filosofía de tener pocas cosas, priorizan la calidad sobre la cantidad. Prefieren un champú bueno a tener tres malos en la ducha; tres jerséis buenos que los favorezcan y no doce de mala calidad que se deformarán al primer lavado; una buena estilográfica y no cinco bolígrafos medio secos y anodinos que no nos dicen nada.

Para que su casa respire orden y tranquilidad, buscan la homogeneidad de formas y colores. Optan por tener cajas y recipientes de colores suaves o neutros, con pequeños toques de color que aporten vida a la decoración. ¡Y el famoso silencio visual! Los agobia tener muchas cosas a la vista, por lo que disponen de muebles con puertas para esconder el tutti frutti, dentro de cajas conjuntadas que no destaquen mucho y de formas cuadradas, que aprovechan mejor el espacio.

Orden por dentro y por fuera. Las personas ordenadas suelen tener una agenda ordenada. A pesar de algunos momentos de tensión y picos de trabajo, por lo general tienen tiempo. Dedican un esfuerzo a organizarse muy bien y dedicarse a lo que les gusta, a quien aman, y evitan el mantra del no tengo ni un segundo permanente y el no doy más de sí. Para las personas ordenadas, tener tiempo es cuestión de actitud.

Ahorrar para imprevistos

La economía es un ejemplo más de su mente organizada y de la búsqueda de la optimización de recursos. Tienen dinero ahorrado para imprevistos previsibles, como la muerte de un electrodoméstico viejo. Cada año recurren a sus presupuestos bien apuntados para los regalos de Navidad y les gusta que les cuadren los números. Para poder ahorrar sin pensar en ello, muchos tienen automatizada una transferencia mensual a la cuenta de ahorros para ir haciendo un poco de colchón poco a poco, lo que les da mucha tranquilidad.

Y aunque la vida es cambiante e incontrolable, les gusta tener algunos hábitos. Darles la latita a los gatos en cuanto llegan a casa, prepararse siempre la ropa el día anterior, cambiar las sábanas cada miércoles… No se trata de rigidez o de manías, sino de tener un rato para cada cosa y sentir la paz que proporciona ocuparnos de las cosas, en lugar de vernos desbordados por el día a día. Normalmente, rehuyen hacer listas eternas porque detestan la frustración de no tener nunca la lista de tareas completada. Por el contrario, se interesan por buscar métodos de listas indexadas, categorizadas, como el bullet journal.

Con estos hábitos, tener la casa ordenada se vuelve un placer, toda una manera de vivir. No hace falta seguirlos todos, pero si amamos el orden y queremos desplegarlo porque nos aporta paz y claridad mental, es interesante escoger los hábitos que nos llamen más la atención para ir incluyéndolos poco a poco en nuestra nueva vida.

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