Cuerpo y Mente

¿Es bueno aburrirse?

Hablamos con Josefa Ros, investigadora y autora del libro 'La enfermedad del aburrimiento'

BarcelonaA todos nos ha visitado alguna vez. Esa sensación de pasar las horas sin rumbo, sin ningún interés en nada concreto, sin saber qué hacer con el tiempo. El aburrimiento es un fenómeno cotidiano que nos acompaña en algún momento u otro de la vida, y el malestar que nos provoca hace que queramos rehuir lo antes posible, aunque no todos tengamos las herramientas para conseguirlo, ni sepamos escuchar cuál es el origen de este aburrimiento.

De todo esto habla la investigadora Josefa Ros, fundadora y presidenta de la International Society of Boredom Studies y autora del libro La enfermedad del aburrimiento (Alianza Editorial, 2022). Después de analizar las teorías de psicólogos, filósofos, teólogos y otros expertos sobre este fenómeno, Ros define el aburrimiento como “un estado de malestar que experimentamos cuando la realidad en la que nos encontramos, o la actividad con la que nos comprometemos, no nos estimula correctamente, no cumple nuestras expectativas o no está a la altura de lo que esperábamos”. Todo esto hace que "nos invada una sensación de sin sentido y de estar dedicando el tiempo a algo que para nosotros no tiene suficiente significado ni valor".

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Cada persona vive el aburrimiento de una forma diferente y eso depende dos factores principales, según explica Ros. Por un lado, es necesario ver cuál es la necesidad de estímulo y las expectativas de cada individuo, que van variando a lo largo de la vida a medida que vamos madurando. Y por otro, también depende del entorno donde nos encontramos cuando sentimos ese malestar.

Indicador de cambios

Desde hace un tiempo, se ha extendido la idea de que es bueno aburrirse para descansar y promover la creatividad personal. Para Ros, éste es un concepto muy equivocado. “Los precedentes históricos sobre las ventajas de aburrirse son escasas. Se pueden encontrar en el Renacimiento, pero el resto de pensadores de la historia siempre han definido el aburrimiento como algo negativo, una emoción dolorosa”, explica la investigadora. Por ejemplo, ¿qué ocurre con el miedo? La podemos experimentar viendo una película, pero nunca querríamos exponernos a esta sensación en la vida real. "Con el aburrimiento ocurre algo parecido", aclara.

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Ahora bien, el aburrimiento puede darse en condiciones de funcionalidad o de disfuncionalidad. “Cuando decimos que el aburrimiento tiene un componente positivo, es porque nos alerta de que debemos realizar cambios en nuestra vida. Hay algo que no nos está estimulando correctamente y debe cambiarse”, explica. En cambio, la investigadora remarca que en ningún caso aburrirse es lo mismo que descansar o no hacer nada. "Si estás sin hacer nada es porque tú lo has escogido, porque quieres ese momento de relajamiento y no tienes la necesidad de salir de ese estado", continúa.

Cuando una persona se aburre es cuando tiene la necesidad de huir del malestar que esto provoca. “Si hay aburrimiento, el cerebro no descansa, sino que se pone a trabajar para buscar la forma de salir de ese estado. Y si no es capaz de salir, a la larga puede acabarle produciendo estrés, ansiedad o incluso depresión”, continúa.

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Por tanto, esta expresión tan común que se dice de “ojalá pudiera tener tiempo para aburrirme”, no es correcto. “Lo que se manifiesta diciendo esto es que lo que quisieras es tener tiempo para ti, al margen de las obligaciones. Pero tú no querrías tener ese tiempo libre lleno de aburrimiento. Quieres descansar, pero no aburrirte”, remarca.

Hacer un catálogo de opciones

Por otra parte, parece que socialmente está mal visto que una persona se aburra. Según Ros, esto ocurre porque se considera que son personas con falta de curiosidad, incapaces de saber cómo llenar su tiempo y con pocas ganas de conocer cosas nuevas. Pero no es siempre así. "Una persona puede estar siendo muy productiva, cumpliendo con todas sus obligaciones y, sin embargo, experimentar aburrimiento", matiza.

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Y aquí llega la pregunta clave: ¿cómo defendernos ante el aburrimiento? “Primero de todo, recomendaría hacer un esfuerzo de aguantar un poco el dolor cuando empezamos a aburrirnos. De esta forma podremos analizar de dónde proviene y pensar alternativas que tenemos para salir de este estado sin deglutir la primera opción que se nos ponga por delante, cómo mirar las pantallas”, recomienda Ros.

Por eso, también aconseja que cada persona vaya construyendo un “catálogo de opciones” para hacer cuando aparezcan los momentos de aburrimiento. “Muy rara vez son opciones que hayamos decidido nosotros, cuando deberían ser cosas que realmente nos aportaran un valor”, continúa. En otras palabras, "la industria del entretenimiento son opciones fáciles que están muy bien si queremos desconectar un rato, pero realmente no nos aportan ningún significado ni nos ayudan a crecer como persona".