Un misil norcoreano cruza por primera vez la línea fronteriza con Corea del Sur
Seúl responde lanzando tres cohetes en dirección a Corea del Norte
BarcelonaCorea del Norte ha lanzado 17 misiles esta mañana de miércoles, y uno de ellos ha caído por primera vez cerca de las aguas territoriales de Corea del Sur, unos 26 kilómetros al sur de la línea divisoria de las dos Coreas, y a unos 57 kilómetros de la costa surcoreana. Las sirenas han sonado en la isla surcoreana de Ulleung, a unos 167 kilómetros de la zona del impacto.
Tres horas más tarde, Corea del Sur ha respondido disparando tres misiles de precisión aire-tierra desde sus aviones. Han impactado a una distancia similar de la línea fronteriza pero, en este caso, en zona norcoreana. El presidente de Corea del Sur, Yoon Suk-yeol, ha condenado enérgicamente la "invasión territorial efectiva" que supone el misil norcoreano y advierte de que es "inaceptable". También Japón ha condenado el movimiento y ha reunido a su consejo de seguridad ante el aumento de la tensión con Pyongyang.
La nueva escalada es la respuesta de Corea del Norte a las maniobras militares conjuntas de Corea del Sur y los Estados Unidos, pero llega después de unas semanas en las que Pyongyang ha disparado ya hasta 50 misiles, uno de los cuales sobrevoló Japón por primera vez desde 2017. Los analistas creen que el régimen de Kim Jong-un está preparando el terreno también para hacer una nueva prueba nuclear. La última fue también en 2017. La inteligencia surcoreana asegura que Pyongyang ya ha completado todas las preparaciones necesarias para hacer una nueva prueba de armas nucleares.
Las maniobras militares conjuntas de Washington y Seúl, que se repiten periódicamente, ya arrancaron en agosto, pero el lunes llegó a la zona un submarino de los Estados Unidos equipado con armamento nuclear para tomar parte en los ejercicios. Los 10 misiles de Corea del Norte, disparados hacia las 9 de la mañana (antes de la medianoche catalana), serían una respuesta a esto, dentro de la escalada armamentista que Kim Jong-uno protagoniza ya desde hace días.
"La provocación de hoy de Corea del Norte es un acto efectivo de invasión territorial por medio de un misil que ha atravesado la línea límite del norte (NLL, las siglas en inglés) por primera vez desde la división [de las dos Coreas]", ha denunciado la administración surcoreana en un comunicado. El cohete norcoreano que ha atravesado la línea divisoria era un misil balístico de corto alcance, de los tres que el régimen norcoreano ha disparado esta mañana desde Wonsan hacia el mar, según fuentes militares surcoreanas. Pero, además, Pyongyang ha lanzado 14 misiles más de diferentes tipos desde las costas del este y del oeste de Corea del Norte. A la vez, el régimen de Kim Jong-un ha disparado también más de 100 balas de artillería desde su costa este hacia una zona de amortiguamiento (un territorio desmilitarizado entre las dos fronteras) que se estableció en un acuerdo entre el norte y el sur en 2018. Así, según fuentes del ejército surcoreano, han violado ese pacto.
"Hemos oído la sirena hacia las 8.55 h de la mañana y todos los residentes del edificio hemos bajado a la calle hacia el lugar de evacuación en el sótano", ha explicado a Reuters un oficial de la isla surcoreana Ulleung. "Nos hemos quedado aquí hasta que hemos vuelto a subir las escaleras hacia las 9.15 h, después de oír que el proyectil había caído en alta mar". Como respuesta, el gobierno surcoreano ha disparado desde sus aviones de combate tres misiles que también han caído en el mar por encima de la línea divisoria de las dos Coreas, incluido un proyectil de alta precisión de origen norteamericano que puede volar hasta 270 kilómetros de altura, un AGM-84H/K SLAM-ER, según fuentes de Corea del Sur.
Cruce de amenazas
El detonante de la nueva agresión norcoreana han sido, según Pyongyang, las maniobras militares conjuntas de Corea del Sur y los Estados Unidos. El régimen las ha definido como "una provocación y una temeridad militar que ya no puede ser tolerada", en palabras de Pak Jong-chon, secretario del Comité Central del Partido de los Trabajadores, que gobierna Corea del Norte. Pak Jong-chon ha dicho este miércoles que el número de aviones de guerra que participan en los ejercicios es excesivo y que su nombre, Tormenta Vigilante (Vigilando Storm), también era una provocación, puesto que imitaba el nombre de la operación militar que lanzaron los Estados Unidos contra Irak en 1990, Tormenta del Desierto (Desert Storm). "Los movimientos desorbitados de las fuerzas hostiles han creado una grave situación en la península de Corea", añadía Pak en un comunicado emitido a través de la agencia de noticias de Corea del Norte KCNA.
Pero desde Washington aseguraban que las maniobras militares eran "de naturaleza puramente defensiva" y sin ninguna intención hostil hacia Corea del Norte. El portavoz del Departamento de Estado norteamericano, Ned Price, también ha querido advertir a Pyongyang de que, si retoma las pruebas de armamento nuclear, como parece que está preparado, sería un "paso desestabilizador y peligroso" que tendría "profundos costes y consecuencias". El secretario de Estado, Antony Blinken, ha llamado por teléfono al ministro de Exteriores surcoreano, Park Jin, para condenar la "provocación militar grave y sin precedentes" que supone el misil lanzado cerca de aguas territoriales surcoreanas. Los dos han acordado seguir cooperando para hacer frente a las amenazas del norte.