Náuseas, caries y dolor de estómago: la cara 'b' de la moda de la miel congelada en TikTok

Diferentes nutricionistas advierten de los peligros que puede llegar a comportar para la salud

A.C
y A.C

El vasto universo de TikTok es uno no acabar de coreografías, imitaciones, retos (algunos bastante absurdos) y también recetas de cocina, entre otras. Y en medio de los miles de usuarios, a alguien se le acudió la idea de congelar una pequeña botella de miel y comérsela. ¿El resultado? “Como un polode miel, pero gelatinoso”, dice una chica (@monicaxllorens en la red) después de dar un mordisco a la masa dorada y viscosa que sale de la botella como si fuera un tubo de pasta dentífrica. Ella es una de los muchos usuarios que se han sumado a este experimento que se ha puesto de moda en la plataforma. "Pruébalo", añade mientras da otro mordisco.

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"Todo el mundo está congelando miel en TikTok. ¿Funcionará? ¿No funcionará? Yo también lo quiero comprobar", dice @marysanmar7 mientras coge la botella y muestra paso a paso cómo prepara la comida. El desenlace del experimento vuelve a ser el mismo: "Está frío, pero bueno". Otra usuaria también lo intenta, pero no lo ha ni probado y ya pone una cara que lo dice todo: "Una guarrada". Más allá de la gracia que pueda hacer la idea de comer miel a mordiscos, sea porque es fresca y dulce o simplemente porque es tendencia en TikTok, tiene efectos perjudiciales que pueden ir desde náuseas hasta una diabetes de tipo 2, a largo plazo.

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"Por mucho que sea miel y no azúcar, fisiológicamente el metabolismo lo absorbe igual. Tiene los mismos efectos perjudiciales que si consumiéramos azúcar a cucharadas", advierte al ARA la dietista y nutricionista Aina Girart. Además, se trata de un formato que hace que todavía sea más fácil consumir grandes cantidades. Unos 100 gramos de miel tienen aproximadamente 300 calorías (una cucharada pequeña serían unas 46) y, a pesar de que se considere un alimento saludable, se tiene que dosificar porque en su composición el 80% son carbohidratos y azúcares, según explica la nutricionista Marga Morey.

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Las dos especialistas coinciden en apuntar toda una serie de riesgos: los más inmediatos pueden ser náuseas, dolor de estómago o malestar al tratarse de un consumo calórico muy elevado con un volumen tan pequeño; aunque los más preocupantes son a largo plazo, puesto que se puede acabar desarrollando caries y diabetes de tipos dos. "El elevado consumo de azúcares también genera déficit de ciertas vitaminas y altibajos emocionales", añade Morey.

Pero ¿de dónde ha salido esta tendencia? El origen estaría en la comunidad TikTok de los Estados Unidos, donde son muchos los usuarios que hace semanas que comparten sus vídeos haciendo este experimento. Solo hay que poner el hasthag #froznehoney, bajo el que aparecen decenas de vídeos en que aparecen personas congelando miel y otros derivados como jarabe, chocolate y, incluso, mezclas hechos con colorantes artificiales. Como es el caso del usuario @daveryz, que en su perfil tiene decenas de vídeos con botellas llenas de combinaciones extrañas que congela y se come.

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La moda de la miel congelada no es ni la primera ni será la última que habrá. Hace mucho que las redes se llenan de "experimentos" y "retos" en los que la comida es el centro. Hace tiempo que se hizo viral el de la canela, que consistía en comerse una cucharada entera de canela en polvo, lo que llevaba a las personas casi al ahogo. Fue una moda a la que se sumaron conocidos youtubers, como El Rubius. Una más reciente ha sido la de comerse grandes cantidades de jalapeños y alimentos similares y aguantar el picante –con el hashtag #spicychallenge aparece una larga lista–. A pesar de que en las redes también se pueden encontrar otros retos o dietas que se presentan como sanas y que pueden ser igual de peligrosas, según explican las nutricionistas.

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En los últimos años la alimentación se ha puesto en el "punto de mira" de nuestra sociedad, lo que explicaría también por qué aparecen retos relacionados con consumir o dejar de consumir determinados alimentos. "La voluntad de crear un contenido nuevo atrevido, especialmente por parte de la gente joven, hace que al final te puedas encontrar una gran cantidad de vídeos como estos", explica Girart.

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Más allá del hecho puntual que pueden constituir estos vídeos, el problema de fondo con el que se relacionan es más grave: desde hábitos poco saludables que pueden acabar desencadenante enfermedades como diabetes, hasta trastornos alimentarios, como por ejemplo TCA o hábitos que pueden conducir al sobrepeso. Un hecho bastante "preocupante", especialmente en un contexto en el que la obesidad está a la orden del día, especialmente la infantil en cuanto a Europa. Para Girart una de las claves está en el hecho que hay una falta de educación sobre lo que comemos. "Tanto la gente joven como la gente mayor están muy desinformadas. Si en las escuelas de pequeños nos dieran una buena educación sobre cómo comer, al menos tendríamos la información necesaria para tomar decisiones", asegura la nutricionista. A pesar de que no se puede obviar también el factor económico condiciona el acceso a determinados productos. En todo caso, Morey recomienda que ante retos o modas se use el "sentido común" y, si es posible, "documentarse".