Mallorca

"Nadie esperaba verle": Michael Douglas aparece en la fiesta de la gente mayor del pueblo mallorquín de Valldemossa

El actor de Hollywood ha compartido este lunes la comida popular con los vecinos mayores de 80 años amenizada por bailes tradicionales y música

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Michael Douglas es Sandy Kominsky

BarcelonaEntre los 55 millones de pasajeros que las tierras mallorquinas ven pasar a lo largo del año, también se cuela algún famoso. Inverosímilmente, algunos ven la isla como una oportunidad para pasar desapercibidos fondeando calas con el yate o bien pasando días de tranquilidad en grandes chalets costeros. Pero ninguno de estos dos paradigmas ha sido el caso de Michael Douglas, que desde hace más de dos décadas vive en el pueblo de interior de Valldemossa. El oscarizado ha compartido una merienda popular con los mayores vecinos de la población de menos de 2.000 habitantes, donde no han faltado los platos tradicionales de la población, bailes mallorquines y música.

Después de más de 20 años viviendo en el municipio, Douglas se muestra orgulloso de ser valldemossí. Así lo ha evidenciado desde su cuenta personal de Instagram, donde ha publicado un vídeo grabado por él mismo comiendo, riendo y compartiendo una larga mesa en la plaza de la Cartoixa con aldeanos de su generación. "¡Una celebración del pueblo para los que hacemos 80 años!", decía en la descripción de la publicación el actor, que entrará en los ochenta el 25 de septiembre. También la gente del pueblo disfrutó de la presencia del actor "era muy simpático, saludaba a todo el mundo y aunque él hablaba en inglés y francés estaba interesado en participar en la fiesta", dice Margalida Ripoll, la mujer que se sentó en el su lado durante la merienda.

Una relación con Valldemossa que viene de lejos

"Todos los vecinos sabemos que Michael Douglas vive a nuestro lado, pero nadie esperaba verle en la fiesta de la gente mayor", comenta Josep Carles Palos, antiguo vecino de Valldemossa. El actor de Hollywood y Diandra Luker llegaron al pueblo de interior de Mallorca hace más de 25 años e instalaron en una gran casa a las afueras del municipio, por lo que no es habitual verle pasear por el pueblo . "Aunque ha estado distante, siempre ha mantenido una buena relación con el pueblo", asegura Palos, que recuerda que en 2000 Douglas quiso poner en marcha el proyecto cultural de Costa Norte, una finca en la que invirtió 2,3 millones de euros. euros. "Intentó asumir el nuevo papel de archiduque Luis Salvador", dice Palos haciendo referencia al pionero de dependencia real que impulsó la proyección de la isla de Mallorca a finales del siglo XIX. Pero, a diferencia del archiduque, el de Hollywood no logró sacar adelante el ambicioso proyecto.

Esta relación distante ha hecho un cambio de rumbo inesperado el lunes, cuando el protagonista deInstinto básico ha asistido por primera vez a la fiesta popular que organiza cada año el consistorio en honor a las personas mayores. Para recibir la invitación del Ayuntamiento sólo se debe cumplir un requisito: cumplir ese año 80 años, como mínimo. Por tanto, este año es la primera vez que Douglas ha recibido la invitación que, finalmente, ha aceptado de muy buen agrado.

"Comimos uno cremadillo, una panada de carne, un coqueto y una torta de quarto, pero Douglas sólo se comió el cremadillo y se bebió la horchata de almendra. El resto le dio a su intérprete, que al ser más joven no tenía merienda", detalla la señora Ripoll queriendo recalcar la amabilidad del de Hollywood. Desde que el estadounidense llegó a Valldemossa tiene el mismo intérprete, Joan , que ya es conocido por la gente del pueblo y le acompaña allá donde va. "También es el intérprete de la Zeta-Jones, aunque ayer no vino", puntualiza la natural de Valldemossa. de postres dulces y salados mallorquines –servidos con platos y vasos de cartón, como en cualquier fiesta popular–, estuvo amenizado por un grupo de baile tradicional mallorquín, una escena que también fue grabada y difundida desde el perfil de Douglas. del festín, los homenajeados también recibieron tres detalles: un vaso de cerámica, una estatua de Santa Catalina Tomàs y un clavel. ¡Nunca imaginé que alguien de Hollywood me regalara una flor!", ha dicho riendo la señora Ripoll.

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