¿No te gusta tu tatuaje? Modificarlo
En un sector en auge, ya hay profesionales que se dedican exclusivamente a realizar retoques y transformaciones
BarcelonaHabía jurado y perjurado que nunca de mi vida me haría un tatuaje. Y de hecho poca gente sabe que llevo uno, ya que está tan escondido que prácticamente sólo lo han visto mi mujer y mi hija. No es ningún dibujo ni ningún signo guapo; es una frase de un grupo de pop escocés que dice, en inglés, que si no volvemos a vernos siempre estarás en mi cabeza. La grabé con un buen tatuador cuando murió repentinamente mi primo y está hecho con la letra de mi compañera. Ocurrió hace cuatro años y hoy ya no luce como entonces. Al estar hecho con una tipografía indefinida y delgada, la tinta se ha ido hinchando y cada vez se lee peor. A partir de ahí tengo tres opciones: mantenerlo (quede como quede), eliminarlo o modificarlo.
Porque sí, es posible modificar un tatuaje que, por lo que sea, ya no queremos tal y como está pero tampoco nos apetece eliminar del todo. De hecho, los ejemplos que tenemos en famosos que se ha modificado tatuajes se cuentan por decenas, empezando por uno de los grabados en la piel más icónicos de la generación X, el mítico "Winona Forever" que se hizo Johnny Depp pocos meses después de enamorarse de Winona Ryder durante el rodaje deEduardo Manostijeras.
Que fueran una pareja generacional y que el amor se trasladara a un tatuaje, en ese momento bastante menos comunes de lo que son hoy, convirtió esas 13 letras en un mito de los 90. Lo que pasó es que fue tanto legendario como fugaz , y Depp acabó modificando el tatuaje, que pasó de "Winona" a "Wino". De ahí que 30 años después todavía luce la inscripción "Wino forever(Vino para siempre) en el brazo derecho. Dicen que el hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra y Depp volvería a tatuarse para homenajear a su novia del momento, Amber Heard, con la que todo acabaría como el rosario de la aurora: en un tribunal dirimiendo si había habido malos tratos y los dos grabados dedicados a Heard modificados y bastante insultantes con su exmujer. Piratas del Caribe fue de los primeros y más populares, pero la modificación de tattoos también fue la apuesta, por ejemplo, de Leo Messi, que se tapó a los que llevaba en el gemelo de la pierna derecha. De una cruz grabada en la tibia y un corazón con el nombre de su primer hijo, Thiago, acompañado de unas nubes, pasó a un fondo mayoritariamente negro (conocido como blackout), con un balón, un número 10, el escudo del Barça y el de la selección argentina. En el programa argentino, Soñé que volaba, Messi reconoció que lo que llevaba antes no le gustaba, y por eso les había modificado: "Me los había hecho por hacer, simplemente fui al tatuador y pedí «¿Qué puedo hacerme?». Luego lo fui transformando y dibujando elementos relacionados con el fútbol. Todavía debería darle algún pase más, pero ya no tengo ganas", explicó el astro argentino el verano del año pasado.
Con la popularización del tatuaje tan extendida en todo el mundo, la modificación –o eliminación– de estas pequeñas obras de arte en la piel se están extendiendo cada día más. Y más que lo va a estar. Basta fijarse en la inscripción "Rosalía" que se hizo Rauw Alejandro encima del ombligo y que ahora seguramente acabará mutando en otra cosa. Al menos es lo que hizo la catalana con el Raul que llevaba bajo el pecho, y del que menos de un año después de haber roto la relación ya no queda nada.
'Blastover' o 'blackout'
Los famosos nos demuestran que los motivos para modificar un tatuaje son bien terrenales, y van desde el cansancio de ver algo que no te acaba de agradar hasta la pérdida del sentido del grabado original o el arrepentimiento por una decisión tomada, quizá , sin darle muchas vueltas. Es lo que ocurrió en Martina (nombre ficticio), una chica mallorquina residente en Barcelona que decidió que hacerse un dibujo en la piel por un impulso: "Fui a un festival de música y había una especie de performance con una artista, que tatuaba un símbolo distinto a todo el mundo que quisiera". Dicho y hecho, la chica se marchó de allí con una pequeña cruz en la muñeca. "Al cabo de cinco minutos de haberme hecho ya me arrepentía", explica Martina, que pasó años llevando reloj sólo para disimular el dibujo. Con el tiempo decidió pedir a una conocida que tapara la inoportuna cruz con una handpoke: "Ahora traigo una especie de mancha negra rodeada con una circunferencia", dice.
Alrededor de las modificaciones de tatuajes, los profesionales citan cuatro posibilidades para trabajarlos. Por un lado, existe la opción de hacerlo de nuevo, una posibilidad que suele realizarse si el original es viejo o ha perdido color. Aunque no es una opción especialmente habitual, los estudios de tatuaje reciben este tipo de peticiones. Más corriente es hacer un cover up, que busca tratar de disimular una pieza mal hecha con una nueva sin que se vea lo que hay debajo. También está lo que se conoce como blastover, que significa dibujar un tatuaje sobre otro sin que te importe lo que hay debajo. Con esta técnica no se busca tapar deliberadamente, sino hacer una pieza nueva y es bastante común entre gente que se tatúa mucho y está muy metida en este movimiento. Por último, también está el blackout –para entendernos, lo que se hizo Messi en el gemelo–, que últimamente se está popularizando mucho: alguien que tiene varias piezas que no le gustan o están mal hechas y que se hace un brazo o una pierna entera de color negro para taparlo.
"Por el tipo de cliente que tengo, lo que más hago son blastovers", explica Carlo Pavía, un destacado tatuador de Barcelona que tiene un público muy especializado que le busca por sus tatuajes originales. "No rehago muchas piezas, pero de vez en cuando nos encontramos tatuajes mal hechos, por tatuadores que no sabían demasiado lo que hacían: con malas líneas, cuyo color no está sólido. En estos casos simplemente es rehacerlo, porque se supone que la prenda al cliente ya le gusta, aunque pueda ser un desastre", asegura el tatuador.
Sobre los motivos que llevan a los clientes a modificarse tattoos que, a priori, tenían que acompañarles toda la vida, el especialista dice que una de las cosas que ha aprendido con los años haciendo este trabajo es "a no preguntar demasiado" pero que generalmente "la gente suele explicarse- lo sin que lo pidas". Para Pavía, a la hora de modificar una prenda "es importante entender lo que la persona quiere y espera". Hay clientes que desean modificar un tatuaje, pero no siempre tienen claro que es lo que no les gusta: el diseño original, el resultado, el desgaste... Para un profesional es importante entender lo que no funciona ya partir de ahí aportar soluciones. "Ocurre a menudo que alguien quiere hacer un cover-up y no es posible físicamente. Entonces hay que encontrar un punto con el cliente en el que nos podamos poner de acuerdo y le pueda explicar cuáles son las limitaciones y soluciones que podemos aportar", cree el tatuador, quien reconoce que realizar una modificación "puede ser un reto muy grande" y cuando consiguen un buen resultado es "muy gratificante".
En un sector en auge como el del tatuaje, ya hay profesionales que se dedican exclusivamente a hacer modificaciones. sería para siempre ha dejado de serlo Y, si queremos tenerlo aunque no lo veamos del todo claro, que sea lo más bonito y representativo posible.