Las pateras ya no salen de Túnez, ahora salen de Argelia: explicamos por qué

TúnezEn 2023, Túnez se convirtió en un quebradero de cabeza para los políticos europeos, sobre todo para el gobierno italiano de extrema derecha de Giorgia Meloni. Ese año unas 140.000 personas zarparon de las playas tunecinas rumbo a Europa, y un 70% pudieron llegar. Las cifras contrastaban con las de su vecino, Argelia. Con una población casi cuatro veces superior, en 2023 se registró la salida de poco más de 2.200 personas. Dos años después, los papeles se han invertido, en la llamada ruta del Mediterráneo central: Túnez ha sellado casi por completo sus playas, mientras que en Argelia se ha disparado la salida de pateras.

Concretamente, en los primeros ocho meses del año, la llegada a Italia de personas migrantes procedentes de Túnez ha caído un 70%. Según los registros de ACNUR, de enero a agosto de 2025 han cruzado el Mediterráneo unas 3.300 personas salidas del pequeño país magrebí, mientras que en el mismo periodo del pasado año fueron 14.000. Si la comparación se hace con los ocho primeros meses de 2023, el descenso es aún más pronunciado: entonces la cifra superó las 74.000. En el caso de Argelia, este año más de 5.500 migrantes han llegado a Europa, la gran mayoría sólo durante los meses de verano y con las Islas Baleares como punto de llegada. En Bruselas preocupa que se haya abierto una nueva ruta a través de Argelia que antes era prácticamente inexistente.

"La reducción de llegadas por la vía tunecina se explica porque las autoridades han acentuado el control y la represión de los flujos migratorios. Y lo han hecho con un gran coste en lo que se refiere a violaciones de los derechos humanos", advierte Romdhane Ben Amur, investigador especializado en migraciones del think tank FTDES. Apunta que, además de una voluntad política más férrea, Túnez cuenta con más medios gracias a las ayudas y donaciones de los países europeos. En buena parte, la estrategia del autoritario presidente, Kaïs Saïed, se ha basado en convertir Túnez en un país peligroso, o directamente inhabitable, para los migrantes subsaharianos, que antes le veían como un punto de paso más seguro que Libia, que estaba controlada por milicias sin escrúpulos.

Tras una intensa campaña mediática de carácter xenófobo, en el 2023, que se tradujo en linchamientos de migrantes, las autoridades deportaron ilegalmente a cientos de personas a las desérticas zonas fronterizas con Libia y Argelia. Se calcula que al menos una treintena murieron de hambre y de sed. Además, se cortó casi cualquier asistencia humanitaria para quienes escaparon de las redadas. En el último año, las autoridades han clausurado todas las ONG locales que realizaban esta tarea, y han encarcelado varios de sus dirigentes.

Acuerdo con la UE

Este giro ha coincidido con la firma de un amplio acuerdo con la UE en julio de 2023 por el que Túnez recibió 105 millones de euros para reforzar el control de sus fronteras, otros 150 millones de apoyo directo a su presupuesto, y abría la puerta al desembolso acondicionado de 900 millones adicionales. Para el presidente Saïed, que en 2021 protagonizó un "autogolpe", el apoyo europeo es clave dada la larga crisis económica y social que vive el país.

Aunque no hay estimaciones oficiales sobre el número de migrantes sin papeles que viven en Túnez, todo apunta a que se ha reducido de forma drástica en el último año. Muchos partieron hacia Europa apresuradamente en 2023 y 2024, lo que también ayuda a explicar la reducción de salidas este año.

En cuanto a Argelia, algunos analistas han especulado con que el incremento de salidas de pateras hacia las islas Baleares podría estar motivado por una decisión de las autoridades de utilizar la migración como palanca de presión contra el gobierno español. Sin embargo, después de haber pasado por una profunda crisis bilateral, a raíz del giro del gobierno de Pedro Sánchez, en el 2022, cuando reconoció la soberanía marroquí sobre la ex colonia española del Sáhara Occidental, a finales del 2023 se dio el episodio por cerrado y ahora las relaciones entre ambos países son buenas. Por tanto, no es una hipótesis muy probable.

"Cuando se aumenta la represión en un país, los migrantes cambian de ruta. El descenso de las rutas desde Túnez este año está relacionado con los aumentos de Argelia y Libia", apunta Ben Amur. De hecho, en Italia el número total de personas migrantes es similar al año pasado, ya que el incremento de la ruta libia ha compensado la reducción de la ruta tunecina. Asimismo, la cifra de personas ahogadas se ha mantenido bastante constante. En 2024, en todo el Mediterráneo se superaron las 2.300 muertes, siendo la ruta central la más mortífera.

Aumenta la emigración de jóvenes argelinos

Ahora bien, no todos los migrantes que zarpan de Argelia son subsaharianos. De hecho, el número de argelinos no para de subir, y podría crecer aún más tras el alboroto que han generado siete menores argelinos que desembarcaron en Ibiza a principios de septiembre. Los adolescentes, que robaron un yate, fueron grabando y colgando en las redes sociales vídeos de sus aventuras, que se convirtieron en un fenómeno viral.

"Es la primera vez que unos menores viajan completamente solos. Pero el alboroto se explica también porque su emigración contrasta con la imagen que proyecta el gobierno de nuestra sociedad como próspera y satisfecha. Todos eran chicos de familias de clase media", comenta el analista argelino Othman Lahiani, que considera que, en función de ellos, de no ser deportados, podrían ejercer un "efecto llamada" entre la juventud argelina. Frustradas las expectativas de cambio democrático, con las movilizaciones masivas de 2019, y reforzada la represión, muchos jóvenes argelinos ven en la emigración su única salida para cumplir sus sueños.