Rutas alternativas por Barcelona que no te puedes perder

Arquitectura, ciencia e historia para conocer orígenes, protagonistas y anécdotas de la ciudad

Claudia Frontino
5 min
Una plaza de Montbau, uno de los barrios por donde se hacen rutas alternatvies para conocer la historia de la ciudad

Barcelona"En este punto donde estamos ahora se mezclan la lucha republicana contra los ataques de la aviación fascista italiana durante la Guerra Civil y el pasado barraquista del barrio", explica Emma Fernàndez señalando baldosas antiguas y esquivando a los turistas que hay aquel día. "El garaje por donde sale este señor había sido el local donde los vecinos y vecinas compraban los materiales para construirse las casas", recuerda Cristina Poza mientras busca una sombra para seguir la ruta. "No es casualidad que después de las pandemias la ciudad se haya reconfigurado", comenta Míriam Comet mientras pedalea. Fernàndez, Poza y Comet pertenecen a AndronaCultura, El Tinglado y Luciferases, respectivamente. Tres colectivos dedicados, entre otras cosas, a enseñar una Barcelona desconocida, una Barcelona arraigada en su pasado y una Barcelona a menudo olvidada por los libros.

Ciencia que pedala

¿Qué puede salir de unir ciencia y bicicletas? Bicibarris es la respuesta. Una iniciativa de Biciclot que este año ha contado con el colectivo Luciferases para enfocar las rutas en bicicleta bajo la temática científica. Salud mental, covid, pandemias, neurociencia e inteligencia artificial son algunas de las propuestas que la asociación creada por Míriam Comet y Judit Ferrusola ha adaptado al proyecte ciclista de Biciclot.

Una de las rutas que unen bicicletas y ciencia

El ciclo Cinéticas críticas: Divulgación científica sobre ruedas plantea salidas en bicicleta para "aprender y debatir sobre ciencia, y acercarse a la historia científica por donde circulamos diariamente en Barcelona", reza la web de Biciclot. "La ciencia normalmente se percibe aburrida y elitista, pero está en nuestro día a día y todas hacemos ciencia en algún momento u otro. ¡Hacer mermelada es hacer ciencia!", comenta Comet.

Las personas inscritas en las rutas científicas recorren diferentes barrios y distritos de Barcelona durante 3 horas pasando por lugares que tienen que ver con la temática de aquel día o que pueden aportar historias interesantes y curiosas relacionadas. Comet pone como ejemplo la ruta que hicieron en octubre sobre salud mental y en la que pedalearon por Nou Barris. "No es casual que esta zona, considerada en los márgenes del núcleo neurálgico de Barcelona, tuviera una gran concentración de hospitales psiquiátricos", comparte. De hecho, el antiguo Institut Mental de la Santa Creu i Sant Pau estaba ubicado en el edificio que actualmente acoge la sede del distrito, la Biblioteca Nou Barris y otros servicios públicos.

Arquitectura más allá de la teoría

El Tinglado es un colectivo de arquitectas vinculadas a movimientos sociales, preocupadas por la historia de los barrios y que tienen una mirada crítica del sector. "Desde la universidad nos hemos organizado para vivir la arquitectura más allá de la teoría y creamos el colectivo al darnos cuenta de que la historia de la ciudad no era solo como explicaban los libros", explica Cristina Poza, una de las integrantes.

Las rutas alternativas de El Tinglado empezaron a través de un proyecto fotográfico de Usue Belandia, una de las compañeras que documentaban la autoconstrucción en el barrio del Carmel. Aprovechando toda la investigación hecha con las fotografías, añadieron sus conocimientos arquitectónicos y sumaron historias de vecinas de la zona. Así es como nacen las rutas pensadas para explicar el fenómeno de la autoconstrucción y cómo ha configurado gran parte de los barrios de montaña de la periferia norte de Barcelona.

"Es un fenómeno todavía hoy invisibilizado", lamenta Poza. Y es que en el Carmel este tipo de viviendas todavía están presentes y son la herencia de una historia poco conocida fuera del barrio. Una historia de familias migradas de diferentes regiones del estado español que luchaban de manera individual y colectiva para sacar adelante un nuevo proyecto de vida de manera autogestionada. “Nosotros no hacemos rutas historicistas, sino que vinculamos relatos antiguos con problemas actuales, es nuestra manera de conectar con el pasado y entender el futuro”, comenta Poza. “Cuando recorres barrios te das cuenta que los problemas actuales están ligados a problemas de hace décadas y esto da pie a muchas reflexiones con quienes vienen a las rutas”, añade la arquitecta.

Historia fuera de los libros

“Queremos aproximar la cultura y la historia de una manera atractiva, contrastada, crítica y profunda”. Esta es la declaración de intenciones de AndronaCultura, un colectivo especializado en la gestión y divulgación de la cultura y la memoria histórica local. Emma Fernàndez, una de las impulsoras de Androna, explica que hace más de 10 años decidieron crear rutas e itinerarios alejados del boom que asegura que existe ahora. “Nos interesaba enseñar Barcelona y su pasado huyendo de lo más turístico y de los discursos oficialistas”, comenta. Es por eso que han centrado su oferta para escuelas, entidades, museos y grupos particulares en una visión social, feminista y que da protagonismo a los movimientos sociales y populares de la ciudad.

Según Fernàndez, los itinerarios de Androna que más triunfan son los de genealogías feministas: feminismos durante la Transición, mujeres y Segunda República, y represión y resistencias durante la dictadura franquista son algunas. En conclusión, rutas sobre vida política, cultural y social. “Empezamos a hacer estas rutas cuando no las hacía casi nadie y hemos podido fidelizar a la gente y especializarnos”, asegura. “En nuestras rutas e itinerarios muchas veces la gente tiene la sensación de «Esto en la escuela no me lo explicaron nunca. ¿Cómo es que esto no lo sabía?» Una vez descubres, tienes ganas de continuar sabiendo, y es que tenemos una ciudad llena de historias que no nos la acabamos”, añade Fernàndez.

Retos y participación

Huir de las rutas de paraguas levantados y audioguía implica buscar temas atractivos y desconocidos. No es fácil competir con grandes empresas y precios de outlet, pero AndronaCultura, Luciferases y El Tinglado han sabido encontrar su público fiel e implicado. Y lo han conseguido a base de acercar el lenguaje, de ofrecer informaciones curiosas y contrastadas y de poner en valor el legado de la ciudad. “Intentamos explicar una ciencia accesible a través de un lenguaje cotidiano y cercano para llegar a todo el mundo”, dice Comet. “A veces es difícil adaptar la terminología técnica, pero aunque sea un reto lo tenemos que hacer para democratizar la arquitectura y los conocimientos que queremos compartir”, añade Poza. “Es importante cómo te expreses y cómo comunicas, pararse en lugares cómodos y articular un discurso coherente con el público que tienes y el lugar donde estás, no es lo mismo el medio del Eixample con el ruido de los coches o los bunkers del Carmel”, dice Fernàndez.

Contar con la colaboración de vecinos y vecinas es imprescindible para configurar algunas de las rutas y propuestas. Es el caso de Custodia Moreno, pregonera de este año en las Fiestas de la Mercè y vecina y activista del Carmel. “Siempre avisamos a Custodia de que estaremos por el barrio haciendo la ruta que acaba a los pisos verdes, que es donde vive ella, y si puede pasa a charlar con nosotros”, comenta Poza. A veces, incluso, hay participantes de las visitas que aportan información desde su experiencia. “Muchas veces la gente nos comparte anécdotas de abuelas, madres y tías, ¡y descubrimos historias bestiales!”, apunta contenta Fernàndez.

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