Entrevista

Vilma Montoliu: "Meditar no es dejar la mente en blanco"

Hablamos con esta experta en bienestar que tiene nuevo libro y acaba de estrenar un podcast para niños

3 min
Vilma Montoliu fotografiada este verano en Barcelona.

BarcelonaVilma Montoliu empezó a meditar a los 6 años. Su madre sufría una depresión y en ese momento descubrió que la meditación le ayudaba y la hacía sentir mejor. Pronto empezó a compartirlo con su familia. "No sé si es porque soy hija única, pero en casa siempre me han hecho muy partícipe de todo lo que ocurría y cuando mi madre vio que eso le iba tan bien, mi padre y yo empezamos a meditar con ella : nos tumbábamos en la cama y ella nos guiaba. Para mí era un momento muy bonito, tengo un recuerdo muy especial de esos ratos familiares", recuerda Montoliu, que ahora tiene 27 años y es uno de los influencers más seguidas en temas de bienestar personal dentro del panorama catalán.

Vilma Montoliu ha convertido a aquella afición en su profesión. Tiene la mayor comunidad de crecimiento personal en catalán –la puede encontrar en YouTube y Instagram, desde donde ofrece contenidos sobre bienestar y autocuidado desde 2019–. También es autora de varios libros como Meditar mujer vida o Eres luz (publicados por Rosa dels Vents) y este verano ha estrenado el podcast 10 minutos de patio en la plataforma SX3, donde quiere introducir a los más pequeños en la meditación entendida como una práctica para conectar consigo mismos, saber cómo se encuentran y qué sienten.

De hecho, llegar a los niños es uno de sus grandes objetivos: "Mi sueño es llegar a la infancia porque creo que cualquier cambio debe empezar en esta etapa", destaca. "Los niños tienen mucha energía, son muy movidos, pero conectan muy bien con las meditaciones. Si les das la oportunidad y lo haces sin expectativas, entonces es perfecto porque con ellos funciona muy bien". Con sólo 8 años realizó su primera meditación guiada con compañeros de escuela. "Ahora es como si el círculo se cerrara porque vuelvo a dirigirme a niños como aquellos". Y es que ella misma recuerda lo pequeña que le iba a meditar. Para esa Vilma, la meditación era una manera de aceptarse, de validar qué sentía y de aceptar su manera de ver un mundo por el que se sentía muy incomprendida. "En la escuela yo sentía que no acababa de encajar, que no era como los demás y, en cambio, cuando estaba meditando me sentía bien. Notaba que no había nada raro en mí, todo estaba en su sitio y todo lo que yo sentía era correcto. Para mí era una manera de encauzar todo mi mundo de fantasía y notaba sobre todo que me aceptaba más a mí misma".

Para ella es muy importante dejar claro que la meditación "es un camino hacia adentro": "En esta sociedad tendemos a buscar las soluciones fuera, como si tuvieran que venir del exterior, y eso no funciona así" . Y deja muy claro que "nunca es tarde para intentarlo, para reconectar con uno mismo".

Montoliu, que lleva años meditando a diario, explica que los beneficios de esta práctica se notan tanto en el ámbito físico como en el mental y emocional. "Hay indicadores de salud que mejoran con la meditación, como la tensión arterial, pero también nos ayuda a entender nuestro mundo emocional, lo que estamos sintiendo, lo que hace que tomemos mejores decisiones porque nos permite ver nuestra vida con un poco de distancia, lo que nos da un aprendizaje muy importante”. Vilma destaca que debemos dejar de creer que "meditar significa dejar la mente en blanco". "En realidad, cuando meditas te das cuenta de la gran algarabía que tienes dentro de ti", alerta, y recomienda que lo haga "todo el mundo, sin excepciones".

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