Argentina

Milei anticipa un plan de choque duro, pero dice que será "el último trance" para Argentina

El ultraderechista jura el cargo ante una multitud de seguidores y celebra que "comienza una nueva era"

Berta Reventós Meseguer
5 min
El presidente argentino, Javier Milei, en la Casa Rosada tras ser investido.

Buenos Aires"Hoy comienza una nueva era en Argentina", dijo Javier Milei a las puertas del Congreso en Buenos Aires, sede del poder legislativo de Argentina, en su primer discurso como presidente. “Hoy enterramos décadas de fracaso y disputas sin sentido que han destruido nuestro país y lo han dejado en la ruina. Empieza una nueva era de paz y prosperidad, crecimiento y desarrollo, libertad y progreso”, añadió. Acto seguido Milei preparó el terreno para un futuro a corto plazo muy negro. Expuso los datos económicos que deja el gobierno saliente, con una hiperinflación desbocada, y ratificó el ajuste que lleva días anticipando: "No hay alternativa al choque", sentenció.

Milei, que se presentó a las elecciones prometiendo "exterminar" la inflación y volver al crecimiento económico, anticipó que su plan de choque "impactará de forma negativa sobre el nivel de actividad, el empleo, los salarios reales y la cantidad de pobres e indigentes". Pero aseguró que será "el último mal trago" y ofreció esperanza: "Después del reacomodo macro, la situación mejorará y veremos la luz al final del camino".

Las medidas de las que habló Milei a lo largo de la última semana pasan por una reducción drástica de las estructuras estatales –pasará de los 18 ministerios actuales a nueve–, desregulaciones, privatizaciones y simplificaciones impositivas. Así, Milei espera salir del “modelo de pobreza, estancamiento y miseria” que, dice, ha hundido a Argentina: “Un modelo que considera que el trabajo de un político es dirigir la vida de los individuos en todos los ámbitos y esferas posibles, y que considera el estado como un botín de guerra que debe repartirse entre los amigos”. Milei volvió a celebrar que Argentina haya cambiado el rumbo y comparó el momento actual del país con el fin de la Guerra Fría: “Así como la caída del muro de Berlín marcó el fin de una época trágica para el mundo, estas elecciones han marcado el punto de ruptura de nuestra historia”.

La plaza del Congreso, en el centro de la capital, estaba llena a rebosar de partidarios del nuevo presidente, que ondeaban banderas argentinas desde primera hora de la mañana. "Estoy emocionada, hoy es un día de libertad", decía al diario ARA Paula, de 60 años. "Ya no tengo qude plantearme irme del país", expresaba con alegría Manuel, estudiante de 24 años, y Ernesto, enfermero de 35, celebraba que Argentina “haya puesto el freno al mismo socialismo que destruyó a Venezuela”, de donde él emigró hace diez años porque “no podía prosperar”. Milei no solo habló de economía, sino del bajo nivel en educación, el colapso de la salud pública, una infraestructura deficiente. "En todas las esferas, la situación de Argentina es de emergencia", ha dicho.

Milei, al frente de la coalición La Libertad Avanza, recibió el 56% de los votos en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales y superó por casi 12 puntos al ministro de Economía, Sergio Massa. El presidente electo tomó posesión este domingo coincidiendo con el 40 aniversario del regreso de la democracia a Argentina.

Protocolo marcado por el simbolismo

Unos minutos antes del discurso, Milei juraba el cargo en la Cámara de Diputados, en una sesión liderada por la vicepresidenta saliente, Cristina Fernández de Kirchner, quien traspasó la responsabilidad a Victoria Villarruel, que la releva en el cargo. Por su parte, el ya expresidente Alberto Fernández colocó la banda presidencial cruzada sobre el pecho de su sucesor, y le entregó el bastón presidencial tal y como establece el protocolo.

Entre cánticos de “libertad, libertad” en el hemiciclo, más de 600 invitados presenciaban la toma de posesión. Entre los asistentes se encontraban varios mandatarios latinoamericanos, como el presidente de Chile, Gabriel Boric; el de Ecuador, Daniel Noboa; el de Paraguay, Santiago Peña, y el de Uruguay, Luis Lacalle Pou. En representación de España asistió el rey Felipe VI como jefe de Estado, y también quisieron estar el líder de VOX, Santiago Abascal, y la diputada del PP Cayetana Álvarez de Toledo.

También había otros líderes europeos, como el primer ministro de Hungría, Viktor Orbán, y el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, con quien Milei se ha abrazado con efusividad. Zelenski hizo su primer viaje a América Latina desde que comenzó la invasión rusa, y aprovechó el viaje para encontrarse con su homólogo francés, Emmanuel Macron, a quien insistió sobre las "necesidades prioritarias" del país en guerra, según ha explicado en la plataforma X. Milei también se abrazó con entusiasmo con el expresidente brasileño Jair Bolsonaro, con quien mantiene una buena relación. En cambio, a la investidura no asistió el actual jefe de estado de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, ni tampoco el presidente de Colombia, Gustavo Petro.

Javier Milei después de ser investido, junto al rey Felipe VI, Gabriel Boric y Viktor Orbán entre el público.
Javier Milei, tras ser investido, abrazándose con el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski.
Javier Milei, tras ser investido, junto al expresidente de Brasil, Jair Bolsonaro.

Al salir del Congreso, donde se desplegó un enorme dispositivo de seguridad, Milei se bajó del coche descapotable que lo llevaba a la Casa Rosada, sede del poder ejecutivo, para llegar andando dándose un baño de masas. Sus seguidores también se dirigieron hacia la Plaza de Mayo, que se convirtió en el punto de encuentro para el resto de la jornada. Ya dentro de la casa presidencial, Milei recibió a las autoridades extranjeras acompañado de la vicepresidenta, Victoria Villarruel, y la ministra de Exteriores, Diana Mondino.

Apoyo a Ucrania e Israel

De los mandatarios internacionales presentes, con el que el nuevo presidente argentino habló más efusivamente al salir del Congreso fue Zelenski, quien expresó a los periodistas que cuenta con Milei para apoyar a Ucrania. Cuando Zelenski se acercó a darle la mano, Milei le enseñó una menorá, el candelabro judío de siete brazos. Es conocido el acercamiento de Milei al judaísmo, así como su apoyo explícito e indudable al estado de Israel en el actual conflicto con Hamás.

Aparte de banderas argentinas y camisetas de la selección de fútbol, entre la multitud en las calles de Buenos Aires se han visto bastantes banderas de Israel. De hecho, en su primer discurso como presidente, Milei dijo que "no es casualidad" que el inicio del mandato coincida con la Hanukká, "la fiesta de la luz" judía que "celebra la verdadera esencia de la libertad". Aunque el 10 de diciembre se celebra la efeméride de la recuperación de la democracia en Argentina, Milei no hizo mención ninguna y, en cambio, alabó la festividad judía como un “símbolo del triunfo de los débiles sobre los poderosos, de los pocos sobre los muchos, de la luz sobre la oscuridad y de la verdad sobre la mentira”. Como ya es habitual en sus discursos, apeló a "las fuerzas del cielo" para que lo acompañen en el nuevo capítulo que comienza en Argentina.

stats