El beso de Leonor en Brasil y el trabajo de la cuñada de Guillermo de Holanda: dos historias reales (y prohibidas)

BarcelonaDicen que con el pecado se trae la penitencia. Esto es lo que debe pensar ahora mismo Guillermo de Orange, el rey de los Países Bajos, que desde septiembre estaría aguantando la respiración hasta que finalmente ha pasado lo que más temía. Según ha destapado el diario NRC, el monarca habría intercedido por encontrarle un buen trabajo a su cuñada y, encima, ese trabajo se lo habría encontrado en la administración pública. Un desastre ético en toda regla para alguien que, como bien sabemos aquí gracias a ese mítico mensaje de Navidad del rey Juan Carlos, debe ser ejemplar.

Todo empezó a finales del 2024, cuando Laurentien de Holanda, cuñada del rey Guillermo porque está casada con el hermano de éste, el príncipe Constantin, se convirtió en noticia. Lo que trascendió entonces es que la princesa consorte había tenido que abandonar su trabajo en el ministerio de Finanzas holandés porque había creado un espantoso ambiente laboral. Según habrían filtrado los empleados que dependían de ella, la satélite real habría implantado allí la "cultura del miedo y de la intimidación" a base de profesar un trato vejatorio a los servidores públicos ministeriales que debían despachar con ella. Laurentien dimitió voluntariamente a raíz de ese escándalo laboral para evitar que se pusieran a investigar más sobre los detalles de cómo había sido su paso por el ministerio.

La alargada sombra de la cuñada Laurentien de Holanda

A pesar de la salida de la cuñada real, los focos ya se habían encarado hacia aquel rincón de mundo al que ella había ido a trabajar. Realmente, era raro que aquella persona ocupara la presidencia de una fundación así como así. Sin embargo, dado que tiene formación en ciencias políticas y ha estado vinculada previamente con causas benéficas se podría haber dado por bueno. Pero era demasiado tarde, ya se había levantado la liebre y había hecho demasiados enemigos. Por mucho que desde palacio le dijeran –quizás– que se marchara rápidamente y cortara esta hemorragia mediática, el mal ya estaba hecho.

Ahora, meses después del revuelo, el diario holandés NRC destapó que aquella cabeza que supuestamente amargó a sus trabajadores, encima, había accedido al lugar gracias a la presión ejercida directamente por el monarca, que le garantizó ese trabajo público, que ella obtuvo quizá sin ser la mejor candidata posible. El rotativo argumenta que fue el monarca en persona quien presionó a una secretaria de estado para que eligieran a Laurentien. "Es algo que debe decidir el ministro correspondiente o el primer ministro y el miembro individual de la Casa Real", dice NCR que habría dicho Guillermo de Orange para que la mujer de su hermano accediera a un puesto de trabajo como aquél.

Otro cadáver

Eso, que aquí quedaría encerrado con un par de titulares y unos pocos tuits, quizás no acaba siendo tan fácil de llevar para los monarcas holandeses, ya que en su país la exigencia democrática de medios y ciudadanos es más alta. Por ahora, Guillem ha podido esquivarlo. Esta semana tenía un acto público, al que acudió como si no estuviera pasando nada. Tampoco desde palacio han emitido ningún comunicado oficial hablando al respecto. ¿Acaso habrá que esperar a que alguna formación política presente una pregunta en el Parlamento? Quizás sí. Mientras, veremos si el monarca puede seguir aplicando esta técnica tan real de hacer ver que no está pasando nada... Pero será difícil que se pueda deshacer de todo esto como si nada, ya que él y su esposa, Máxima, ya llevan algunos cadáveres en la maleta.

En su currículo, los monarcas holandeses –que están al cargo desde el 2013– han ocupado demasiados titulares para disfrutar solo de la miel de su cargo y no de las amarguras. Por ejemplo, fue sonado como en plena pandemia se marcharon de viaje de placer a Grecia la misma semana en que desde el gobierno holandés habían recomendado a toda la población que se quedara en casa y que se desplazara lo menos posible. Evidentemente, aquella escapada tan poco ejemplar la habían hecho con medios públicos y a hurtadillas. Pero les pillaron. Pese al escándalo, lejos de cambiar de mentalidad, ellos han seguido como si nada, ya que en diciembre de este año fueron pillados de viaje a Málaga mientras en La Haya había habido dos explosiones con cinco muertos...

Leonor de Borbón, la soltera

Los royals que también han sido noticia esta semana han sido los españoles. Pero no los reyes en sí mismos, sino su hija heredera, Leonor, que ha protagonizado la portada de¡Hola!. "La princesa Leonor, la verdad frente a bulos, polémicas y el falso beso", titula la cabecera rosa. Básicamente, en este número la revista del saludo intenta desacreditar cualquier información aparecida sobre la heredera del trono español con relación a su vida personal, que recientemente se convertía en noticia al hacerse público que habría sido pillada por un paparazzi brasileño besándose un beso con un compañero del Juan Sebastián Elcano en una fiesta en Salvador de Bahia, donde el barco hizo parada. Pese a que la información acabó trascendiendo, no hay fotos del hipotético beso porque los escoltas de la futura reina española habrían requisado las imágenes en el paparazzi que la reconoció entre la multitud.

Visto el titular de¡Hola!, no resultaría extraño que la información que utiliza la revista venga directamente de la Zarzuela, donde parece que considerarían que el hecho de que Leonor pueda experimentar la vida es como una mancha en su expediente. Verdaderamente, resulta incomprensible que haya mentes tan decimonónicas y tan puritanas al cargo de la imagen pública de esta joven de 19 años. Mentes tan arcaicas y tan horrorizadas por el paso de niña a mujer de la princesa que han decidido que el hecho de que sea vista pasándolo bien en compañía será leído por el pueblo al estar desatendiendo sus obligaciones formativas militares. El subtítulo de¡Hola!, "Ajena a los rumores, afronta con seriedad y responsabilidad su etapa de formación", es una evidencia sin paliativos. Este texto que huele a No-Do sí será una mancha en su currículum, ya que podrá ser leído para siempre como una excusatio non pequeña y, por tanto, como toda una accusatio manifiesta.

Realmente, esta portada es una sobrerreacción que asusta. Que asusta y que quizá delata... Es como si se hubiesen puesto muy nerviosos porque después de intentar vendernos por tierra, mar y aire que estaría haciendo muchísimos sacrificios todo el rato a bordo del barco durante cinco meses alguien los hubiera pillado en falso al encontrarla de fiesta. La princesa tiene 19 años y el encargo implícito de conectar con unas generaciones que nada tienen que ver con los caducadísimos lectores y/o editores de ciertas publicaciones o con ciertos spin doctors. Si la convierten en monja o en santa, que no esperen a que salve ninguna institución.