La opositora venezolana María Corina Machado no ha llegado a Oslo para recibir el Nobel de la Paz

BarcelonaLa líder opositora venezolana María Corina Machado no asistirá este miércoles a la ceremonia en la que debía recoger el Premio Nobel de la Paz en el Ayuntamiento de Oslo. Según ha informado la televisión pública noruega NRK, el director del instituto Nobel, Kristian Berg Harpivken, ha declarado: "No sé dónde está Machado, pero no está en Noruega". La política vive en la clandestinidad desde agosto de 2024 y ayer se le esperaba en la capital nórdica en una rueda de prensa previa a la entrega, que finalmente fue cancelada. Su participación en la ceremonia, después de que no ha sido vista en público desde enero, habría supuesto una victoria simbólica ante las amenazas del gobierno de Nicolás Maduro, en plena escalada con Estados Unidos.

Finalmente, será la hija de Machado, Ana Corina Sosa, quien recogerá el premio en su lugar y leerá el discurso de aceptación. En la capital noruega se encuentran también su madre, Corina Parisca, su hermana y los otros dos hijos de la galardonada. Aparte de los familiares de Machado, han viajado a Oslo varias figuras destacadas de la oposición venezolana. Entre ellos se encuentra Edmundo González Urrutia, candidato a las elecciones presidenciales del año pasado y exiliado en España desde septiembre del 2024, También están ya, invitados por la galardonada, los presidentes de Panamá, José Raúl Mulino; Argentina, Javier Milei, y también se espera la llegada del jefe de Estado de Paraguay, Santiago Peña, así como el de Ecuador, Daniel Noboa. Los cuatro presidentes latinoamericanos serán recibidos este miércoles en audiencia por el rey de Noruega, Harald V, tras la ceremonia de entrega del premio y después se reunirán por separado con el primer ministro noruego, Jonas Gahr Støre.

Una historia de premiados ausentes

Como es lógico en un premio que reconoce el compromiso con las libertades y derechos humanos, no es la primera vez que un galardonado con el Nobel de la Paz no va a recogerlo el día de la entrega. Cuando el chino Liu Xiaobo, entonces encarcelado, ganó el Nobel de la Paz en el 2010, nadie fue a recoger el premio. Se colocó una foto suya en el sillón destinado a él, y la actriz noruega Liv Ullmann leyó el discurso de aceptación.

En el 2022, en cambio, el bielorruso Ales Bialiatski, uno de los tres galardonados con el Nobel de ese año y que estaba en prisión, estuvo representado por su mujer, Natallia Pinchuk. Y cuando lo hizo la iraní Narges Mohammadi, también encarcelada, en el 2023, fueron sus hijos quienes viajaron a Oslo a recoger el premio y leer el discurso.