Detenido el expresidente filipino Rodrigo Duterte por crímenes contra la humanidad
Su sanguinaria guerra contra las drogas desató una espiral de violaciones de los derechos humanos, según el Tribunal Penal Internacional

BarcelonaEl expresidente de Filipinas Rodrigo Duterte, acusado de crímenes de contra la humanidad, ha sido detenido por la policía a su llegada al aeropuerto internacional de Manila. El Tribunal Penal Internacional (TPI) le buscaba por haber violado repetidamente los derechos humanos con las ejecuciones extrajudiciales cometidas durante su "guerra contra las drogas".
El presidente filipino, Ferdinand Marcos Jr., ha informado este martes por la tarde que Duterte está siendo transportado en avión hacia La Haya, donde se encuentra la sede del TPI. Defendió que el gobierno ha dado respuesta a la orden de detención emitida por Interpol y aseguró que la operación para arrestarlo ha seguido "todos los procedimientos legales necesarios".
Lexpresidente Duterte se fraguó una carrera política longeva con un discurso agresivo y populista y una política de mano dura contra el crimen, que le hizo recibir el apodo deHarry el Brut, en alusión al personaje interpretado por Clint Eastwood, un policía que hacía justicia por su cuenta. Duterte justificó asesinatos indiscriminados contra la población en aras de la lucha contra el tráfico de droga, muy extendido en el país. Varios organismos internacionales alertaron de que el mandatario utilizó ese pretexto para perseguir las voces opositoras.
"Este martes a primera hora, la Organización Internacional de Policía Criminal (Interpol) de Manila recibió la copia oficial de la orden de detención", informa el ejecutivo del archipiélago asiático. "El expresidente y su equipo tienen buena salud y un médico del gobierno les está examinando", prosigue el texto, recogido por la agencia de noticias filipina PNA. Las autoridades aseguran que los agentes de policía de Filipinas que han ejecutado la orden de detención iban equipados con cámaras corporales para garantizar la transparencia de la operación. Duterte había aterrizado en el aeropuerto internacional Ninoy Aquino de Manila poco después de las nueve de la mañana hora local. En ese momento, el fiscal general del país ha presentado la notificación del tribunal y las fuerzas de seguridad nacional le han escoltado fuera del aeropuerto. Minutos antes de su detención, al descender del avión, el político ha dicho: "Tendrán que matarme primero".
Su ascenso a la presidencia en el 2016 estuvo marcado por la promesa de erradicar las drogas en seis meses y, una vez en el poder, ordenó a la policía y alentó a los ciudadanos a matar a todo el mundo que pudiera ser narcotraficante, consumidor o drogodependiente. Hasta el fin de su mandato en el 2022, según la policía, unas 6.000 personas fueron asesinadas, pero ONG locales elevan la cifra a más de 30.000 muertos.
Duterte intentó eludir la investigación del TPI retirando Filipinas del organismo internacional en 2019 e intentando suspender la investigación en el 2021, alegando que las autoridades filipinas ya estaban investigando las mismas acusaciones y que, por tanto, el TPI, como tribunal de última instancia, no tenía jurisdicción. Unos intentos que de nada le sirvieron porque la investigación se reanudó en el 2023.
Un largo historial de violaciones de derechos humanos
Sus crímenes no se limitaban sólo a su presidencia, sino que ya durante su etapa como alcalde de la ciudad de Davao va admitir haber matado con sus propias manospresuntos delincuentes para aleccionar a los policías sobre cómo debían actuar. Durante 22 años al frente del gobierno local, animó a la creación de escuadrones de la muerte encargados de eliminar presuntos delincuentes.
Duterte también fue un personaje criticado por el encarcelamiento de periodistas y opositores políticos como la premio Nobel de la Paz Maria Ressa, y por sus comentarios sexistas y acusaciones de abuso sexual. Particularmente sonado fue el caso del beso en la boca que Duterte dio a una mujer filipina del público durante un acto en Corea del Sur. En otro momento, en un discurso, recordó haber confesado a un cura que metió la mano en la ropa interior de una trabajadora doméstica mientras dormía. "Levanté la sábana... traté de tocar lo que había dentro de la ropa interior", decía. En el mismo discurso, afirmó que más tarde intentó volver a acosarla.