Criptoginia o la ocultación de las mujeres
En febrero de 2020, en un artículo en un diario digital, se difundía por primera vez el término criptoginia. Es un neologismo que ya figura en el Diccionari normatiu valencià y que, en su adaptación al vasco, kriptoginia, también fue incorporado al diccionario Elhuyar vasco-castellano. En artículos académicos y redes sociales en francés y en castellano también se han usado las formas equivalentes cryptogynie y criptoginia, a pesar de no haberlo admitido todavía oficialmente.
La palabra, acuñada por Begonya Pozo y Carles Padilla, de la Universitat de València, designa un fenómeno recurrente a lo largo de la historia y en la mayoría de culturas: la ocultación de las mujeres y de referentes femeninos en diferentes ámbitos de la sociedad, especialmente en espacios de poder o de prestigio social. Las mujeres quedaban relegadas a un segundo plano o completamente ocultas; a veces su trabajo se atribuía a hombres con los que trabajaban o quedaba escondido detrás de un pseudónimo masculino. Es un tipo de violencia de género simbólica continuada a lo largo del tiempo y no identificada porque parece que aquello que no tiene nombre no existe. En ciencia, un caso de criptoginia es el llamado efecto Matilda, que hace referencia al menosprecio u ocultación de la investigación y los descubrimientos hechos por mujeres y lleva el nombre de Matilda Joslyn Gage, la sufragista que lo describió en 1870.
Uno de los objetivos del Día Internacional de las Mujeres que se celebra cada 8 de marzo es eliminar el sesgo de género y la discriminación de las mujeres en todos los ámbitos. En ciencia, las Naciones Unidas también proclamaron el 11 de febrero como el Día Internacional de las Mujeres y las Niñas en la Ciencia para conseguir el acceso pleno e igualitario a la ciencia y la igualdad de género y el empoderamiento de mujeres y niñas. Este objetivo, sin embargo, no se logrará si primero no se elimina la criptoginia.