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El Papa disuelve al grupo ultracatólico Sodalicio porque actuaba "como una secta" abusiva

Su fundador, el laico peruano Luis Fernando Figari, fue expulsado en el 2024 por acusaciones de abusos y corrupción

El Papa Francesc  a la Audiencia  General semanal en la Plaza de Sant Pere, Ciutat del Vaticano, 8 de junio de 2022.
14/04/2025
3 min
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RomaEl papa Francisco ha suprimido definitivamente al grupo apostólico de origen peruano Sodalicio de Vida Cristiana (SVC), fundado por el laico Luis Fernando Figari, acusado de ser un depredador sexual y líder de una organización que actuaba como una secta. La información la han adelantado varios medios, entre ellos Rac1, y la ha confirmado el propio grupo ultracatólico en una nota oficial en la que acepta la decisión tomada por el pontífice y pide perdón a las víctimas. "Con dolor y obediencia aceptamos esta decisión aprobada de forma específica por el papa Francisco que pone fin a nuestra sociedad", se lee en el texto difundido este lunes.

"Nuestra mirada se dirige también hacia las víctimas, a las que reiteramos nuestra sincera petición de perdón por los malos tratos y abusos cometidos dentro de nuestra comunidad. Pedimos también perdón a toda la Iglesia ya la sociedad por el dolor ocasionado. Confiamos en que los esfuerzos que hemos hecho en el proceso de reparación den desde", añade el comunicado de SVC.

Las primeras denuncias públicas se conocían desde hacía años gracias a diversas investigaciones periodísticas que revelaron las sombras de esta influyente organización católica, inspirada en la extrema derecha europea y estadounidense. Entre ellas, la de los periodistas peruanos Pedro Salinas y Paola Ugaz, que en el 2015 dieron a conocer los testigos de algunas víctimas en el libro Mitad monjes, mitad soldados. Tres años después, la Fiscalía de Perú pidió prisión preventiva para el fundador, el laico peruano Luis Fernando Figari, de 78 años, por los presuntos delitos de asociación ilícita y abusos sexuales, lo que llevó al Vaticano a intervenir al grupo.

Una investigación interna del Sodalicio reveló entonces que al menos 36 personas, 19 de ellas menores de edad, habrían sido víctimas de abusos sexuales entre 1975 y 2002 por parte de varios miembros de la cúpula de la organización. Sin embargo, la Fiscalía archivó la causa porque los delitos habían prescrito.

Sin embargo, no fue hasta el 2024 que la Santa Sede expulsó a una decena de miembros de la organización, incluido el fundador, todos ellos acusados ​​de perpetrar abusos físicos, sexuales y psicológicos. La decisión llegó después de que el papa Francisco encargara una investigación, en julio del 2023, a los dos máximos especialistas vaticanos en la materia: el arzobispo de Malta, Charles Scicluna, y el sacerdote catalán Jordi Bertomeu, ambos miembros del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, el "ministerio" vaticano encargado, entre otras cosas.

"Llegar tarde"

Las investigaciones de los investigadores vaticanos revelaron abusos físicos, psicológicos y de conciencia por parte de sus líderes, así como "problemas de tipo económico". "Me sabe mal haber llegado tan tarde, siempre se lo digo a las víctimas. En este caso había noticias problemáticas, pero no se conocía su magnitud hasta el punto de poder pensar que nunca hubo un carisma como fundador y que aquello no podía ser refundado, había que cortarlo de raíz", reconoce Jordi Bertomeu en el AR.

El sacerdote catalán explica que la decisión de suprimir este grupo ultracatólico se basa en la falta de "carisma" de su fundador y en el funcionamiento como secta abusiva de la organización. "Figario no tenía un carisma de origen divino, un carisma especial que viene de Dios y es bueno para todos", requisito imprescindible para que el Vaticano apruebe la creación de una institución católica, dice. "En realidad, era un carisma personal de un señor que era un sinvergüenza, que era un abusador", asegura. Pero lo innovador de esta decisión, explica Bertomeu, es que por primera vez "la Iglesia asume algunos avances que ha habido en las ciencias psicosociales sobre el control mental ejercido por las sectas". "Y aquí hemos visto que teníamos a unos grupos dentro de la Iglesia que funcionaban como una verdadera secta", afirma.

Durante su investigación, los enviados del papa Francisco también detectaron irregularidades financieras en las cuentas de la organización, de la que se sospecha que pudo "blanquear" dinero a través de varias sociedades offshore con sede en Estados Unidos. Una información que las autoridades vaticanas ya han puesto a disposición de la justicia estadounidense.

La voluntad del papa Francisco de suprimir el movimiento contrasta con la decisión tomada por su predecesor, Benedicto XVI, cuando en el 2010 optó por la vía de la renovación de los Legionarios de Cristo, el todopoderoso orden religioso conservador fundado por el sacerdote mexicano Marcial Maciel, a quien el Vaticano protegió durante él.

La disolución del Sodalicio de Vida Cristiana pone punto final a un movimiento fundado en 1971 como reacción conservadora a la teología de la liberación que en ese momento se extendía por América Latina, y que en sus años de máxima influencia llegó a tener unos 20.000 miembros en todo el continente.

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