Muere el príncipe Miguel de Grecia, el confidente de Sofía
El nieto del rey Jorge I se desvinculó de la familia real griega hace más de cincuenta años y optó por cultivar sus intereses literarios
BarcelonaEl príncipe Miguel de Grecia y Dinamarca ha fallecido este domingo a la edad de 85 años en el hospital de Atenas, tal y como ha informado el diario griego Kathimerini. El príncipe era el último nieto vivo del rey Jorge I ya su vez era el primo segundo de Sofía, con quien mantuvo una estrecha amistad hasta los últimos días de su vida. Desde hacía más de medio siglo había renunciado formalmente a sus derechos dinásticos al casarse con la burguesa Marina Karella, a pesar de que su desvinculación con la realeza venía desde atrás: una juventud marcada por el exilio en Italia, la orfandad a los 14 años y un interés en la producción literaria, periodística e histórica que le acabó de alejar de los actos reales.
El hijo de Cristóbal de Grecia y de la princesa Francesca de Orleans fue el único miembro de la realeza griega que se quedó en el país helénico después de que Constantino I liderara un contragolpe en 1967 contra los coroneles que habían tomado el poder unos meses antes. Esto se debe a que dos años antes se había desvinculado oficialmente de la familia real y que, de hecho, su estatus como nieto de Jorge I se había diluido años atrás. Esta distancia con la corte le permitió desarrollarse como una figura de interés popular y cultural nacional a través de distintas publicaciones vinculadas a las monarquías europeas, que genealógicamente no le estaban muy lejanas.
El exilio, la orfandad y el regreso a Grecia
El hijo de Cristóbal de Grecia y Francesca de Orleans –descendiente directa de Luis Felipe I de Francia, el último monarca de Francia– nació en Roma exiliado de Grecia, como la mayoría de sus parientes de sangre azul. La débil economía familiar de una realeza griega decadente obligó a Francesca a poner por una sesión de fotos, algo que causó un gran escándalo en la sociedad de la época. La mala fortuna les siguió acompañando, y Miquel perdió a su padre a causa de una enfermedad pulmonar cuando tan sólo tenía un año. Los años posteriores consistieron en un periplo que llevaron a madre e hijo a vivir por diferentes países, como Marruecos, España y Francia. Cuando tuvo 14, también murió su madre, tras sufrir fuertes depresiones.
La custodia del principito se la quedó su tío segundo, Enrique de Orleans, conde de París, donde estudió ciencias políticas en la Sorbona. Cuando tuvo 21, empezó a vivir en Grecia por primera vez. Lo hizo en el palacio real, con sus primos segundos, entre ellos la reina Sofía. De ahí surgió un vínculo que se mantuvo a lo largo de los años, tal y como explicó hace cinco años a la revista francesa Point de Vue: "El ambiente de la familia ha sido siempre muy cálido y hemos mantenido el contacto. A mis primos Constantino, Sofía e Irene los veo con frecuencia. Pero esta familia, que era tan numerosa en el pasado, es cada vez más pequeña" .
En los últimos tiempos, era la reina Sofía quien a menudo se desplazaba hasta casa a su primo, situada en la pequeña isla de Patmos, para pasar largas temporadas. Allí compartían veranos y confidencias, aunque se saben pocos detalles de las conversaciones, ya que el príncipe siempre fue conocido por su discreción. Aun así, se le pudo ver en las bodas de los hijos de la emérita, tanto en la de la infanta Elena y la de la infanta Cristina como en la del entonces príncipe de Asturias. Este jueves Sofía interrumpirá su estancia en Mallorca para volar hasta Grecia, donde tendrá lugar el funeral de su pariente.