Ocho planes cerca de casa para afrontar el regreso a la rutina
Más allá de quedarse para cenar o para tomar un café, le ofrecemos otras ideas menos convencionales para romper con la monotonía del mes de septiembre
BarcelonaPasamos buena parte del año esperando a que lleguen las vacaciones y, prácticamente sin darnos cuenta, el mes de agosto está a punto de terminarse y volvemos a las obligaciones ya los horarios fijos. Para una parte importante de la población, esta incorporación a los hábitos y obligaciones laborales se manifiesta en una sensación de falta de energía, desmotivación o tristeza que puede trasladarse a la relación con la pareja, los amigos o la familia. Los expertos recomiendan que poner límites al trabajo y dedicar tiempo a su vida personal puede ayudar al regreso a la rutina.
Según Mireia Cabero, profesora colaboradora de los estudios de psicología y ciencias de la Educación de la UOC, que la conciliación permita durante el año poder vivir la vida que se quiera vivir a la vez que se trabaja es una necesidad que no se ha de pasar por alto: "Si no es así, la renuncia es excesiva e impacta en nuestra satisfacción, equilibrio y motivación, y puede generar cuadros de depresión reactiva, ansiedad generalizada, agotamiento profesional y estrés", asegura Cabero en el artículo 8 consejos para volver a la rutina después de las vacaciones.
Hacer actividad física regular, pasar más tiempo al aire libre, reservar tiempo para los hobbies, desconectar del móvil y cuidar la rutina del sueño son algunos de los hábitos que los expertos recomiendan adquirir al regresar de sus vacaciones para mejorar el estado de ánimo. Os proponemos algunas ideas poco convencionales para hacer con la pareja, con amigos o con la familia en casa (o cerca) para mantener tiempo para uno mismo durante todo el año, no sólo en verano.
Hacer de turista en tu pueblo o ciudad
Disfrutar del encanto del pueblo o ciudad en el que vives como si fuera la primera vez puede ser una forma de alargar las vacaciones este septiembre. Visitar el patrimonio histórico y perderse por las calles como si fueran desconocidas o comer en un restaurante nuevo son maneras de redescubrir los encantos del lugar que hace años que conoces. Puedes realizar una visita guiada o coger un autobús cualquiera y bajar en una parada donde nunca te habías parado para explorar una nueva zona.
Viajar a través de los fogones
Una forma de acercarse a otras culturas es hacerlo a través de su cocina. Dedicar una noche a la cocina internacional es un buen plan para degustar en pareja o amigos. “Hace un par de veranos que mi marido y yo dedicamos algunas noches a la cocina internacional. Investigamos la gastronomía de un país y preparamos juntos algunos platos”, explica Silvia, que añade que las citas cocinando antes de degustar lo que han preparado juntos son “de lo más divertidas”. Natalia y Xavi también tienen citas de gastronomía internacional: “Cada uno elige un país, llevamos algunos platos típicos y miramos películas o series de allí”, asegura la joven estudiante. Para ellos, es una manera de descubrir mundo sin salir de casa: “Siempre acabamos aprendiendo algo nuevo de los países que escogemos y como todavía no tenemos dinero para viajar tanto, nos acercamos de este modo”, confiesa.
Organizar un concurso de cocina
Sin irse muy lejos de los fogones, organizar un concurso de cocina puede aportar un punto de emoción a las cenas compartidas en casa. Se trata de escoger uno o más platos y cocinarlos por separado, cada uno a su modo. La gracia de la cena es degustar todos los platos y, al final de la velada, decidir quién ha hecho la mejor tortilla de patatas –con o sin cebolla–, quién ha preparado lo mejor steak tartar, quien ha clavado el punto del bistec o quien ha creado el cóctel perfecto para redondear la noche. La elección de los platos y el grado de dificultad dependerá de la destreza de cada grupo.
Entrenar al aire libre
Practicar deporte al aire libre es una buena forma de aprovechar el buen tiempo y las horas de luz que todavía tenemos en septiembre. Además, el ejercicio mejora su cognición a corto plazo. Los estudios demuestran que, inmediatamente después de una sesión de actividad física, las personas obtienen mejores resultados en pruebas de memoria operativa y otras funciones ejecutivas. Esto puede deberse, en parte, a que el movimiento favorece la liberación de neurotransmisores en el cerebro, sobre todo epinefrina y norepinefrina. “Este tipo de moléculas son necesarias para prestar atención a la información”, asegura Marc Roig, investigador catalán y profesor asociado de la Facultad de Fisioterapia y Terapia Ocupacional de la Universidad McGill en un artículo en The New York Times. "La atención es esencial para la memoria de trabajo y el funcionamiento ejecutivo", añade.
Además, hacerlo en pareja o amigos ayuda a mantener la constancia, superar la pereza y refuerza el vínculo sentimental. Entre los deportes más populares para practicar al aire libre está el running, el ciclismo o el patinaje sobre ruedas, que además brinda la oportunidad de pasar un rato cerca del mar: “Nos gusta mucho coger las bicis y pasar la tarde recorriendo el litoral barcelonés, empezando por el Fòrum y terminando en las Drassanes” , explica Anna, que habitualmente practica deporte con su pareja en Barcelona. Espacios verdes como parques y jardines son también perfectos para realizar deporte al aire libre y, además, ofrecen sombra y fuentes para hidratarse. Otra opción es apuntarse a una clase al aire libre: la oferta es bastante amplia para disciplinas como el yoga, el taichí o incluso la escalada.
Disfrutar del mar desde otra perspectiva
Septiembre es una buena época para disfrutar de las playas y paseos marítimos. Hacer un bautizo de buceo en pareja o amigos es una manera diferente de disfrutar del mar, en este caso desde sus profundidades. Esta actividad consiste en realizar una inmersión en el mar con un supervisor y con equipamiento de buceo a una profundidad máxima de 8 metros. En la costa catalana hay muchos puntos en los que poder tener esta cita submarina y descubrir el medio submarino. Si no cuentas con presupuesto, no es necesario hacer submarinismo para ver peces o estrellas de mar. La fauna que hay en los primeros pocos metros de profundidad del Mediterráneo es mucha y variada y se puede ver paseando por las rocas y las playas o nadando cerca de la costa. En familia, en pareja o con amigos (mejor no ir nunca solo), la costa catalana es apta para todos los públicos.
Explorar la calma de los pájaros
Según datos de la Agència Catalana de Turisme, en Cataluña se citan más de 400 aves diferentes gracias a la diversidad del territorio catalán. Esto hace que en todo el país haya lugares que son perfectos para la observación ornitológica, como el parque natural del Delta del Ebro, los humedales del Empordà, el lago de Ivars y Vila-sana o los espacios naturales del Delta del Llobregat. Es una actividad que requiere paciencia y silencio, pero también puede ser muy emocionante, especialmente cuando, a través de los prismáticos, se empiezan a ver diferentes especies de pájaros. Los espacios designados para esta actividad, como las casitas de observación, suelen estar equipados con paneles informativos de las especies que pueden verse.
Dos ideas surgidas en las redes sociales
Noche de PowerPoint
Es una actividad sencilla que consiste en preparar presentaciones de PowerPoint informales y divertidas, como realizar un ranking de los mejores gustos de helados o una lista con las cosas que te llevarías para sobrevivir a una isla desierta. Un buen momento para ello es después de cenar, alargando la noche con las presentaciones. En el ámbito romántico, esta actividad también puede ser una buena manera de conocer más a la pareja y fortalecer la relación. "Nosotros preparamos dos presentaciones cada uno: primero una divertida y después una sobre nosotros. Yo hice una con los 10 motivos por los que quiero a mi pareja y él hizo un ranking de los mejores recuerdos compartidos, fue muy bonito explicar de este modo nuestro amor", explica Natalia.
Una propuesta romántica
Una idea que ha popularizado TikTok es buscar elementos de la naturaleza como piedrecitas, conchas, hojas o flores del color exacto de los ojos de la pareja. Anna y Estel llevan casi tres años juntas y se han apuntado a esta moda: “En una escapada que hicimos en los Pirineos le propuse a Anna de hacerlo y una tarde que estábamos cerca del río jugamos a buscar piedras con nuestros colores de ojos”, explica Estel. "En mi caso fue más fácil porque tengo los ojos marrones, pero encontrar una piedra con un color verdoso como los ojos de Anna fue más complicado", comenta. La pareja asegura que el rato que pasaron buscando piedrecitas se convirtió en uno de los momentos más especiales del viaje.