"Francisco era un ser cariñoso y profundo"

Argentina despide al primer papa latinoamericano, una figura polémica ya la vez querida

Fieles de la iglesia católica y al papa Francisco en una iglesia de Buenos Aires, por su muerte
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Buenos AiresFrancisco –o Jorge, o Bergoglio, como todavía le dicen algunos que le conocieron personalmente– es sin duda una figura querida y respetada, aunque polémica, en su Argentina natal. A primera hora de la mañana se celebró una misa en la catedral de Buenos Aires, que a lo largo del día se fue llenando de fieles emocionados con lágrimas en los ojos. "La palabra de Francisco siempre quedará con nosotros", decía Valentina Roseti, de 26 años: "Para los jóvenes católicos es un ejemplo a seguir". Camila Ferrada lleva ofrendas del club de fútbol San Lorenzo, cuyo equipo Francisco era aficionado, como ella, y Marcelo Diéguez lleva una chapa en la solapa de la chaqueta con un "¡Viva el Papa!", algo que solía decir su abuela: "Vengo aquí por mí pero también por ella", proclama.

El presidente de Argentina, Javier Milei, ha decretado siete días de luto nacional, con misas y homenajes en todo el país. El mandatario había expresado discrepancias ideológicas con el pontífice, al que había definido como "el representante del maligno en la Tierra" y al que tildaba de comunista. El vínculo entre los dos líderes se suavizó cuando en febrero del 2024 Milei lo visitó en el Vaticano. La Casa Rosada ya ha confirmado que el presidente argentino asistirá al funeral de Francisco.

El Papa ha sido una figura a menudo incómoda para el poder político en Argentina: pese a promover la doctrina social de la Iglesia, Francisco nunca se autodefinió como peronista, y figuras como Néstor y Cristina Kirchner le habían señalado por ser "derechas". "Determinados políticos y medios de comunicación han querido confundir la imagen de Francisco y presentarlo no como un líder religioso sino como un líder político", dice al ARA Victoria Morales, que trabajó allí codo con codo cuando era arzobispo de Buenos Aires. Asegura que esta identificación "alejó a algunas personas de su figura".

En Flores, el barrio en el que nació y creció Bergoglio, la conmoción es aún mayor. Francisco había sido sacerdote de la basílica de San José de Flores, uno de los puntos neurálgicos de la fe católica de Buenos Aires. A lo largo de este lunes se han hecho diferentes misas, con fieles que rezaban por su alma. El actual sacerdote, el padre Martín Bourdieu –que fue alumno de Bergoglio–, ha dicho al ARA que Francisco ha dejado en Flores "su andar y sus raíces", ya que "fue ahí donde nació su vocación, su llamada". Para él en particular despedir a Francisco es "cómo despedir a un padre".

A las puertas de la iglesia, Teresa Franceli se emociona: "Para mí el papa Francisco lo ha sido todo", dice, y relata cómo le ha sorprendido la noticia a primera hora de la mañana mientras se preparaba el mate. Emilce Molina reconoce que a ella le hubiera gustado que Francisco hubiera viajado al país durante su pontificado, un reproche que hacen muchos argentinos, y Lucas Sanjuán agradece al pontífice que haya "exportado el gen argentino de la solidaridad y la humanidad". Un grupo de chicos adolescentes mira curiosos las cámaras de televisión plantadas en la puerta de la iglesia. Son de una escuela católica del barrio. Bautista Martínez, de 12 años, se declara "fan" del papa Francisco: "Le quiero mucho –dice sonriendo–, me ha enseñado valores, he leído la Biblia muchas veces".

"Francisco siempre animaba a todo el mundo a que se involucrara en política: decía que la participación política es una de las vocaciones más nobles de la caridad", recuerda Victoria Morales: "Era un ser cariñoso y profundo, siempre nos interpelaba con la realidad de lo que estaba pasando socialmente y nos invitaba a aproximarnos para pensar soluciones". Pese a las polémicas, en Argentina la figura de Francisco quedará siempre ligada a la justicia social ya la visión de la Iglesia como un instrumento para acompañar a los más vulnerables.

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