Benedicto XVI admite haber hecho una declaración falsa en el informe sobre abusos sexuales

El papa emérito admite que sí participó en la reunión sobre el sacerdote abusador, pero dice que lo negó por "desatención" y "no por mala fe"

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Benet XVI al Vaticano en una imagen del 2008, cuando todavía era Papa.

Dortmund“Una quiebra moral colectiva de la Iglesia católica”. “Un fracaso del sistema”. “Histórica sacudida en la Iglesia”. “Choque en el Vaticano”. “Un antiguo Papa, un informe, una mentira”. Con titulares como estos, aparecidos los últimos días en la prensa alemana, las críticas se habían hecho durísimas y la presión, enorme, para el papa emérito Benedicto XVI desde que a finales de la semana pasada un informe pericial lo acusaba de haber hecho la vista gorda en cuatro casos de abusos sexuales que tuvieron lugar en la diócesis de Múnich y Freising cuando el entonces cardenal Joseph Ratzinger dirigió ese arzobispado, concretamente entre 1977 y 1982.

En un primer momento el papa emérito se apresuró a negar la inacción de la que lo acusa el estudio elaborado por el bufete de abogados de Múnich Westphal Spilker Wastl, pero este lunes ha reconocido haber hecho una declaración falsa justamente sobre un pasaje clave revelado por el informe.

Esta rectificación ha llegado –cuatro días después de publicarse el estudio– a través de un comunicado emitido por su secretario privado Georg Gänswein del que se han hecho eco, primeramente, el portal Vatican News y la Fundación Tagespost. La declaración falsa se ha debido “a una desatención en la edición de su testimonio” y no “por mala fe”, ha salido al paso Gänswein, que ha asegurado que el papa emérito “siente mucho este error y pide disculpas”.

Benedicto XVI había declarado inicialmente que en enero de 1980 había estado ausente de una importante reunión del arzobispado en la que se debatió el traslado de Essen –en el oeste del país– a Múnich de un sacerdote, Peter H., que ya figuraba en acta como un abusador sexual reincidente.

Los abogados que presentaron el informe la semana pasada ya dejaron claro que el protocolo detallado de la reunión desmentía la ausencia de Ratzinger. Este lunes el papa emérito ha reconocido que sí estuvo presente, pero ha insistido en que en esa reunión no se decidió nada sobre una nueva ocupación religiosa en Baviera para Peter H., sino que solo se habló de “posibilitarle un alojamiento en Múnich mientras seguía un tratamiento terapéutico”. El sacerdote en cuestión, que acabó siendo condenado como pederasta por la justicia, cometió más abusos sexuales después de su traslado al arzobispado que dirigía entonces Ratzinger.

La rectificación pública que ha hecho este lunes Benedicto XVI no ha convencido al movimiento popular alemán Nosotros Somos Iglesia. “Lo que continúa faltando es su reconocimiento personal de culpa. A través de su decisión o la de su vicario general, en nombre suyo, en el caso del sacerdote Peter H. se ha causado un gran sufrimiento a muchos afectados que se habría podido evitar”, dice en un comunicado esta agrupación.

El experto en derecho canónico Thomas Schüller también ha restado credibilidad a la reacción del papa emérito. “Joseph Ratzinger se envuelve cada vez más en su estructura de mentiras y no podrá disipar los perjuicios irreparables para sí mismo y su obra de vida. Con esto perjudica de manera duradera al papado y también a la Iglesia católica”, ha dicho el canonista a la agencia Dpa.

Salida del armario colectiva

Desde otro punto de vista, una acción sin precedentes ha exigido otra reforma en la Iglesia católica alemana. Un grupo de 125 trabajadores de la administración religiosa, entre los cuales sacerdotes, jefes pastorales y de comunidades, y profesores de catequesi, han salido en las últimas horas del armario conjuntamente para exigir el fin de la discriminación que sufren como personas de la comunidad LGBTIQ+ y cambios en los derechos laborales en la Iglesia para que su condición o identidad sexual no sea en el futuro motivo de despido.

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