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Asia Central

El primer país musulmán que prohíbe el hiyab (y multa a las mujeres que lo llevan)

En Tayikistán la ley veta la "ropa extranjera” y limita aún más los derechos de las mujeres en una sociedad muy conservadora y con un gobierno autoritario

Mujeres en Tayikistán.
Ariadna Mañé
06/04/2025
4 min
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Khujand (Tadjikistán)En el bazar de Khujand, la segunda ciudad más grande de Tayikistán, se paseaban hasta mayo del año pasado mujeres con hiyab y abaya, otras con ropa europea y el pelo descubierto, y otras con pañuelos atados a la nuca y túnicas de colores. Ahora, sin embargo, una de estas vestimentas ha sido prohibida. En un país con más de un 90% de población musulmana, podría pensarse que el estado ha prohibido llevar el pelo descubierto. Pero no. En Tayikistán, que constitucionalmente es secular, la mujer multada es la que lleva hiyab.

El año pasado el presidente Emomalí Rahmon firmó un conjunto de leyes que según el preámbulo pretendía "proteger los verdaderos valores de la cultura nacional, prevenir la superstición y el fanatismo y aumentar la espiritualidad y los estándares de vida". Las nuevas normas dictan el presupuesto, los invitados y el horario para celebraciones nacionales, ceremonias familiares y peregrinaciones a La Meca. También prohíben la importación, venta y uso de "ropa extranjera", con multas de entre 8.000 y 54.000 somonios (entre 700 y 4.700 euros), en un país en el que el salario medio es de 2.700 somonios (aproximadamente 240 euros).

La ley no especifica prendas concretas, pero en la práctica ha implicado la prohibición del hiyab y la abaya. Khursand Khurramov, politólogo y periodista tayik, explica que las autoridades lo justifican con el argumento de "preservar la pureza cultural" y han clasificado al hiyab como "una pieza árabe que no forma parte de la cultura tayik" y que, por tanto, debe eliminarse. Siguiendo esta lógica, argumenta Khurramov, también deberían prohibirse los vaqueros y las zapatillas, pero sólo están en el punto de mira los velos musulmanes. "Es evidente que el objetivo es la secularización de la sociedad", afirma.

Tayikistán es un país muy conservador, analiza Fran Olmos, investigador en el Foreign Policy Centre, pero "el islam no es tan central en la sociedad como en Oriente Próximo". Esto se debe a la herencia de la Unión Soviética, que secularizó a las sociedades de Asia central. En Tayikistán existe un "equilibrio entre el islam y las tradiciones propias", que se han influenciado después de siglos de coexistencia, describe Olmos.

Contra la radicalización

Sin embargo, el presidente Rahmon es el líder de la región que más veces ha hecho la peregrinación a La Meca y quien más ha incorporado el islam a su imagen política. Por tanto, las nuevas leyes no son una lucha contra la religión. Según Olmos, "el motivo real detrás de esta medida es la lucha contra el islamismo radical y su expansión".

Tayikistán comparte una larga frontera con Afganistán en una región poco poblada y con escasa vigilancia. En 2011 el líder exiliado de la oposición islamista creó el grupo talibán Jamaat Ansarullah, formado por tayikos, que controla el norte afgano. En el 2018 el Estado Islámico reivindicó el atentado en el que cuatro turistas en bicicleta fueron asesinados. La proximidad del régimen talibán a una región donde el gobierno no tiene ojos en cada chaflán preocupa como fuente de radicalización.

Sin embargo, no hay pruebas de que prohibir el hiyab frene la radicalización. Sin embargo, limita la libertad de expresión personal y religiosa en un estado autoritario donde la educación religiosa está muy restringida, donde se persiguen ramas del islam no sunís y donde tienen prohibida la entrada de niños y mujeres en las mezquitas. La ley no sólo responde a la voluntad de control gubernamental, sino que limita aún más los derechos de las mujeres en una sociedad profundamente conservadora.

Munira Shahidi, presidenta de la fundación cultural Ziyodullo Shahidi, afirma que la prohibición "afecta de forma diferente a cada mujer". Para algunas, sobre todo en ciudades "donde el secularismo lleva tiempo marcando la vida pública", no es un cambio importante. Es el caso de Narguiza, una chica de 27 años de Dushanbe que no es religiosa, que dice que la ley no le afecta "de ninguna manera". Sharafat, también de la capital, entiende que "para las mujeres que llevan ropa religiosa tiene un gran impacto en su vida" y que puede dificultarles "mantener su práctica espiritual".

Las zonas rurales del país son mucho más conservadoras y religiosas. Oksana, de un pueblo cerca de la capital, ve el cambio con buenos ojos porque ha presenciado cómo la religión ha transformado la vida de chicas progresistas que, según ella, han sido influenciadas por su familia por "dejar la universidad y encerrarse en casa".

Sin opción de protestar

Shahidi explica que el hiyab es una "expresión personal e íntima de la fe, más que un símbolo político", como lo percibe el gobierno. Para las mujeres la prohibición representa una "pérdida silenciosa", ya que no tienen otra opción que resignarse y taparse el pelo con pañuelos tayikos atados a la nuca, aceptados por las autoridades, sin opción a la protesta en un estado muy autoritario.

Según Khurramov y Olmos, la normativa no se ha aplicado sistemáticamente. "Hay casos en los que mujeres con hiyab no han podido entrar en edificios públicos -dice Khurramov-, pero incluso el Comité de Asuntos de las Mujeres ha admitido que sus intentos de restringir la vestimenta religiosa femenina han fracasado". Sin embargo, hay informes de mujeres a las que se les ha llevado a la comisaría y se les ha obligado a entregar el velo, y otros a los que se ha expulsado de autobuses o de hospitales. Pese a su aplicación irregular y un impacto a largo plazo incierto, la nueva legislación es un ataque a las ya coartadas libertades y derechos de las mujeres tayikos en una sociedad marcada por las restricciones políticas y sociales.

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