Teresa Helbig: del taller de Barcelona en la nueva tienda de Nueva York
La firma barcelonesa llega a la ciudad de los rascacielos para presentar la nueva colección 'París-Texas'
BarcelonaLa apuesta radical por quedarse al margen de la producción masiva y deshumanizada ha sido siempre la esencia de la firma catalana de Teresa Helbig. Si bien la marca Barcelona impregna todas las piezas producidas en su taller, la ambición de la diseñadora catalana es de alcance mundial y este lunes ha dejado clara su intención abriendo una nueva tienda en la ciudad de Nueva York para presentar la nueva colección París-Texas.
No es la primera vez que Teresa Helbig aterriza en Estados Unidos. La primera aventura estadounidense de la firma nacida –y crecida– en la capital catalana empezó en Los Ángeles hace tres años, donde actualmente ha consolidado una considerable cartera de clientes. Tal y como explica Teresa Helbig en el diario ARA, cuando el público no europeo llega a sus tiendas "se abre ante sí una realidad con la que rara vez ha interactuado y que le hace emocionar muchísimo". Este horizonte desconocido que cautiva a los clientes estadounidenses se basa en tres pilares: el talento de autor, la artesanía y la atemporalidad.
La barcelonesa, que empezó en el mundo del escaparate en la década de los 80, tiene muy presente que estos valores la diferencian de las marcas competidoras. Del mismo modo, las estadounidenses son también conscientes de "la importancia del capital humano que hay detrás de cada prenda y del lugar donde invierten el dinero cuando compran ropa", detalla la diseñadora. Helbig también ha querido dejar claro al ARA que esta expansión internacional no condicionará el modelo de producción actual basado en la "confección bajo demanda, con los parámetros más exhaustivos de artesanía y hecha en elatelier del centro de Barcelona".
De hecho, la nueva colección con la que ha inaugurado este lunes la pop-up de Nueva York pretende unir el universo europeo y el estadounidense de forma geográfica y metafísica con las piezas de la cápsula París-Texas. El nombre de la colección remite, por un lado, a la exquisita elegancia parisina y, por otro, a los tonos terrosos y sobrios de los paisajes del estado de Texas, dos elementos de contraste. Esta esencia minimalista es la misma que también exuda el espacio que se ha habilitado en el estudio situado en el emblemático barrio de Chelsea de Nueva York, donde sólo se puede ir con cita previa.
Las piezas de París-Texas no serán las únicas que se pueden ver en la calle número 26: en la pop-up también puede encontrarse una retrospectiva de las piezas más icónicas de la firma, lo que "permitirá testear el mercado para construir y definir poco a poco la estrategia de comunicación internacional", explica Helbig al ARA. A pesar del eco internacional que está obteniendo la firma, la diseñadora catalana tiene claro que "Barcelona es el origen de todo: es una estética, un ADN, un lenguaje y una forma de crear; es industria, es tradición y es vanguardia" . Y es precisamente con esa mirada infinitamente personal que Teresa Helbig quiere seguir construyendo.