El boom de los ventiladores: cómo elegir el más adecuado para sobrevivir en verano

BarcelonaYa es oficial. Según el Servicio Meteorológico de Cataluña, hemos vivido el mes de junio más cálido de la historia en nuestra casa desde que hay registros. Y en estos primeros días de julio tampoco han hecho corto. Todo ello ha disparado las ventas de ventiladores de todo tipo.

Este fenómeno no sólo ha afectado a las grandes superficies. Los comercios locales también han vivido un agosto anticipado. han detectado una demanda creciente de los clientes de este aparato como alternativa al aire acondicionado.

Los modelos más solicitados

Los ventiladores se clasifican de formas muy diversas y no es extraño que un mismo aparato pueda aceptar varias denominaciones. Sin embargo, las gamas de ventiladores domésticos se suelen clasificar según el lugar donde se colocan o sus características técnicas. a otra y orientarlos en cualquier posición.

Unos de los más solicitados son los ventiladores nebulizadores, que además de ventilar difunden partículas de agua. del aire acondicionado", explica Isern, quien afirma que los ventiladores de techo, que permiten ahorrar espacio y tienen un mantenimiento simple, también han vivido un auge como alternativa o complemento al aire acondicionado, porque tienen un consumo energético más bajo. "Un ventilador de techo encaja muy bien con el estilo de vida mediterráneo: abierto, pausado y en armonía con. de integrarlos dentro de un espacio, la interiorista recomienda tener en cuenta la altura de la sala. incómoda". Los ventiladores de techo, al igual que los de pie, los de torre o los nebulizadores, son una de las opciones más económicas porque hay modelos competitivos en torno a los 100 euros.

¿Cuánto dinero habría que invertir?

Entre los ventiladores más económicos se encuentran los de mesa y los de pie sencillos, que pueden costar entre 20 y 50 euros. Los de gama media, con mayor potencia, temporizador y un diseño más cuidado, pueden costar entre 60 y 150 euros. Y los de gama alta, con diseños sin aspas y conexión remota, tienen precios que oscilan entre 200 y 500 euros. "El presupuesto medio de un buen ventilador sería de unos 60 euros. Dentro de las posibilidades de cada uno, es recomendable comprar un producto de calidad que dure tantos años como sea posible", recomienda Isern, quien asegura que las grandes peticiones de los clientes a la hora de elegir ventilador es que sea silencioso y eficiente, además de estético.

Para quienes buscan silencio, en Isern Electrodomésticos recomiendan marcas como Rowenta, que ofrecen una opción ultrasilenciosa. También trabajan con la firma Taurus, "que no tienen productos con acabados tan trabajados, pero sí una gran oferta de ventiladores de techo", y con Dyson, "que juegan a otra liga porque los precios son el doble o el triple de una gama media, pero cuentan con funcionalidad de frío y calor y un diseño sorprendente".

Para quienes prioricen la estética, Gil-Vernet destaca firmas como Faro Barcelona, ​​que apuestan por un diseño contemporáneo y mediterráneo; o marcas como Atlas Fan y Casablanca, con modelos de aire más vintage.Algunas colecciones de Hunter Fan también ofrecen soluciones estéticas y funcionales interesantes.

Para Gil-Vernet, es importante que el ventilador dialoge con el espacio y el resto de elementos y que a la hora de escoger uno se tengan en cuenta las proporciones, la altura del techo, la dirección de la luz natural y el tipo de uso que se hará de la sala donde se coloque. "Hay que escoger como si fuera una lámpara o una silla, con el mismo criterio estético. Que hable el mismo lenguaje que el resto del espacio. Si el techo es de madera, quizás un ventilador blanco roto encajará mejor que uno de acero. Si tienes un espacio muy neutro, puedes optar por un ventilador con una textura org. hermoso que hace ruido deja de ser funcional", explica Gil-Vernet.

Según la interiorista, actualmente los materiales naturales como la madera, el mimbre y el bambú son tendencia, especialmente en ambientes mediterráneos y orgánicos. También gustan mucho los acabados neutros o en tonos tierra, que aportan calidez y no llaman demasiado la atención. En estilo, vemos mucho el minimalismo cálido: formas sencillas y redondeadas, con presencia pero sin estridencias.