Salud

Los pies: los grandes olvidados que maltratamos todos los días

La mayoría de gente lleva un calzado poco adecuado que puede acarrear problemas que repercuten en todo el cuerpo

Una mujer se cambia los zapatos de tacón para ponerse unas zapatillas
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BarcelonaLas sandalias quizás no son muy cómodas para andar, pero quedan bien y hacen el hecho. Y ese modelo de zapatillas tan caro dicen que tienen una cámara de aire muy avanzada. Los zapatos de tacón son elegantes, aunque llevarlos sea un suplicio. Son frases del ámbito doméstico que esconden una realidad palpable: como norma habitual no nos ocupamos lo suficiente de la salud de nuestros pies. Empezando por el calzado, uno de los elementos clave para que todo nos funcione a los pies –esta estructura tan compleja, compuesta por veintiséis huesos, treinta y tres articulaciones y más de cien músculos, tendones y ligamentos que trabajan en conjunto para proporcionar soporte, movilidad y equilibrio en el cuerpo.

La importancia de los pies es capital, pero suelen quedar fuera de las rutinas de entrenamiento y cuidado personal: “Generalmente se les considera una parte poco hábil, a la que lo único que podemos hacer es dotarlos de un buen calzado. Pero debemos ir más allá y estimularlos, entrenarlos, exigirlos, descalzarnos y mover todas y cada una de las articulaciones”, explica Jesús Serrano, licenciado en ciencias de la actividad física y el deporte y fisioterapeuta, recién publicada La salud a tus pies (HarperCollins Ibérica), un manual para aprender a cuidar de nuestras extremidades inferiores. “Los tenemos allá debajo y no les hacemos caso, pero son los cimientos de nuestro cuerpo y es fundamental que estén sanos”, defiende.

Acostumbrado a tener la consulta a rebosar de pacientes con problemas que podrían haberse evitado fácilmente, Serrano ha escrito un libro que abogar por pasar a la acción: “He querido escribir desde el sentido común sobre las patologías que me he encontrado durante años de trayectoria. La llegada de casos de gente que viene con juanetes es constante, y lo peor es que están seguros de que se les han hecho en un día”. Aunque ésta es la más habitual, diariamente se topa con otras patologías, como los pies planos, los pies cavus, las uñas encarnadas, ojos de piojo, callos... Todos estos problemas tienen una causa común, dice: el calzado. “El error más común es llevar un calzado convencional demasiado pequeño y estrecho. Esto el pie debe compensarlo haciendo movimientos con los dedos que no son naturales. Y aquí es donde vienen los problemas”, explica el especialista, que piensa que demasiado a menudo se han intentado solucionar problemas sólo con el uso de plantillas, una decisión que no comparte.

La importancia de ir descalzos

Una de las grandes revelaciones del libro La salud a tus pies es remarcar la importancia de ir descalzos. “Yo no digo que las zapatillas no sean buenas, pero no tienen por qué irnos bien, ya que hay que adecuar el volumen, la longitud y la forma del pie”, dice el autor, que recomienda el calzado barefoot –con diseño más respetuoso con el pie y minimalista– para todos, tanto si tienen problemas de pies como si no.

“Me di cuenta de que mientras entrenaba a la gente descalza, el pie mejoraba mucho en una sola hora. Pero después el cliente se ponía el calzado del día a día, sin forma, con suelas estrechas, tacones elevados y suelas acolchadas y nada de lo que habíamos hecho durante el entrenamiento servía para nada”. Así fue como Serrano, que es defensor convencido de andar descalzo siempre que se pueda –“Si lo hiciéramos siempre seríamos mucho más felices”, dice–, llegó al barefoot, que es lo más parecido a ir descalzo todo el día. “Que los clientes empezaran a utilizar este tipo calzado permitió que se marcharan de las sesiones sin atrofiar lo que habíamos conseguido”, apunta.

También conocido como calzado minimalista o calzado descalzo, el barefoot son zapatos diseñados para imitar la sensación de andar descalzo y proporcionar una experiencia natural que permita que los pies se muevan de forma libre y flexible. Hay una gran cantidad de marcas en el mercado que hacen zapatos de este estilo –Hykes, Iceunicorn, Saguaro, Voovix–, que suelen tener una sola más delgada de lo habitual que permite que los pies se flexionen y se adapten al terreno de forma natural. El principal objetivo del calzado minimalista es promover una postura más natural y fortalecer los músculos de pies y piernas. “Nos hemos pasado muchos años oyendo que el zapato plano no es bueno, que hay que llevar algo de cuña y amortiguación. Y es todo lo contrario, estábamos muy engañados”, explica Serrano, que pide escoger el calzado más allá de la estética. “Al principio todo el mundo me miraba de forma extraña cuando las llevaba en el gimnasio. Y ahora hay más que llevan barefoot que de los demás”, asegura el experto.

Pies y psicología

Aunque se hable poco, los pies y problemas derivados de salud mental están más relacionados de lo que parece, ya que son una de las partes del cuerpo que más sufren los problemas musculares asociados al estrés o la ansiedad. Un ejemplo: una situación continuada de angustia puede provocar cambios posturales que acaban afectando al pie. Y esto es un pez que se muerde la cola, porque hay gente que sufre patologías del pie porque hay un trastorno emocional que también ocasiona alteraciones en la postura y el movimiento.

Hay relaciones directas entre los problemas que tenemos en las extremidades inferiores con cómo nos sentimos emocionalmente: “Hay mucha gente que sufre de los pies constantemente a causa del calzado que lleva al trabajo, por ejemplo las azafatas de vuelo o de eventos que deben ir con talones, o personas que trabajan en lugares en los que deben llevar zapatos de seguridad. Son personas que se quitan angustias porque se pasarán el día sufriendo a causa de los pies”, explica Serrano, quien asegura que todo esto trae problemas. Además, también habla de la presión estética que lleva a elegir zapatos que no son buenos para nuestro cuerpo. “Esto afecta especialmente a las mujeres –reflexiona–, porque existe esta concepción de que deben ser más altas y más estilosas, y esto a menudo conlleva un calzado terriblemente incómodo”.

Finalmente, también defiende andar descalzo o con calzado barefoot para ayudar a poner fin a los dolores de cabeza y mejorar los dolores de espalda, los dolores articulares en general y la postura. "Hay un montón de cosas positivas asociadas a tener una buena salud de los pies", remata.

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