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Destituido el presidente de Corea del Sur que aprobó la ley marcial

El Tribunal Constitucional del país confirma el 'impeachment' y convoca elecciones en 60 días

Manifestantes celebran la destitución del presidente de Corea del Sur, Yoon Suk Yeol, con la sentencia del Constitucional.
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PekínCon un estallido de alegría se ha recibido en la calle este viernes la decisión del Tribunal Constitucional de Corea del Sur de ratificar la destitución del presidente Yoon Suk-yeol por haber impuesto la ley marcial el pasado diciembre. La sentencia del más alto tribunal del país, adoptada por unanimidad, confirma el proceso deimpeachment contra Yoon y pone fin a cuatro meses de inestabilidad política. La Constitución obliga a convocar nuevas elecciones presidenciales en el plazo de sesenta días: la fecha más posible es el 3 de junio, según la agencia de noticias local Yonhap. Hasta entonces, el actual primer ministro, Han Duck-soo, seguirá ejerciendo como presidente interino.

El tribunal ha despojado de su cargo al presidente Yoon Suk-yeol con carácter inmediato por haber "violado la Constitución y las leyes" además de traicionar la confianza del pueblo surcoreano. De esta forma se confirma la decisión adoptada por el Parlament el pasado 14 de diciembre, que ya destituyó al presidente por decretar la ley marcial el pasado 3 de diciembre y haber enviado tropas para impedir la entrada en la cámara. Estos actos se consideraron una tentativa de golpe de estado. A partir de ahora el ya oficialmente expresidente deberá enfrentarse a un proceso penal por insurrección.

Yoon Suk-yeol, de 65 años, llegó a la presidencia como candidato del conservador Partido del Poder Popular (PPP). Ganó las elecciones a su rival, Lee Jae-myung, del Partido Demócrata, con el margen más estrecho de la historia de la democracia surcoreana. Ese margen ajustado y la dificultad para aprobar leyes en un Parlamento controlado por la oposición fueron las justificaciones que alegó Yoon para decretar la ley marcial. Pero, aparte de las dificultades políticas, el presidente y su esposa estaban acosados ​​por posibles casos de corrupción. El líder del PPP, Kwon Young-se, declaró que el partido acepta el veredicto y pidió disculpas a la población.

La división del país es un hecho, y son una prueba de ello las amplias medidas de seguridad desplegadas en Seúl para evitar enfrentamientos masivos entre quienes pedían la destitución de Yoon y sus partidarios. Unos 14.000 policías, prácticamente una décima parte de la policía de Corea del Sur, se han desplegado en la capital para evitar altercados. Desde el 1 de abril y a la espera de la sentencia se estableció un perímetro de seguridad de 150 metros en torno al Tribunal Constitucional. Zonas sensibles como Gwanghwamun, las céntricas calles en las que se convocan manifestaciones, el Parlamento o los alrededores de la residencia de Yoon estaban este viernes bajo vigilancia policial. También se habían establecido cordones policiales para separar las concentraciones de los opositores de Yoon y la de sus partidarios, que se reunieron cerca de su residencia.

La sentencia, retransmitida por la televisión, ha provocado una rápida reacción en las calles. Euforia entre los partidarios de la destitución del presidente, convocados en el centro de la capital, y tristeza entre sus partidarios. Incluso se han visto escenas de desesperación.

Seguidores del presidente destituido de Corea del Sur, Yoon Suk-yeol, reaccionan a la sentencia que confirma el 'impeachment'.

Según la última encuesta de Gallup Korea, seis de cada diez surcoreanos apoyan la destitución del presidente. Por el momento, el candidato del Partido Democrático, Lee Jae-myung, aparece como favorito para ganar las elecciones. En la prensa surcoreana se destaca que la sentencia demuestra la fortaleza de la democracia de Corea del Sur con titulares como "Viva la democracia" del Korea Times.

La decisión de Yoon de decretar la ley marcial supuso la desestabilización política más grave desde que acabó con la dictadura en 1987 y se ha convertido en el primer presidente destituido en el ejercicio de su cargo.

Con la ratificación delimpeachment se despeja el camino hacia un nuevo gobierno. La desestabilización política se ha producido en un momento especialmente difícil, ya que el país, la cuarta economía de Asia, vive una crisis que ha frenado su crecimiento. Además, el gobierno interino debe entenderse con la nueva administración de Donald Trump, que ya le ha impuesto un aumento de aranceles del 24%.

El gobierno que salga de las urnas tendrá que hacer frente a la continua presión militar de Corea del Norte, más intensa ahora que ha fortalecido una alianza potente con Rusia. También tendrá que lidiar con la emergencia de China y la crisis arancelaria desatada por Donald Trump que, además, puede querer rediseñar las alianzas en Asia-Pacífico.

Estados Unidos tiene un tratado de defensa con Corea del Sur que implica un gran despliegue de tropas en el país asiático y el compromiso de defenderla en caso de un ataque. Trump ya había advertido que tanto Corea del Sur como Japón deben pagar más por la defensa.

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