Migracions

42 muertos en el naufragio de una patera entre Yibuti y el Yemen

Las víctimas volvían a África después de un intento frustrado de llegar a los países del Golfo

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Personal del OIM y de las fuerzas de seguridad de Yibuti observan los cuerpos de algunas de las víctimas del naufragio de este lunes

SabadellEl naufragio de una patera en el estrecho de Bab al-Mandeb, que separa Djibouti del Yemen, el lunes a primera hora, ha dejado hasta ahora 42 muertos, entre los cuales hay 16 menores de edad, según ha informado la Organización Internacional de las Migraciones (OIM). La embarcación, que, según este organismo dependiente de la ONU, pertenecía a traficantes de personas, había salido del Yemen, en la península Arábiga, con unos sesenta migrantes a bordo y naufragó cerca de la costa de Yibuti, en el Cuerno de África, sin que se conozcan los motivos exactos. 14 personas pudieron sobrevivir.

La tragedia ha dejado nuevas imágenes de cuerpos tendidos en la arena en playas de Yibuti. Incluida una especialmente sobrecogedora, que recuerda la tristemente célebre de Ailan Kurdi, el niño sirio que murió ahogado en una playa de Turquía en 2015. En este caso se ve a otro niño, lleno de arena, tumbado al lado de las olas; ahogado.

La ruta marítima más transitada

El año pasado la OIM calificó esta ruta que une África (principalmente Yibuti, pero también Somalia) con el Yemen como la ruta migratoria marítima más transitada del mundo, por delante incluso de la que cruza el Mediterráneo para llegar a Europa. Según esta organización, durante el 2019 más de 138.000 personas atravesaron el golfo de Adén para llegar a la península Arábiga, mientras que unas 110.000 cogieron la ruta mediterránea. Su destino final, sin embargo, no es el Yemen, sino los países del golfo Pérsico y, especialmente, Arabia Saudí, donde esperan encontrar trabajo.

Con el estallido de la pandemia de covid-19 el tráfico de África hacia el Golfo se redujo drásticamente, hasta el punto de que en 2020 el número de personas que llegaron al Yemen fue de 37.500. Pero, en cambio, se ha originado un fenómeno nuevo: el cierre de fronteras en muchos países de la región dejó a muchos migrantes atrapados en el Yemen, un país en guerra desde hace más de seis años, y esto ha conllevado que muchos de ellos acabaran optando por deshacer el camino y lanzarse nuevamente al mar con la intención de volver a casa, mayoritariamente a Etiopía o a Somalia. La OIM cifra en más de 11.000 las personas que han emprendido este viaje de regreso hacia el Cuerno de África desde mayo del año pasado, "en peligrosos viajes en barca y ayudados por traficantes sin escrúpulos". La cifra, además, está creciendo: si en febrero 1.900 personas llegaron a Yibuti procedentes del Yemen, el mes pasado fueron 2.343. Este era también el caso de las cerca de 60 personas que el lunes naufragaron. "Migrantes desesperados para volver a su casa hacen viajes similares entre el Yemen y Yibuti casi diariamente a bordo de embarcaciones que no son adecuadas para navegar", avisa la OIM.

La organización calcula que ahora mismo hay más de 32.000 africanos, mayoritariamente etíopes, atrapados en el Yemen "en circunstancias extremas y a menudo mortales". Entre ellos hay muchos niños no acompañados. Según la OIM, "muchos de ellos viven en condiciones peligrosas, generalmente sin acceso adecuado a alimentos, alojamiento, atención médica y seguridad". "Sus condiciones se han vuelto tan trágicas que muchos de ellos creen que no tienen ninguna otra opción que confiar en los traficantes para volver a casa", explica el director de operaciones y emergencias de la OIM, Jeffrey Labovitz.

El mes pasado unos de estos traficantes no tuvieron ningún escrúpulo a la hora de lanzar por la borda a unas ochenta de las personas que transportaban hacia África en una barca sobrecargada. Según el relato de los supervivientes, la embarcación partió del Yemen con unos 200 migrantes a bordo y, ante las quejas de los pasajeros por esta sobreocupación, que amenazaba con hundir la barca, 80 de los ocupantes fueron lanzados al mar. Como mínimo veinte murieron. Stéphanie Daviot, jefe de la misión de la OIM en Yibuti, denunció que esa "tragedia" era "una prueba más de que hay criminales que siguen explotando a personas desesperadas para mejorar sus vidas, sin tener en cuenta las consecuencias". En octubre ya se habían registrado dos incidentes similares que provocaron la muerte como mínimo a 50 personas.

Regresos seguros

Ante esta situación, la OIM ha puesto en marcha un programa de retorno voluntario que permite a las personas que se inscriben volver a sus países de origen de forma segura, en avión. Precisamente, este martes ha llegado a Adís Abeba, la capital de Etiopía, un vuelo con 160 pasajeros procedentes del Yemen, donde había quedado interrumpida su ruta hacia un futuro mejor. Se trata del segundo viaje de estas características que se lleva a cabo en las últimas semanas, y en total está previsto que vuelvan a Etiopía unas 1.100 personas de las cuales se ha podido verificar la nacionalidad.

En paralelo a esta iniciativa, el 25 de marzo la OIM hizo un llamamiento a la comunidad internacional para recaudar 99 millones de dólares (unos 83 millones de euros) destinados a cubrir las necesidades de los migrantes del Cuerno de África y el Yemen, un colectivo que la organización cuantifica en 563.128 personas.

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